Niño a niño por el futuro de Tanzania

Tiempo de lectura: 5 minutos
Por: Bibiana Bunuan, M.M.
Fecha de Publicación: Sep 1, 2017

Niños de Tanzania aprenden a ser mentores, ejemplos y ayudan en la educación de unos a otros

 

Aleavyo Akuavyo es un proverbio africano que significa: La forma en que un niño es criado es la forma en que crecerá. Siendo testigo de la pobreza y las luchas cotidianas que enfrentan las familias en Tanzania y los niños en particular, pensé que necesitaba hacer algo para ayudarles.

De ese modo, un 16 de junio del 2015, día en que se celebra el Día del Niño Africano, ese proverbio se convirtió en la inspiración para el lanzamiento del Programa Niño a Niño en la parroquia del Espíritu Santo en Kiwanja Cha Ndege, Diócesis de Morogoro, donde sirvo en misión como hermana Maryknoll.

Niño-a-Niño es un programa internacional, que surgió en la Universidad de Londres, que se basa en la creencia de que los niños, por instinto, ayudan a otros niños, incluso simplemente extendiendo sus manos a uno en apuros. Aquí en Tanzania los niños mayores tienen a menudo un papel importante en la crianza de sus hermanos menores.

 

Niños de Tanzania aprenden a ser mentores y ejemplos unos para otros

Uno de los propósitos del Programa Niño a Niño es entrenar a muchachos y muchachas para que se conviertan en mentores de otros niños.

 

Veintiún muchachas y muchachos entraron en el programa de entrenamiento que ofreció nuestra parroquia para convertirse en mentores de otros niños a través del enfoque de Niño a Niño. Los desafiamos a mirar primero a su propio comportamiento diario y a elegir bien en medio de la tentación hacia el mal comportamiento en su entorno. Aprendieron a utilizar diferentes métodos de enseñanza como el uso de las canciones, la poesía y el drama en sus lecciones sobre la violencia en el hogar, la embriaguez, el acoso, etc. La capacitación incluyó sesiones sobre la autoestima, el género y asuntos de adolescentes.

Elías, uno de nuestros muchachos de 12 años, contó cómo corrió a la ayuda de otro niño que cayó de un árbol y se quebró el brazo, sosteniéndolo y consolándolo hasta que llegó la madre del niño y otra ayuda. Elías continuó visitando al niño después de eso, e inició una amistad con él.

A los niños y niñas que se han unido al programa se les llama walimu, que significa “profesor” y han elegido como lema “Elegir la Vida”. Uno puede darse cuenta a través de sus testimonios que eso es verdaderamente lo que los motiva y les da alegría.

 

Niños de Tanzania aprenden a ser mentores y ejemplos unos para otros

La misionera Bunuan interactúa con niños que asisten al programa.

 

Yo decidí preguntarle a los miembros del programa porqué están en él. Estas son algunas de sus respuestas:

Esther, 13 años de edad: “Me uní porque el programa enseña buen comportamiento y quería poder ayudar a otros en necesidad. Ahora trato de aconsejar a mis amigos que no fumen ni consuman drogas y que busquen una vida mejor”.

Nicolás, de 15 años de edad: “Me uní porque quiero enseñar a niños menores de 11 años sobre las cosas buenas. Ahora les enseño a no pelear porque pelear es destruir la vida. Queremos elegir la vida”.

Flora, de 14 años de edad: “Me uní porque quería aprender más acerca de ser un líder, y estar al lado de los niños y dirigirlos. Ahora, enseño sobre el amor en la comunidad y si pelean tienen que perdonarse unos a otros”.

Los líderes del programa hablan muy bien de Flora porque la han visto desarrollarse de una niña normal a una adolescente muy responsable que está ansiosa de hacer el bien, es innovadora en su enseñanza y tiene muy buenas relaciones con los niños que la consideran como una maestra.

Mónica es una adolescente de 15 años de edad, quien antes de unirse al programa tenía la reputación de ser irresponsable. Ella ahora realiza voluntariado para enseñar en una escuela de otra parroquia y aconsejar a otros niños sobre la importancia de ser responsables.

Flora, Mónica y otros walimu también van a ayudar en el Proyecto Amani de la diócesis, en el que enseñan a niños que están mentalmente y físicamente discapacitados. Allí, pueden elegir enseñar matemáticas, inglés, swahili o rimas infantiles y asuntos familiares.

 

Niños de Tanzania aprenden a ser mentores y ejemplos unos para otros

En el programa, La hermana Maryknoll utiliza diferentes métodos de enseñanza como el uso de canciones, la poesía y el drama.

 

Para el futuro, esperamos traer este concepto de Niño a Niño a otras parroquias y en el espíritu de ecumenismo a otras denominaciones de fe en el vecindario.

Una buena oportunidad para difundir esta idea es el 16 de junio, el Día del Niño Africano, que conmemora la muerte de 700 estudiantes sudafricanos que fueron masacrados mientras marchaban pacíficamente contra la injusticia en su sistema educativo.

Por lo tanto, si bien es una fecha para recordar ese sacrificio, ahora el 16 de junio es también es una fecha para que los niños se reúnan para compartir, bailar, hacer teatro y cantar canciones. La oportunidad no es sólo para jóvenes de la Parroquia del Espíritu Santo, sino también para jóvenes de otras parroquias y barrios.

En la valoración de nuestros niños, seguimos sosteniendo “Aleavyo Akuavyo” como un principio guía para construir una Tanzania mejor, una África orgullosa y un regalo del uno al otro como ciudadanos de nuestro planeta Tierra.

Foto principal: La Hermana Maryknoll Bibiana Bunuan rodeada por sonrientes niños y adolescentes participantes del Programa Niño a Niño que se ofrece en la parroquia Espíritu Santo en Kiwanja Cha Ndege, Tanzania.

maryknoll-icon-grey
 

Sobre la autora/or

Bibiana Bunuan, M.M.

La Hermana Maryknoll Bibiana Bunuan, una enfermera de Filipinas, ha servido en África por más de 30 años.

Ediciones Archivadas