Creación & Eco Justicia

Tiempo de lectura: 5 minutos
Por: David Aquije
Fecha de Publicación: Jun 1, 2012

En un remoto lugar del Pacífico, en una cordillera aromada por pinos a casi 5 mil pies de altura, uno queda asombrado por la belleza de un risueño atardecer. El sol no se esconde en el horizonte del océano sino sobre un mar de nubes algodonadas que parecen haber sido pintadas en acuarela azafrana.

No sorprende entonces que cuando las Hermanas de Maryknoll llegaron a Baguio, Filipinas, a fines de la década de 1920, se enamoraron del lugar y decidieron construir allí un convento y casa de retiro, al que llegaban después de su arduo trabajo en ministerios de educación en la capital Manila.

Pero pronto la gente solicitó a las Hermanas hacer educación católica y el lugar también se convirtió en una escuela primaria de 1928 a 1990, año en que un terremoto de 7.8 grados destruyó las facilidades.

Hermana Catherine Encarnación y una residente de Baguio examinan la parcela de demostración de agricultura biodinámica, donde enseñan el cuidado holístico de la tierra. (Sean Sprague/Filipinas)

Hermana Catherine Encarnación y una residente de Baguio examinan la parcela de demostración de agricultura biodinámica, donde enseñan el cuidado holístico de la tierra. (Sean Sprague/Filipinas)

Tras el terremoto, las Hermanas reflexionaron sobre el mensaje de Dios para su ministerio. Observaron que el área, que antes era como un paraíso, estaba siendo deforestada y usada para proyectos de minería y agricultura. Como ya había otras escuelas católicas, decidieron re enfocar su ministerio y educar a la gente local sobre el cuidado del medio ambiente.

Fundaron el Centro por la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación de las Hermanas de Maryknoll, un santuario ecológico de 2.8 hectáreas de pinos, jardines y un área de cultivo bio dinámico, cuyo objetivo principal es ofrecer actividades educativas sobre el cuidado de la tierra a través de la espiritualidad y las artes. El centro, fundado por la Hermana de Maryknoll Ann Braudis e incorporado oficialmente en 1993, puede recibir a unas 60 personas para retiros, seminarios y talleres. Tiene un jardín de cuidado infantil donde niños de 3 a 5 años aprenden a plantar árboles y a tener sensibilidad ante la naturaleza. Por los hermosos jardines del santuario, las visitas pueden reflexionar sobre la amplitud del universo de Dios en una caminata ecológica de 14 estaciones.

Conocido como el “viaje cósmico”, la caminata es parte clave del programa del santuario ecológico y es descrita como “una caminata para descubrir la profunda interconectividad de la tierra”. Las estaciones fueron creadas para reflejar la “magnificencia del desarrollo del cosmos”. La primera estación sobre la creación del universo; luego se explica la formación biológica y geológica de la tierra. Otra estación refleja el arribo de los mamíferos, mientras que las últimas presentan a las tradiciones religiosas del planeta. “Cuando la gente visita el santuario va a tener la experiencia del desarrollo del universo y de la creación”, dice la Hermana de Maryknoll Catherine Encarnación, directora del centro y santuario ecológico.

Encarnación, quien fue educada por Hermanas de Maryknoll en Filipinas, recibió sus votos finales como Hermana religiosa en el 2004. Ha servido como misionera en Panamá, también en un ministerio relacionado a la protección del medio ambiente. En su actual ministerio en Filipinas, su país natal, la Hermana dice que su respeto por las culturas indígenas, su amor por el cuidado de la tierra y de toda la vida han crecido, as como su fe y su amor por Dios.

 La Hermana de Maryknoll Catherine Encarnación, dirige el santuario ecológico que también ofrece educación para niños. (Sean Sprague/Filipinas)

 La Hermana de Maryknoll Catherine Encarnación, dirige el santuario ecológico que también ofrece educación para niños. (Sean Sprague/Filipinas)

La Hermana de Maryknoll Margarita Jamias facilita los programas holísticos en el santuario ecológico. “Me quedé admirada cuando vi este lugar”, dice la misionera también nacida en Filipinas. Ella es una misionera con experiencia y años de servicio en Guatemala y Nicaragua. Sus ministerios en ambos países centroamericanos estuvieron enfocados en el área de la educación. “Trabajé con comunidades cristianas de base y acompañé al pueblo, especialmente a las mujeres, en sus luchas. Eran las épocas de Somoza y la revolución Sandinista”.

Trabajar en el santuario ecológico en Baguio ha ampliado su sentido misionero, dice Jamias. “Mi visión ha cambiado. No sólo hablamos de justicia social sino de una eco justicia lo que significa justicia, para todas las especies, para todo lo que es”. Para la Hermana eso es trabajar de una manera holística en temas de justicia social, derechos humanos así como en la protección de recursos naturales. “La minería está consumiendo los recursos de Filipinas, las grandes compañías envenenan los ríos y no los limpian. ¿Qué le estamos haciendo a las aves, a los peces? Estamos contaminando las semillas. Talamos los árboles y dejamos a todas las especies de la comunidad de vida sin hábitat”.

La misionera de Maryknoll se lamenta porque en Filipinas sólo queda un 3 por ciento del total de tierras vírgenes que tenía el país al inicio del siglo 20. Por eso, busca crear conciencia, a través de los talleres y seminarios que dirige en el centro, sobre la belleza de la creación del universo, el daño que se le está haciendo al planeta Tierra y la necesidad de realizar un cambio de conciencia para proteger el medio ambiente.

“Ahora tenemos condiciones climáticas severas, inundaciones, deslizamientos de tierra porque se han talado los  árboles”, explica Jamias. “Podemos volver a plantar árboles pero nunca será lo mismo; es un recurso irreemplazable”.

Además del viaje cósmico, el santuario ecológico dirigido por las Hermanas de Maryknoll ofrece talleres educativos sobre el día de la tierra. El objetivo de estos talleres es formar a las generaciones jóvenes para que sean ciudadanos responsables del planeta tierra. El taller combina información científica con enseñanza religiosa. Por otro lado, el centro ofrece capacitación en jardinería y agricultura bio dinámica, la cual busca reparar la estructura física de los suelos. Finalmente, el centro cuenta con un artista en residencia, Clemente Delim, quien también es un laico afiliado de Maryknoll. Delim ofrece talleres artísticos para jóvenes y niños.

“Pero lo más importante es promover un cambio de conciencia”, dice Jamias. “Promovemos el uso de recursos de energía renovable. Todos estamos interconectados. Yo me levanto, medito, rezo, escucho las aves, observo el amanecer. Siento la presencia de Dios. Todo es una manifestación del divino”.

Imagen destacada: La Hermana Margarita Jamias frente al santuario ecológico de las Hermanas de Maryknoll en Filipinas. (Sean Sprague/Filipinas)

Sobre la autora/or

David Aquije

David R. Aquije es un periodista nacido y educado en Lima, Perú. En 1991 llegó a Estados Unidos y continuó estudios de periodismo en Mercy College, en Dobbs Ferry, New York. Aquije fue el ex director de Misioneros, la revista en español de Maryknoll, anteriormente llamada Revista Maryknoll. Mientras trabajaba para los Padres y Hermanos Maryknoll, informó sobre el trabajo misionero en Asia, África y América Latina, así como en Estados Unidos. Ha ganado numerosos premios de la Asociación de Prensa Católica de Estados Unidos y Canadá, incluido el primer lugar como Editor del Año de publicaciones en español.

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