¿Qué Lección Podemos Aprender de Otro Tiroteo?

Tiempo de lectura: 5 minutos
Por: Octavio Durán, O.F.M.
Fecha de Publicación: Jun 15, 2022

Hermano religioso visita Uvalde, Texas, y reflexiona sobre el dolor que sufre otra comunidad después de un tiroteo masivo.

Mientras me sentaba a cenar un martes reciente, uno de los hermanos de mi comunidad franciscana me contó de otro trágico e irracional tiroteo escolar que había ocurrido ese mismo día en Uvalde, un pequeño pueblo agrícola a 80 millas al oeste de San Antonio, lugar donde yo viví de 1980 a 1995. Había estado en Uvalde una vez y, coincidentemente, estaba a punto de viajar a San Antonio para asistir a la graduación de mi ahijado de 18 años de la escuela secundaria. Las cosas que pasamos por desapercibidas.

Cuando llegué a San Antonio, decidí pasar un día en Uvalde y ver en persona cómo la gente lidiaba con el dolor de haber perdido a 19 niños y dos adultos. Esta tragedia golpeó emocionalmente no solo a las familias afligidas de las víctimas, sino también a todo un pueblo que no podía creer que un acto tan demente había ocurrido en medio de sus vidas comunes y aparentemente seguras.

En Uvalde fui a la Escuela Primaria Robb, que todavía estaba acordonada por la policía, y pese a que ya habían pasado cuatro días del atentado, todavía estaban recolectando pruebas. Fue escalofriante ver el edificio donde un joven asesino privó de la vida a 21 personas.

De la escuela me dirigí al memorial que se había erigido en el centro de Uvalde por las víctimas. Allí, había cruces de madera, con los nombres de cada estudiante y personal de la escuela asesinados, rodeando una fuente.

Mientras oraba ante ese conjunto de cruces, sentí incredulidad y shock sobre cómo algo tan atroz pudo suceder en ese lugar. Pero, nuevamente, esto no debería suceder en ningún lugar. O no hemos aprendido las lecciones de otras matanzas, o nos hemos vuelto emocionalmente insensibles debido a su creciente frecuencia.

Pasé un tiempo en cada cruz, mirando el nombre de cada estudiante, pensando en qué tipo de infancia había vivido cada niño o niña. Sus sueños, sus juguetes favoritos, su comida o bebida favorita, y ese último adiós a sus seres queridos. Los niños presentes en el memorial escribían mensajes en las cruces, que muestran sus diferentes tipos de emociones, y le hacen saber al mundo que se deben tomar medidas contra la venta y posesión de armas de asalto que son las mismas que usan los militares.

Un parque público en la pequeña y unida ciudad de mayoría latina de Uvalde, Texas, se transforma en un lugar para conmemorar a las 21 vidas perdidas por la violencia cuando un joven armado de 18 años atacó la Escuela Primaria Robb el 24 de mayo del 2022. (Octavio Durán/EE.UU.)

Un parque público en la pequeña y unida ciudad de mayoría latina de Uvalde, Texas, se transforma en un lugar para conmemorar a las 21 vidas perdidas por la violencia cuando un joven armado de 18 años atacó la Escuela Primaria Robb el 24 de mayo del 2022. (Octavio Durán/EE.UU.)

Cuando le pregunté a alguien en el memorial si ella conocía a alguna de las víctimas, respondió que no. Pero me dijo que, como miembro de la comunidad, estaba en la obligación de presentar sus respetos a esos angelitos guiados al cielo por dos de sus maestras.

Parece que, a pesar de la perversidad de este derramamiento de sangre, esta tragedia saca lo mejor de las personas. Hubo un dueño de un restaurante que, en solidaridad, optó por donar una comida completa a cualquier persona que pasara por ahí. Alrededor de este memorial improvisado, la gente ofrecía agua, helados y artículos religiosos. Vi a un pastor cristiano orando con personas que vinieron a colocar flores, velas, rosarios, fotos y mensajes en el memorial. A medida que iba pasando la tarde, vi gente llorando, abrazándose, y mirando las cruces como si estuvieran mirando a la persona a la que estaban velando.

