“Aquí entre nosotros”: Avanza la Causa de Dorothy Day

Tiempo de lectura: 7 minutos
Por: Deirdre Cornell
Fecha de Publicación: Dic 13, 2021

La Arquidiócesis de Nueva York envía la causa de Dorothy Day a Roma para la próxima fase de canonización.

Yo crecí con Dorothy Day como una presencia constante en mi familia de Trabajadores Católicos. Mis abuelos ayudaron a comenzar una casa de Trabajadores Católicos en Cleveland, y mis padres se conocieron y se casaron durante el tiempo que vivieron con Dorothy en el Trabajador Católico de Nueva York. Ella murió en 1980, pero su influencia en nuestras vidas no disminuyó. En cambio, creció: cuando mi hermano y yo entramos a la edad adulta, la vida de Dorothy se convirtió en una medida con la que pesamos la nuestra.

Con la causa de la canonización de Dorothy, está creciendo el momento de reconocer su presencia continua, como un desafío e inspiración perennes, en la vida de tantas personas. La causa también la da a conocer a otras personas, especialmente a jóvenes católicos y personas fuera de los Estados Unidos.

El 8 de diciembre de 2021, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, la Arquidiócesis de Nueva York celebró la conclusión de la fase diocesana de la causa de canonización de Dorothy Day. En una misa para jóvenes adultos celebrada en la Catedral de San Patricio de Nueva York, el cardenal Timothy M. Dolan formalizó la entrega de la evidencia de la santidad de Dorothy Day, acumulada por la Cofradía de Dorothy Day, a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma.

Los primeros antecedentes de Dorothy Day estuvieron marcados por lo que luego ella escribió como “falsos comienzos”.

Ella nació en 1897 en Brooklyn de padres nominativamente religiosos, y su familia se mudaba a menudo debido al trabajo de su padre, un periodista. Cuando era niña, vivió el terremoto de 1906 en el área de la Bahía de San Francisco, donde la solidaridad entre los sobrevivientes dejó una huella imborrable en ella. En Chicago fue testigo de la difícil situación de los trabajadores inmigrantes. Después de estudiar dos años en la Universidad de Illinois en Urbana, dejó la escuela para regresar con su familia a Nueva York. En contra de los deseos de su padre, se convirtió en periodista. Atraída por temas laborales y de justicia, ella cubrió huelgas, mítines y problemas que afectan a los pobres. Sus amistades en el bohemio Greenwich Village incluían a radicales, escritores, artistas e intelectuales. Esos años también estuvieron marcados por trastornos, que incluyeron un aborto, matrimonio y divorcio, y pensamientos suicidas.

After World Mission Sunday Mass at St. Ferdinand Church, pastor Father Jason Torba and Cardinal Blase Cupich greet the congregation, including all those who do mission in Chicago. (Julie Jaidinger, Chicago Catholic/U.S.)
Martha Hennessy, nieta de Dorothy Day, proclama la segunda lectura durante una misa que marca la conclusión de la investigación de la Arquidiócesis de Nueva York sobre la candidatura de Day a la santidad, el 8 de diciembre de 2021, en la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York. (Foto CNS / Gregory A. Shemitz)
La vida de Dorothy cambió con el nacimiento de su hija, Tamar, mientras vivía en Staten Island con su conviviente. Ella escribió en su autobiografía, The Long Loneliness, “Estaba feliz, pero mi misma felicidad me hizo saber que podía obtener una felicidad mayor de la que había conocido en la vida. Comencé a pensar, a sopesar las cosas, y fue en ese momento cuando conscientemente comencé a orar más”.

Se sintió atraída por el catolicismo como la Iglesia de los pobres. Aunque eso pondría fin a su matrimonio, ella decidió bautizar a Tamar y en 1927 se convirtió al catolicismo. Continuó escribiendo para varias publicaciones para mantenerse a sí misma y a su pequeña hija.

El 8 de diciembre de 1932, en medio de la Gran Depresión, mientras estaba asignada como periodista para informar sobre una Marcha del Hambre nacional y una reunión de agricultores pobres, Dorothy Day quedó profundamente perturbada a por la falta de presencia de la Iglesia para mostrar solidaridad con estas causas. Ella asistió a la misa en la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción en Washington, D.C.

“Allí ofrecí una oración especial, una oración que llegó con lágrimas y con angustia, que algunos dicen me abriría de alguna manera a usar los talentos que poseía para mis compañeros de trabajo, para los pobres”, escribió más tarde en The Long Loneliness.

After World Mission Sunday Mass at St. Ferdinand Church, pastor Father Jason Torba and Cardinal Blase Cupich greet the congregation, including all those who do mission in Chicago. (Julie Jaidinger, Chicago Catholic/U.S.)
Kathleen Jordan proclama la primera lectura durante una misa que marca la conclusión de la investigación de la Arquidiócesis de Nueva York sobre la candidatura de Dorothy Day a la santidad, el 8 de diciembre de 2021, en la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York. Jordan era amiga de Day de mucho tiempo y trabajó con ella como editora en el periódico The Catholic Worker. (Foto CNS / Gregory A. Shemitz)

A su regreso a la ciudad de Nueva York, la respuesta a su oración la esperaba en la persona de un erudito obrero francés itinerante llamado Peter Maurin. Su reunión condujo a la fundación del movimiento del Trabajador Católico, a través del cual pondrían en práctica las enseñanzas sociales de la Iglesia. Según la cronista del Trabajador Católico, Rosalie Riegle, después de la muerte de Dorothy, el movimiento no murió, sino que se triplicó en tamaño.

