Jóvenes hispanos en Texas, comparten el amor de Cristo y realizan servicio voluntario para su parroquia
Lázaro Garduño, un joven de 30 años nacido en México, llegó a Estados Unidos hace 11 años en busca de trabajo. Él dejó a su país y familia con el anhelo de adaptarse a su nueva realidad americana, pero tras años de dificultades, desencantos y de soledad, recordó algo que sus padres siempre le inculcaron desde niño: “ten fe en Dios”.
Ese pensamiento lo llevó a buscar ayuda espiritual en la parroquia Sagrado Corazón en Austin, Texas, donde hace cuatro años se integró al grupo juvenil Obreros de Cristo. Allí encontró a cientos de jóvenes hispanos católicos que comparten el amor de Cristo y forman una gran familia de Dios.
“Cuando me uní a Obreros de Cristo, empecé a sentir la presencia de Cristo en todas mis decisiones; sentí que no estaba solo y que había alguien superior que se preocupaba por mí”, dice Garduño. “Estoy muy agradecido con Dios y con la Iglesia por que he crecido espiritualmente y he desarrollado mis talentos para ofrecer una sintonía de servicio”. Hace unos años, él reforzó su servicio al asistir a un taller de misión de los misioneros Maryknoll ofrecido por el Instituto Fe y Vida en Texas.
Obreros de Cristo se inició el 2004, cuando el sacerdote mexicano César Guzmán—entonces pastor asociado en la parroquia—motivó a jóvenes hispanos a formar el grupo juvenil, en respuesta al crecimiento demográfico hispano que observó en la parroquia y en la Diócesis de Austin. Según los últimos estudios demográficos de Pew Research Center publicados en 2010, el 38% de la población de Austin era hispana. En la parroquia Sagrado Corazón—que actualmente cuenta con otros dos grupos juveniles—alrededor del 90% de feligreses son hispanos.
Fueron los jóvenes quienes escogieron el nombre Obreros de Cristo para el grupo, debido a su iniciativa de servicio al prójimo como representantes de Cristo.
“Cuando se formó el grupo, ya se notaba el crecimiento de la comunidad hispana; pero no había espacio para los jóvenes”, dice Salvador Oviedo, quien fue uno de los primeros servidores del grupo.
Obreros de Cristo fue el tercer grupo de pastoral juvenil en la Diócesis de Austin, que actualmente cuenta con 18 grupos juveniles para hispanos en sus 127 parroquias.
Oviedo, ahora líder parroquial de otros ministerios de la parroquia, continúa apoyando a Obreros de Cristo como asesor de la mesa directiva. El 2007 inició con los jóvenes un retiro pascual anual, que se ha convertido en una sus principales actividades. Además, con la colaboración de sacerdotes y jóvenes del grupo, contribuyó a la redacción del manual para el retiro pascual, que servirá de guía para los futuros jóvenes que dirijan el programa.
“Obreros de Cristo me dio la oportunidad de descubrir mi fe, encontrar paz y armonía de una forma dinámica y divertida, y sobretodo, de vivir mi juventud desde una perspectiva cristiana”, dice Oviedo, de 28 años. “Mi vida ha sido como una escalera donde además me he formado para ser líder de otros ministros de la diócesis”.
El retiro pascual, que se realiza durante un fin de semana de marzo, es dirigido por jóvenes para jóvenes entre 18 a 30 años. No obstante, los preparativos se inician cinco meses antes. El retiro, que es gratuito, se realiza en la parroquia Sagrado Corazón. La temática del programa está basada en el Triduo Pascual e incluye talleres sobre el valor de la familia, el amor a Cristo, las vocaciones, testimonios de los jóvenes, una película sobre la pasión de Cristo y presentaciones de arte dramático que preparan los jóvenes.
El retiro pascual 2016 culminó con una gran celebración. Acompañados por un coro y una banda de músicos, los jóvenes obreros de Cristo oraron, cantaron y bailaron llenos de alegría.
Garduño, quien fue líder de la mesa directiva por dos años, continuará trabajando con el grupo. “En el último retiro, sentí paz y alegría porque hemos sembrado una semillita en los jóvenes para que ellos puedan crecer o florecer”, dice. “Ellos encuentran el verdadero amor de Dios y se dan cuenta que pueden vivir mejor de la mano del Cristo”. Garduño ofrece clases de catequesis en otros ministerios de la parroquia gracias a la formación misionera que ha recibido de la parroquia y talleres misioneros, como el de Maryknoll.
Los jóvenes Obreros de Cristo—alrededor de 30 miembros entre directivos y servidores—se reúnen por los menos una vez a la semana para compartir oraciones y planear actividades. Además de organizar el retiro pascual al que asisten un promedio de 100 jóvenes, participan y colaboran en eventos de la parroquia y de la diócesis, y llevan su mensaje cristiano a otros jóvenes.
Obreros de Cristo se fortalece año tras año. Los jóvenes invierten en promoción y tienen una constante presencia en las redes sociales por medio de la cual los jóvenes establecen una amistad después de asistir a las actividades de la parroquia y se mantienen en contacto.
Cynthia Estrada, una joven de 20 años nacida en Estados Unidos de padres mexicanos, fue invitada por una amiga al grupo. Ella, quien estudia para ser pediatra, dice que una de las cosas que más le impresionó del grupo fue su compromiso al servicio social, como recolectar dinero para comprar ropa y comida caliente para distribuirlos a las personas que viven en las calles.
“Todos los jóvenes son bienvenidos. Somos gente buena y alegre, no somos aburridos”, dice ella. “Si te sientes solo y no tienes familia, Obreros de Cristo es tu familia, es un ambiente diferente y bonito que te ayudará a fortalecer tu fe y servir a los demás”.
Los jóvenes de Sagrado Corazón sienten que la Iglesia les acepta con gusto y reciben un gran apoyo de los Padres Mark Hamlet y Alejandro Caudillo. Este año, además contaron con el apoyo del seminarista Henry Cuéllar, quien sirvió de guía espiritual en su misión.
“Cuando los jóvenes participan en el retiro, veo al Espíritu Santo actuando dentro de ellos,” dice Cuéllar. “Les recordamos que la misericordia y amor de Cristo son algo vivo y verdadero. Les explicamos las bases de las enseñanzas de la Iglesia y les empoderamos para que sean líderes de la Iglesia y del mundo”.
Garduño, Oviedo y Estrada, quienes experimentaron el amor de Dios en Obreros de Cristo, sienten que descubrieron su misión de transmitir el amor de Dios y evangelizar a otros jóvenes para que sirvan a los demás como nuevos obreros de Cristo.
Foto principal: Jóvenes participan en una actividad recreativa durante el retiro pascual del movimiento Obreros de Cristo, en la parroquia Sagrado Corazón en Austin, Texas.