Estimado Padre Raymundo:
Me alegra saber que los misioneros Maryknoll siempre proclaman la palabra de Dios con los afligidos. Para aquellos que se encuentren en un momento triste y desolado de sus vidas, o que están viviendo una etapa difícil, les recomiendo que crean en Dios, se embarquen en la aventura de la fe, abran sus corazones, y digan con firmeza “Jesús, en ti confío”, para que entren en un sendero de paz y esperanza, un camino que los llevará al encuentro con un Padre infinitamente amoroso y misericordioso. Dios es nuestro destino real. Un Dios de milagros que nos lleva a la felicidad eterna y verdadera.
J. Alfaro
Chicago IL
Estimado Padre Raymundo:
Tener al Papa Francisco como líder de la Iglesia Católica es un regalo de amor. Me impresiona su llamada a construir de verdad “una Iglesia pobre y de los pobres” con todas las personas creyentes en Jesús; y con los obispos y responsables de las Iglesias locales, a quienes les invita con gracia a ser “pastores que huelan a oveja”. Él ha puesto de relieve que la injusticia, la pobreza y el hambre son los problemas más graves de la humanidad y nos llama a reflexionar para ser más justos y compasivos con nuestros propios hermanos.
C. Morales
Ponce, PR
Estimado Padre Raymundo:
Muchas veces me pregunto cómo es que los Padres y Hermanos Maryknoll tienen un gran corazón para salir de su comodidad y servir a miles de pobres alrededor del mundo. Y a pesar que no tengo una respuesta, puedo imaginar la gran vocación que poseen. Y cada noche en mis oraciones le pido a Dios que les dé fortaleza para continuar la misión de servicio que Dios les ha encomendado.
A. Álvarez
Hartford, CT
Estimado Padre Raymundo:
Quiero decirle que los sacerdotes y Hermanos Maryknoll no están solos, muchas personas creyentes y no creyentes los miramos con admiración y esperanza. Padre, le ofrezco mi corazón de gratitud y apoyo a las misiones que realizan en muchos países pobres. Reciban un gran abrazo de una creyente, siempre en camino de conversión, a quien has dado esperanza y has aumentado las ganas de seguir a Jesús.
Que Dios le bendiga.
O. Ávila
Los Ángeles, CA
