María y el islamismo
En la isla de Mindanao al sur de Filipinas, una joven musulmana le explicó a su maestro jesuita porqué había faltado a clases. “Ayer fue la fiesta de la Virgen María”, dijo la estudiante de secundaria. “Visité su altar en Fort Pilar para orar y pedir su ayuda”.
Para cristianos y musulmanes, la Virgen María simboliza la cultura, historia y destino de su ciudad Zamboanga. Una leyenda dice que la ciudad será destruida si su gente deja de rezar a Nuestra Señora del Pilar, una devoción que se remonta al siglo 18. Muchos devotos musulmanes piden la protección de María en tiempos difíciles o antes de comenzar su peregrinación a la Meca.
Nuestra Señora del Pilar es el principal santuario de María en Mindanao y uno de los pocos que no se encuentra dentro de una iglesia; está en la pared del antiguo fuerte construido por España. Su ubicación al aire libre lo hace accesible tanto para musulmanes como para cristianos.
Algunos musulmanes se unen a la celebración de la fiesta del Pilar, el 12 de octubre, y encienden velas como ofrendas al santuario. Aunque hay divergencias dogmáticas entre musulmanes y cristianos, un perceptivo zamboangueño comentó: “Lo significativo de este evento es que la experiencia negativa que musulmanes y cristianos asocian con el fuerte colonial ha cobrado un nuevo significado: nace, se comparte y se vive un nivel positivo de relación. La amistad generada por la Virgen del Pilar sigue siendo un milagro por descubrir”.
La mayoría de los cristianos desconocen la reverencia que los musulmanes tienen por María. En 24 de las 34 referencias a María (Maryam) en el Corán, ella es identificada como la madre de Jesús. Ninguna otra mujer es mencionada por nombre en el Corán. Un capítulo del Corán (Sura 19) se titula Maryam y narra los acontecimientos de la Anunciación y el nacimiento de Jesús. Además, los musulmanes llaman a María, Sitti Maryam, siendo Sitti un término cariñoso por su privilegio de ser la madre de Jesús.
La actitud de Mahoma hacia María fue reverente y respetuosa. Él habló de ella como una señal para toda la creación y un modelo para todos los creyentes. Como señala el Corán (66:12), “ella confió en las palabras de su Señor y creyó en sus Escrituras”. Esta misma virtud de María es registrada en Lucas: “María dijo: Yo soy la servidora del Señor. Que se cumpla en mí como has dicho” (1,38).
Otro paralelo es la dignidad especial de María como una favorecida por Dios. El Corán (3:42) dice: “Alá te ha elegido, te ha hecho pura y te ha exaltado por encima de todas las mujeres”; Lucas (1, 28 y 42) dice: “Salve, llena de gracia … tú eres bendita entre todas las mujeres”.
El Concilio Vaticano Segundo aconsejó a los católicos sobre la actitud apropiada hacia sus vecinos musulmanes. “Aunque en el transcurso de los siglos han surgido muchas peleas y hostilidades entre cristianos y musulmanes, este sínodo insta a todos a olvidar el pasado y esforzarse sinceramente por el entendimiento mutuo”, según el documento Nostra Aetate sobre las relaciones católicas con otras religiones.
Los cristianos y los musulmanes no están totalmente de acuerdo en muchos aspectos de la fe y la doctrina, sin embargo, esto no les impide cultivar una profunda y mutua reverencia por María como “Nuestra Señora” (Sayidat). Tal vez María puede ser un puente para una comunión más estrecha, donde musulmanes y cristianos se abracen en la adoración del único y verdadero Dios.
Foto principal: CNS/Ciudad del Vaticano