Y fue emotivo ver a un grupo de oficiales de Aduanas y Patrulla Fronteriza colocar una corona de flores blancas junto a las cruces, tomándose el tiempo para ofrecer oraciones y un momento de silencio.

Me atormentaba la idea de pensar que lo último que las víctimas pudieron haber visto fue a quien les quitó la vida.

Familias afligidas y miembros de la comunidad se reúnen en un lugar conmemorativo en el centro de Uvalde, Texas, donde las cruces y los obsequios rinden homenaje a los 19 estudiantes y dos maestras asesinados en un tiroteo masivo en la escuela primaria Robb. (Octavio Durán/EE.UU.)

Familias afligidas y miembros de la comunidad se reúnen en un lugar conmemorativo en el centro de Uvalde, Texas, donde las cruces y los obsequios rinden homenaje a los 19 estudiantes y dos maestras asesinados en un tiroteo masivo en la escuela primaria Robb. (Octavio Durán/EE.UU.)

Aquellas familias y las personas que sobrevivieron a la masacre nunca volverán a ser las mismas; sus vidas cambiaron el 24 de mayo del 2022. Necesitarán mucha orientación profesional y apoyo de la comunidad durante mucho tiempo. Una vez que las familias hayan enterrado a sus seres queridos, comenzarán las repercusiones. Culparán a las autoridades por no actuar correctamente, habrá demandas legales, etc. — pero por mucho dinero que esté de por medio, la sangre de estos niños y de las dos adultas no tienen precio.

Como fraile franciscano, mientras reflexiono sobre lo que vi ese día en Uvalde, no dejo de pensar sobre cuán apropiada es la oración atribuida a San Francisco: Esta no invita a ser “instrumentos de paz”. Que veamos el amor en este mundo lleno de odio. Fe en tiempos de duda. Necesitamos esperanza en este momento de desesperación, y persistencia y coraje para iluminar a nuestros políticos que viven en la oscuridad. Debemos llevar alegría a los que están tristes mientras lloran a sus seres queridos.

Tuve la suerte de ver a mi ahijado recibir su diploma de la escuela secundaria, pero en mi mente estaba el pensamiento de que esos 19 niños de Uvalde nunca tendrán la oportunidad de recibir sus diplomas. En cambio, han recibido muchas oraciones mientras caminan hacia el Reino celestial.

Debemos prestar atención al mensaje del Papa Francisco al recordar a las víctimas de Uvalde: “Rezo por los niños y adultos asesinados y por sus familias. Es hora de decir ‘basta’ al comercio indiscriminado de armas”.

Como todos nosotros, el papa reza para que nunca vuelva a ocurrir una tragedia similar. Que descansen en paz todos los que han perdido la vida a causa de la violencia.

Imagen destacada: Inclinado con tristeza, un hombre llora en la cruz conmemorativa de Maite Rodríguez, de 10 años, asesinada en Uvalde, Texas. Rodríguez, estudiante de cuarto grado, soñaba con convertirse en bióloga marina. (Octavio Durán/EE.UU.)

Haga clic en las flechas para ver la presentación de diapositivas:

Las escenas de un lugar conmemorativo en el centro de Uvalde, Texas, muestran a familiares y miembros de la comunidad afligidos quienes dejan mensajes, flores y otras ofrendas para honrar a las 21 personas, incluidos 19 estudiantes y dos maestras, asesinados en un tiroteo masivo en la Escuela Primaria Robb el 24 de mayo del 2022. (Fotos por Octavio Durán/EE.UU.)

Sobre la autora/or

Octavio Durán, O.F.M.

Octavio Durán es un hermano franciscano que vive en Butler, Nueva Jersey.

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