Voces de Misión en Tiempos de Pandemia

Tiempo de lectura: 5 minutos
Por: Misioneros Maryknoll
Fecha de Publicación: Jul 1, 2020

La Misionera Laica Maryknoll Kathy Flatoff tiene jabón para distribuir a los residentes en el asentamiento informal de Bangladesh en Kenya para alentar el lavado de manos para prevenir la infección de COVID-19 (Foto cortesía de Kathy Flatoff/Kenya)

Kenya

En la parroquia y dispensario de San Patricio en el asentamiento de Bangladesh, Kenya, tratamos de ser proactivos en responder a COVID-19. Nuestro primer proyecto fue comprar jabón, ya que una de las formas de prevención es lavarse las manos. Ese es un gran desafío en asentamientos informales, donde las letrinas son compartidas por varios hogares. La gente no tiene agua; llenan sus jarras cuando llega el camión de agua. Para la gente pobre, el jabón es un lujo. Cuando apenas ganas lo suficiente para alimentar a tu familia, no es probable que compres un jabón que cuesta 30 centavos. Gracias a los donantes, compramos 124 cajas de jabón (50 barras c/u). Con cada barra, incluimos información sobre el lavado de manos. Es una manera fácil de marcar la diferencia.

Misionera Laica Maryknoll Kathy Flatoff

Voces en tiempos de pandemia: La Hermana Maryknoll Delia Smith abraza a Sophie, la hija de uno de los residentes del hospicio en donde trabaja en Guatemala. (Foto cortesía de Delia Smith/Guatemala)

La Hermana Maryknoll Delia Smith abraza a Sophie, la hija de uno de los residentes del hospicio en donde trabaja en Guatemala. (Foto cortesía de Delia Smith/Guatemala)

Guatemala

Coordino un hospicio para adultos con VIH. Desde el 13 de marzo, cuando se anunció el primer caso de COVID-19 en el país, iniciamos medidas de precaución para que los residentes estén libres de riesgo.
Ellos están estables. Mantenerlos positivos mental y emocionalmente es prioridad. Organizamos caminatas en la granja, karaoke y bingo; y tienen acceso ilimitado a un teléfono para llamar a seres queridos. Reconociendo que las personas con VIH son vulnerables al coronavirus, enfatizamos la importancia de tomar sus medicamentos y tener una buena nutrición. Cada miembro del personal dedica tiempo para hablar con los residentes y darles ánimo.

Hermana Maryknoll Delia Smith

Voces en tiempos de pandemia: El Padre Maryknoll James Kroeger usa una máscara que ayudó a hacer para combatir COVID-19. El sacerdote y seminaristas en Manila están armando equipos de protección para trabajadores de primera línea (Cortesía de James Kroeger/Filipinas)

El Padre Maryknoll James Kroeger usa una máscara que ayudó a hacer para combatir COVID-19. Sacerdotes y seminaristas en Manila están armando equipos de protección para trabajadores de primera línea (Cortesía de James Kroeger/Filipinas)

Filipinas

Aquí en la Universidad Jesuita Ateneo de Manila, donde enseño, estamos en cierre de emergencia. Los sacerdotes y seminaristas usamos nuestro tiempo para confeccionar equipos de protección para trabajadores de primera línea (médicos, enfermeras, trabajadores de la salud, guardias de seguridad, etc.) para prevenir que se contaminen. Trabajando en equipo en una línea de montaje, podemos terminar alrededor de 200 piezas cada día. Estamos felices de hacer nuestra parte para ayudar a los demás.

Padre Maryknoll James Kroeger

Voces en tiempos de pandemia: La Hermana Maryknoll Ngoc Hà Pham, quien es enfermera, visita a la Hermana Maureen Corr durante la cuarentena COVID-19 en el Centro de Hermanas Maryknoll en Nueva York. (Foto cortesía de Ngoc Hà Pham/Nueva York)

La Hermana Maryknoll Ngoc Hà Pham, quien es enfermera, visita a la Hermana Maureen Corr durante la cuarentena COVID-19 en el Centro de Hermanas Maryknoll en Nueva York. (Foto cortesía de Ngoc Hà Pham/Nueva York)

Estados Unidos

En febrero, poco después de llegar a Sudán del Sur, donde enseñaba a estudiantes de enfermería, se confirmó el primer caso de COVID-19 en África. Sudán del Sur comenzó a cerrar sus fronteras y a los extranjeros se nos aconsejó que nos fuéramos. De vuelta en Maryknoll, Nueva York, supe que las escuelas habían cerrado en Sudán del Sur y que todos mis estudiantes habían sido enviados a casa.

A regañadientes, había dejado Sudán del Sur debido a COVID-19 solo para encontrarme en el epicentro de la pandemia en Nueva York. Nuestro centro había cerrado y las hermanas estaban practicando distanciamiento social y usaban mascarillas caseras. En cuestión de días, muchas de nuestras hermanas exhibían síntomas de COVID-19. Las enfermeras trabajaban sin descanso para protegerlas. Me pidieron que apoyara los pisos de las hermanas mayores ya que soy enfermera y nos faltaban enfermeras allí. Quise ayudar a nuestro equipo de enfermería y especialmente a nuestras hermanas que sienten la soledad del aislamiento forzado. Debajo de todas las capas de vestidos y la mascarilla, las hermanas reconocen nuestra conexión. Cuando ven el anillo Maryknoll en mi dedo a través de los guantes, sus caras se iluminan y parecen sentir consuelo. COVID-19 nos ha afectado a todos. Creo que nos apreciamos más las unas a las otras.

Hermana Maryknoll Ngoc-Hà Pham

Voces en tiempos de pandemia: Afiliada Maryknoll Renate Schneider trabaja apoyando a comunidades en Haiti, entrgando jabón y comida durante la pandemis de COVID-19 (Foto cortesía de Renate Schneider/Haiti)

La Hermana Maryknoll Delia Smith abraza a Sophie, la hija de uno de los residentes del hospicio en donde trabaja en Guatemala. (Foto cortesía de Delia Smith/Guatemala)

HaitÍ

No hay casos confirmados de coronavirus en el Departamento Grand’Anse en Jérémie, Haití, donde sirvo como afiliada de Maryknoll, pero eso es porque apenas se han realizado pruebas. El sistema de salud de Haití no está en condiciones de lidiar con COVID-19. La única esperanza es la prevención.

Nuestra ONG, Haitian Connection, está trabajando con socios locales para ayudar a las personas. Hemos establecido un grupo que está cosiendo mascarillas para la comunidad. Hemos distribuido 100 cubos de agua con grifos y jabón para que las personas puedan lavarse las manos. Los cubos de agua tienen un filtro, por lo que también tienen agua potable limpia. Además, hemos distribuido 4.000 konparets (una especie de dulce o bollo) en dos parroquias y varios orfanatos para combatir el hambre. Y rezamos.

Afiliada Maryknoll Renate Schneider

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