La Hermana Yliana Hernández, de la Congregación de la Presentación de la Santísima Virgen María (PBVM según sus siglas en inglés), tiene una misión: educar a niñas de familias inmigrantes. La educadora ha formado a jóvenes latinas desde 2006 en la escuela privada Nora Cronin Presentation Academy de Newburgh, Nueva York. ¿Su motivación? Ayudar a las familias a superar los desafíos, buscando un futuro mejor.
“La única salida de la pobreza es la educación”, dice la hermana Yliana. “Y las investigaciones demuestran, una y otra vez, que la mejor manera es proveer oportunidades educativas a las mujeres”.
La hermana Yliana habla sobre la pobreza desde la perspectiva de su amplia experiencia pastoral y educacional. Ella sirvió como misionera por unos años en Perú junto a otras religiosas de su congregación. De regreso en Estados Unidos, fue directora de educación religiosa por 12 años en una parroquia en Newburgh, donde trabajó con comunidades inmigrantes. Pero soñaba con una escuela para niñas, pues su otra gran motivación es luchar por las mujeres. Con sus altos índices de pobreza y violencia, Newburgh es un lugar difícil para los inmigrantes—sobre todo para las mujeres.
“He visto que muchas madres están en situaciones difíciles porque no pueden sostenerse a ellas mismas y a sus hijos. Si estuvieran mejor preparadas, estarían menos dispuestas a tolerar el abuso y la violencia”, dice la hermana Yliana. “Cuando la mujer logra prepararse, la familia entera se transforma”.
La hermana Yliana se unió a la campaña que en el año 2000 iniciaron las hermanas PBVM para establecer la escuela secundaria Presentation Learning Center para niñas del 5to a 8vo grado en Newburgh. La campaña fue liderada por la hermana Nora Cronin, quien falleció en el 2004. La escuela fue renombrada Nora Cronin Presentation Academy en su honor y la hermana Yliana se convirtió en el 2006 en la primera directora de la escuela.
“No podría hacerlo sin el apoyo de mi congregación,” dice la hermana Yliana, refiriéndose al apoyo de la comunidad y las hermanas PBVM. “Una de nuestras hermanas tiene 90 años de edad. ¡Ella daba tutoría en matemáticas para las alumnas del quinto grado! Cuando llegó el COVID-19, la tuve que convencer para que tome un pequeño lapso en este servicio”.
Los padres y las madres de las familias de las alumnas también apoyan el proyecto. “Desde el momento de inscribir a sus hijas, toman un compromiso con nuestra filosofía y misión. La escuela es gratuita, pero las expectativas son altas. Cada semana, los padres u otro miembro de la familia sirven como voluntarios, aunque sea por una hora. Invierten su energía y su tiempo, y llegan a formar parte de Nora Cronin”.
Este espíritu de cooperación destacó durante la pandemia. Cuando las escuelas fueran cerradas por orden estatal, se organizaron rápida y eficazmente protocolos para que la misión de Nora Cronin siga con la menor interrupción. “Gracias a Dios, nuestros maestros ya habían empezado a usar Google Classroom, un programa para crear un aula virtual. ¡Son muy creativos!” dice la hermana Yliana.
Cada familia aceptó las condiciones de enseñanza en línea. La hermana Yliana consiguió computadoras Chromebooks para todas las alumnas. Como educadora, ella sabía la importancia de mantener la más posible normalidad: “Aunque estén estudiando en sus casas, las estudiantes tienen que conectarse a la hora normal de inicio, estar sentadas en un escritorio o mesa, uniformadas y con videocámara encendida. Con las 55 alumnas, tuvimos un curso de verano, con 100% de participación”.
Reflexiona la hermana Yliana, “Un elemento importante en la educación es tener fe en los alumnos”. La escuela ofrece un programa de apoyo para las alumnas aun después de que se gradúan de la secundaria. “Dos jóvenes han regresado para apoyarnos como maestras sustitutas”, dice la hermana.
Para la hermana Yliana, la escuela Nora Cronin es una bendición que dará fruto a una mayor bendición: la satisfacción de ver que cada una de las alumnas se desarrolla, según sus talentos y habilidades, y son educadas para un mejor porvenir.
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Imagen destacada: La Hermana Yliana Hernández es directora de la escuela Nora Cronin, que busca educar a jóvenes en una ciudad pobre y de esa manera enrumbar a sus familias a un futuro mejor. (Cortesía de Yliana Hernández/Nueva York)