Trae tu regalo y sigue su estrella

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: Joseph Veneroso, M.M.
Fecha de Publicación: Ene 1, 2017

Extranjeros. No creyentes. “Esa gente”. ¿Qué piensas de “esa gente”? ¿Intriga? ¿Suspicacia?

Son las preguntas que subyacen a la fiesta de la Epifanía, 6 de enero, que celebra la visita de los “Reyes Magos” al niño Jesús en Belén (Mateo 2, 1-12). ¿Quién o qué son los magos?

La Escritura no dice que son tres, ni los identifica como hombres, mucho menos reyes—una tradición popular católica. Se llega a esa conclusión porque trajeron tres regalos: oro, incienso y mirra; pero otra antigua tradición dice que fueron hasta 12.

El salmo mesiánico 72, 10 predice: “que los reyes de Arabia y de Sebá [actual Etiopía, por lo que se cree que un rey era de piel oscura] le traigan regalos; que todos los reyes le rindan homenaje y lo sirvan todas las naciones”.

La traducción oficial de la Biblia, usada en todas las Misas y liturgias formales, identifica a estos visitantes exóticos de Belén como magos.

Los magos eran sacerdotes de la religión del Zoroastro en Persia [actual Irán]. Aunque monoteístas, los zoroastrianos veían al mundo de una manera dualista—una lucha cósmica entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad. Discernían la voluntad de Dios a través de la astrología y la interpretación de los sueños. Algunos estudiosos modernos sugieren que los magos vieron en el cielo una convergencia de Júpiter y Saturno, dando la apariencia de una estrella brillante, en la constelación de Piscis. Piscis, un signo de agua, significaba nacimiento. Saturno representaba a los Judíos y Júpiter denotaba realeza. Así, para estos observadores de estrellas preguntar: “¿Dónde está el recién nacido rey de los Judíos?” fue tan fácil de leer, como lo es para nosotros leer un titular de periódico.

El rey Herodes y “toda Jerusalén” quedaron perturbados (Mateo 2, 3) ante la pregunta, no sólo ante la perspectiva de un rey recién nacido que pueda reclamar su derecho al trono, sino también porque estos extranjeros paganos, usando prácticas supersticiosas, descubrieron la voluntad de Dios cuando los que pertenecían a la religión “correcta” no lo hicieron.

Además de cumplir con una profecía, los regalos de oro, incienso y mirra indicaron una comprensión más profunda, aunque incompleta, de quién estaba destinado a ser este niño. El oro le corresponde a un rey, el incienso denota divinidad y la mirra—usada en la curación y unción de los muertos—connota mortalidad.
Esta historia debería llenarnos de asombro y admiración. Pero también nos puede molestar, como a los habitantes de Jerusalén. El niño Cristo desafía nuestro deseo egoísta de poder y cuestiona a los monarcas falsos que gobiernan nuestros corazones. Aparentemente, no es suficiente pertenecer a la religión verdadera; tenemos que vivir de la manera correcta. El bebé nacido en Belén hace añicos nuestra complacencia y nos llama a salir de nuestra zona de confort para cruzar fronteras y enfrentar dificultades y peligros, si es necesario, para buscar y encontrar a Dios incluso en personas muy diferentes a nosotros.

¿Están nuestros corazones y mentes abiertos a la posibilidad de que Dios nos esté hablando a través de los extranjeros o miembros de otras religiones? ¿Qué regalo traemos para mostrar lo que Jesús significa para nosotros? ¿Tenemos la perseverancia de los magos para reconocer la estrella ascendente de la fe en nuestros corazones y seguirla donde quiera que nos lleve?

Este es el espíritu de los reyes magos. Este es el espíritu del Vaticano II. Este es el espíritu del catolicismo. Este es el espíritu de la misión y de Maryknoll.

Sobre la autora/or

Joseph Veneroso, M.M.

Joseph R. Veneroso, M.M., es el ex editor de la revista Maryknoll. Él sirvió como misionero en Corea y ahora vive en el Centro de Maryknoll en Ossining, Nueva York, y también atiende las necesidades pastorales de una comunidad coreana en una parroquia católica en New York City. Es autor de dos libros de poesía, Honoring the Void y God in Unexpected Places, una colección de columnas de la revista Maryknoll titulada Good New for Today y Mirrors of Grace: The Spirit and Spiritualities of the Maryknoll Fathers and Brothers.

Ediciones Archivadas