SegĂșn reportes internacionales, varios gobiernos han usado sus poderes de emergencia para frenar la propagaciĂłn del COVID-19 para controlar a los defensores de los derechos humanos, incluidos activistas, periodistas, profesionales de la salud, mujeres y lĂderes indĂgenas. Un informe de AmnistĂa Internacional explicĂł, “esta crisis ha proporcionado un nuevo pretexto para seguir violando los derechos humanos, reducir el espacio cĂvico y atacar a los supuestos opositores”. En Zimbabwe, donde la gente protestĂł por los niveles de hambre y corrupciĂłn relacionados con la ayuda alimentaria, tres lĂderes polĂticas fueron torturadas por participar en las protestas. Otros lĂderes han sido arrestados por proporcionar alimentos. Y en Guatemala, los ataques registrados contra defensores de derechos humanos aumentaron enormemente en 2020, a comparaciĂłn con 2019.
La Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll expresa la posiciĂłn de Maryknoll en debates sobre polĂticas pĂșblicas en Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y ante el gobierno de Estados Unidos y otros paĂses, con el propĂłsito de ofrecer educaciĂłn en temas de paz y justicia social, la integridad de la creaciĂłn y abogar por la justicia social, econĂłmica y del medio ambiente.
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