El padre Eduardo “Ponpon” Vásquez Jr. le da comida a un hombre en las calles de Manila, Filipinas, el 20 de abril de 2020, durante la pandemia de COVID-19. (Foto CNS / Eloisa López, Reuters)
Muchos gobiernos están explotando los poderes de emergencia para frenar la propagación de COVID-19 para controlar a sus ciudadanos, utilizando tácticas represivas como la detención arbitraria y la fuerza militar y policial excesiva. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, nombró a Filipinas, China, Sudáfrica, Sri Lanka y El Salvador como países con presuntas violaciones de derechos humanos bajo la apariencia de restricciones de salud. Además, la ONU estima que 265 millones de personas en todo el mundo podrían enfrentar hambruna a finales de año, lo que podría llevar a la gente a desafiar las medidas de salud para alimentar a sus familias bajo encierro. “Disparar, detener o abusar de alguien por romper el toque de queda porque están buscando desesperadamente comida es claramente una respuesta inaceptable e ilegal”, dijo la alta comisionada.
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