La Sociedad Maryknoll es doblemente bendecida con dos nuevos sacerdotes quienes servirán en misión en Hong Kong
Cuando Daniel Siwoo Kim de Cerritos, California, y Peter Latouf de Detroit, Michigan, se convirtieron en los nuevos sacerdotes de la Sociedad Maryknoll, recibieron un mandato especial: mostrar a todas las personas que “el amor misericordioso de Dios está disponible para todo corazón humano”.
Eso es lo que el Obispo Frank J. Caggiano de la Diócesis de Bridgeport, Connecticut, les recordó en su Misa de ordenación el 20 de mayo. “Que tu sacerdocio sea una fuente de bendiciones para ti y para el mundo entero”, dijo el prelado, quien celebró la Misa.
Cuando el Padre Kim, de 34 años, estaba postrado ante el altar de Nuestra Señora Reina de los Apóstoles, en Nueva York, empezó a dolerle la cabeza, pero esto le hizo comprender algo. “Creo que el sacerdocio no va a ser cómodo”, dice. El padre Kim añade que para que el Espíritu Santo te ayude a ser lo que Dios te creó para ser, debes sentirte un poco incómodo.
Él dice que estaba asombrado ante la inmensidad de su llamado como sacerdote: Ser Cristo para los demás.
“Hay una vocación especial cuando uno va al extranjero y participa en ministerios en un idioma que no es el tuyo, en una cultura que no es necesariamente la tuya”, dice el padre Latouf, de 33 años. Pero él se sintió tranquilo y en paz cuando el obispo Caggiano dijo que los dos hombres eran dignos de ser ordenados sacerdotes y la congregación dijo “Amén” y aplaudió.
Los nuevos misioneros también sintieron el apoyo de sus compañeros presbíteros cuando más de 50 sacerdotes Maryknoll les impusieron las manos, llamando al Espíritu Santo para que se pose en ellos.
Después de la Misa, los jóvenes sacerdotes ofrecieron sus primeras bendiciones a sus seres queridos frente a la imagen de Nuestra Señora de Maryknoll en Ossining. Sus familias no podrían haber estado más felices.
“Estoy orgulloso de él”, dice Inyoung Kim, el papá del padre Daniel. “Él es generoso, amable y tiene mucho amor dentro de sí”.
Recordando la devoción de su difunta esposa y su participación en su parroquia coreana en California, Inyoung dijo que no le sorprendió que Daniel quisiera servir a Dios entre diferentes culturas. Recordó la visita de un cardenal coreano que preguntó a los niños si querían ser sacerdotes y Daniel, de 9 años, levantó la mano.
“Esa clase de llamada, este es el mejor trabajo para que la gente siga a Jesús”, agrega Inyoung.
La familia del padre Latouf también demostró su apoyo, orgullo y amor por su hijo, ahora sacerdote. Su padre, Ronald Latouf dijo que se sintió bendecido al sentirse parte de la Sociedad Maryknoll y agregó que recordaría la ordenación de su hijo por el resto de su vida.
“Quería ser sacerdote desde que era monaguillo” en la Arquidiócesis de Detroit, dice la madre del padre Latouf, Donna, una policía de Detroit. Ella alentó la vocación de su hijo, en parte porque quería que él sintiera el apoyo que ella no tuvo cuando se unió a la policía hace 32 años.
El padre Latouf dijo que sintió esta aceptación incondicional toda su vida, agregando que la semilla de su vocación estaba siempre allí y Maryknoll le permitió combinar su espíritu aventurero con su amor por Dios, la Iglesia y los sacramentos. Pero, admite, responder a la llamada era aterrador.
“No siempre sabía que estaba tomando la decisión correcta, pero una vez que encontré el coraje para decir ‘sí’ y di el siguiente paso, me di cuenta cada vez más de que esta era mi verdadera vocación”, dice.
Durante su formación, el padre Latouf visitó Kenya, Tanzania, Bolivia, y completó su formación en el extranjero en Taiwán y China continental, mientras que ayudaba al Padre Maryknoll Gerard Hammond en su ministerio a los pacientes con tuberculosis en Corea del Norte.
A partir del ejemplo de los Maryknoll, el padre Latouf dice que un sacerdote misionero es alguien que aprende que ser ‘valiente’ no quiere decir que las preocupaciones desaparecen, más bien significa que uno “aprende a confiar en el plan y el cuidado de nuestro Dios”.
Los familiares y amigos de Michigan y California, así como Chicago, donde los sacerdotes terminaron sus estudios teológicos y cumplieron el trabajo pastoral, se unieron a ellos en esta feliz ocasión. Una de ellos fue Mariana Rim que representaba a los miembros del grupo de estudio de la Biblia del padre Kim en la Diócesis de Orange, California.
“Él nos inspiraba mucho y después anunció que iba al seminario, y desde entonces, hemos estado orando por él y con él”, dice ella.
En un momento en que muchos jóvenes no dicen “sí” a la llamada de la vocación religiosa, el padre Kim dice que ser sacerdote es contracultural. Pero, añade, seguir a Cristo se trata de eso, de no hacer lo que el mundo dice.
Kim agregó que las oraciones y la comunidad alrededor de él lo sostienen y lo inspiraran a servir a los demás. Como seminarista, el visitó las misiones y vio de primera mano las injusticias en el mundo y las necesidades de los pobres. Sus experiencias en el África Oriental y Nepal, y su formación en el extranjero en China y Taiwán refuerzan su llamado. “(Trabajando) al unísono podemos marcar una diferencia enorme”, dice.
Durante la Ceremonia de Envío después de la ordenación, ambos sacerdotes fueron mandados a Hong Kong. El padre Kim dijo que él y el padre Latouf sintieron una profunda conexión con los primeros sacerdotes de Maryknoll quienes tuvieron una ceremonia similar antes de comenzar la primera misión de la Sociedad en China en 1918.
El padre Kim dice que se emocionó cuando él y el padre Latouf recibieron las cruces misioneras, y agregó que esta cruz le recordará sus raíces en Maryknoll y su propia misión. La cual es, aclara el padre Kim, “salir y ser mensajeros de la Buena Nueva, como dijo el obispo Caggiano. Para ser la mejor versión de mi mismo e inspirar a otros a hacer lo mismo”.
En la ceremonia de envío, el Padre Alfonso Kim, ex-superior regional de Maryknoll en Asia, animó a los nuevos sacerdotes a seguir el ejemplo de la Virgen María y confiar “en las promesas del Espíritu Santo, y prosperar en esa confianza”. Les animó a ser pastores que viven con las ovejas y ser la propagación del amor, la paz y la alegría, como dice el Papa Francisco.
“Hoy los enviamos a caminar nuevos caminos… en tierras de diferentes culturas, con personas de diferentes lenguas e historias”, continuó el padre Kim. “También habrá sabiduría, nuevos mentores, nuevos amigos, y las formas más profundas de la oración con la gente”.
La ceremonia de envío le recordó al padre Latouf que tiene toda una vida de trabajo por delante. “Tal vez por un corto tiempo todos los ojos y el enfoque de todos estaban sobre mí”, dice. “Pero las cosas cambiaron muy rápidamente y fue como si dijeran, ‘No, padre Peter, el sacerdocio no es (sólo) para ti; eres es un sacerdote de Dios pero tu misión es servir al pueblo”.
Lynn F. Monahan, director editorial ejecutivo, contribuyó con el artículo.
Foto principal: Peter Latouf y Daniel Kim sonríen después de ser ordenados sacerdotes Maryknoll en la capilla de Nuestra Señora Reina de los Apóstoles en Ossining, Nueva York.