Estimado Padre Raymundo:
Padre, gracias por sus hermosas palabras para nuestra salvación que publicó en su página de Facebook de Revista Maryknoll. La expresión más elevada del espíritu divino es el servicio a los demás. En el servicio se expresa toda la grandeza del ser humano. Cuando hacemos el bien a otros, estamos cumpliendo la obra que Dios nos encomendó. Siempre debemos recordar que Jesús vino al mundo para salvarnos, no para salvarse. Jesús mismo nos enseñó en el pasaje bíblico de Mateo 25:35 “Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron”.
J. Nanetti
Vía facebook
Estimado Padre Raymundo:
Mil gracias por su mensaje tan profundo y maravilloso que trasmite en los artículos de Revista Maryknoll. Ojalá yo pueda, con la ayuda de Dios y la Santísima Virgen, seguir el ejemplo maravilloso de los misioneros Maryknoll que dan sus vidas por salvar otras. Que Dios bendiga siempre su organización. Siempre le tengo presente en mis oraciones y le pido que por favor rece también por mí y mi familia.
P. Concepción
San José, California
Estimado Padre Raymundo:
Siento mucho que tantos niños mueran de hambre cada día, que tantos adultos mueran de enfermedades y que exista tanta injusticia en el mundo. Desafortunadamente, hay tanta falta de amor y cariño en nuestro mundo que necesitamos gente buena como los Padres y Hermanos Maryknoll para que ayuden a los demás. Nosotros podríamos hacer muchas cosas, pero muchas veces no las hacemos por miedo. Cuando realizo alguna obra buena, me motivo y pienso: “Gracias Señor, porque lo puedo hacer gracias a tus enseñanzas de misericordia”.
R. Morales
Elizabeth , NJ
Estimado Padre Raymundo:
Es increíble saber como los misioneros que evangelizan en países lejanos y pobres, donde sus habitantes carecen de todo, encuentren gente contenta que comparten lo poco que tienen. Sin embargo, siento que en este país es al contrario; muchas veces compartimos poco o nada. Es una lástima saber que la modernidad y la ambición dejen de lado los valores que engrandecen al hombre. Dios nos guíe y bendiga cada día para tener un buen corazón con los demás.
M. Pérez
Los Ángeles, CA
Foto principal: Comparte tu vocación misionera en Camboya