Viajé a Japón en junio de este año para realizar mi trabajo periodístico sobre los misioneros Maryknoll en el país del sol naciente, donde han servido en misión desde 1933. Aunque he visitado a misioneros Maryknoll en otros países, esta vez realicé mi viaje a Japón con cierto escepticismo. Siendo Japón un país de industria y tecnología avanzada, pensaba, ¿no sería mejor que los misioneros vayan a lugares donde existe la pobreza extrema? Pero, fui y vi. La presencia misionera en Japón es un bálsamo que acompaña a una pequeña, envejeciente y cada vez menor comunidad de católicos japoneses y una mano extendida de esperanza para una creciente comunidad de católicos inmigrantes que luchan por hacerse un lugar en su nuevo país.
El Padre Maryknoll Roberto Rodríguez, quien fue inmigrante indocumentado en Estados Unidos y encontró y recibió asilo en Canadá, entiende la difícil realidad del inmigrante en Japón. Lea su artículo y contenido adicional en las páginas 8, 13 y 60. Puede, además, ver más fotos, videos y un podcast (en inglés) sobre su misión y vocación en nuestra edición online en misionerosmaryknoll.org.
Esta edición llega a ustedes en dos meses con celebraciones importantes: el día de Todos los Santos, la celebración del Día de los Muertos—en la que pedimos oraciones por los misioneros Maryknoll que fallecieron durante el año—el Día de Acción de Gracias y Navidad. Es una edición cargada de emociones, espiritualidad y conmovedores ejemplos de la compasión y el amor de Dios en momentos difíciles y en la sencillez de la vida cotidiana.
Gracias, lectores, por acompañarnos un año más en estas jornadas misioneras y que al llegar la Navidad, volvamos a cantarle al Niño Dios un canto nuevo.
David Aquije
Director