Las características más conocidas del Trabajador Católico incluyen a las Obras de Misericordia, que se ven en comedores populares y casas de hospitalidad para personas sin hogar. Para su visión son fundamentales la responsabilidad personal, la comunidad y la pobreza voluntaria. Durante sus décadas en el Trabajador Católico, Dorothy encontró la mayor resistencia a su visión sobre la no violencia. Su pacifismo inquebrantable durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam provocó fuertes críticas. Ella apoyó y participó en actos de desobediencia civil hasta sus últimos años. En 1973, fue arrestada en un piquete con la United Farm Workers en California.

La Cofradía de Dorothy Day llama a Dorothy Day “una santa para nuestro tiempo”.

Miembros de la cofradía se reunieron para una recepción celebrada en Mother Cabrini Health Foundation de la arquidiócesis. Antes de la misa, George Horton, director del Departamento de Desarrollo Social y Comunitario de Caridades Católicas de la Arquidiócesis de Nueva York y vice postulador de su causa, dijo que el proceso de canonización “ha sido una de las cosas más significativas de mi vida”. Él contó cómo, en 1998, el Cardenal John O’Connor había convocado a un grupo de personas cercanas a Dorothy para discernir si abrir una causa de canonización. “Yo no conocía a Dorothy. La conocí a través de la gente que la conocía”, dijo. “Lo sentí ese día. No conocía a la gente, pero sabía que estaba sucediendo algo importante. Había un espíritu en la habitación. Y ese mismo espíritu ha continuado”.

En 2002, se solicitó formalmente que la Congregación para las Causas de los Santos en Roma considerara su canonización. Con la aprobación de la Congregación, Dorothy fue nombrada “Sierva de Dios” y, en 2005, se estableció la Cofradía. En 2012, la Cofradía se revitalizó después de que el Cardenal Timothy Dolan presentara su causa para que sea aprobada en la reunión anual de los obispos católicos de los Estados Unidos. El voto de los obispos fue unánime al pedir a la Santa Sede que continuara el proceso de canonización iniciado por el cardenal O’Connor.

After World Mission Sunday Mass at St. Ferdinand Church, pastor Father Jason Torba and Cardinal Blase Cupich greet the congregation, including all those who do mission in Chicago. (Julie Jaidinger, Chicago Catholic/U.S.)
El Cardenal Timothy M. Dolan de Nueva York estampa un sello de cera en una caja de archivo que contiene documentos durante una misa que marca la conclusión de la investigación de la Arquidiócesis de Nueva York sobre la candidatura de Dorothy Day a la santidad, el 8 de diciembre de 2021, en la Catedral de San Patricio en la Ciudad de Nueva York. Observan el padre Brian A. Graebe, delegado episcopal para la causa de canonización; Waldery Hilgeman, el postulador romano de la causa; y Emanuele Spedicator, asociado de Hilgeman. Los documentos, que detallan las virtudes santas y heroicas de Day, serán revisados por la Congregación Vaticana para las Causas de los Santos. (Foto CNS / Gregory A. Shemitz)

Se realizaron entrevistas con personas (como mis padres) que habían conocido a Dorothy y habían trabajado con ella para presentarlas como pruebas de testigos presenciales. Actualmente compuesta por 24 miembros en su comité asesor, la Cofradía incluye a Martha Hennessy, nieta de Dorothy, y a su amiga Kathleen DeSutter Jordan, quienes sirvieron como lectoras en la misa.
Debido a que Dorothy fue una escritora prolífica, recopilar la documentación necesaria resultó ser una tarea hercúlea. Aproximadamente 100 voluntarios, algunos de otros países, por ejemplo, de India, transcribieron decenas de miles de páginas de sus diarios y correspondencia escritos a mano. Dos tercios de una tonelada de papeleo, 50.070 páginas con un juego de copias correspondiente (un total de 110.000 páginas) fueron enviados a Roma.

Waldery Hilgeman, postulador de la causa, voló a Nueva York desde Roma para ultimar el papeleo y estar presente en la despedida. En la recepción, dijo que mientras organizaba el papeleo, se encontró con una carta que él había escrito en 2012 a Monseñor Greg Mustaciulo, vice postulador. Intrigado por la vida y el testimonio únicos de Day, él pidió ayudar en la causa. Trabajaren la causa, lo convenció cada vez más de su santidad y de su presencia. “Dorothy está aquí entre nosotros”, dijo.
Hilgeman explicó los próximos pasos, pero dijo que no podía especificar la cantidad de años que tomará llevar la causa a la canonización. Sin embargo, señaló, Dorothy es “lo que necesitamos hoy”. Dijo que el Papa Francisco prioriza “modelos de santidad que tienen valor para nuestras sociedades contemporáneas”.
El vice postulador Horton está de acuerdo. “La necesitamos como santa para nuestro tiempo. Necesitamos la esperanza que ella pueda traernos”. Y añadió: “Mucho después de que nos hayamos ido, su vida y su legado, su vivencia del Sermón del Monte, continuarán”.

Imagen destacada: El Padre Brian A. Graebe, delegado episcopal de la causa de canonización de Dorothy Day, recita un juramento durante una misa que marca la conclusión de la investigación de la Arquidiócesis de Nueva York sobre la candidatura de Day a la santidad, el 8 de diciembre de 2021, en la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York. (Foto CNS / Gregory A. Shemitz)

Sobre la autora/or

Deirdre Cornell

Deirdre Cornell sirvió como misionera laica Maryknoll en México. Es autora de tres libros Orbis Books, entre ellos Jesus Was a Migrant y American Madonna: Crossing Borders with the Virgin Mary, y actualmente trabaja con el equipo de la revista Maryknoll.

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