Domingo, 4 de septiembre del 2022
Sabiduría 9:13-18b; Filemón 9-10, 12-17; Lc 14, 25-33
La Misionera Laica Maryknoll Julie Lawler en Camboya reflexiona sobre la necesidad de un retiro y de reenfocarse en el llamado de Dios.
La lectura del Evangelio de hoy nos lleva a reflexionar y examinar nuestras prioridades. ¿Qué es lo más importante? Es difícil elegir entre Dios y otros compromisos, pero Dios nos está invitando a elegirlo por encima de todo–posesiones y relaciones–para que podamos obtener una vida eterna.
Ser discípulo es decidir decir “Sí” a Dios cada día. Estamos llamados a reflexionar y preguntarnos, ¿dónde están nuestros compromisos, ¿dónde se gasta nuestro tiempo? Cuando tomamos malas decisiones y nos alejamos de Dios? ¿podemos perdonarnos por esas decisiones o comportamientos? ¿Podemos perdonarnos y amarnos como Dios nos perdona y nos ama?
Esta es una invitación para entrar a un espacio y estar con Jesús. Puede brindar paz, traernos claridad y alegría, pero al mismo tiempo, puede ser difícil llegar allí. Este es el desafío. Decir sí no es solo algo de una vez. Necesitamos buscar el consejo de Dios repetidamente para que podamos dar los pasos continuamente para ser un discípulo de Cristo.
Considero que las lecturas de este domingo tienen relevancia para esos momentos que necesitamos salir del desánimo y volver a donde estuvimos en algún momento, seguros en el camino como discípulos de Cristo.
Soy una misionera reciente. Me uní a los Misioneros Laicos Maryknoll en enero del 2020. Me mudé a Phnom Penh, Camboya, donde inicié mi misión y empecé una nueva vida lejos de mi familia. No hace falta decir que estaba experimentando muchos cambios, haciendo la transición a una nueva cultura, aprendiendo dos idiomas y adaptándome a una forma de vida que no era como la que tenía antes, además de lidiar con Covid-19, como todos los demás.
Pasó el tiempo y me di cuenta que he estado en Camboya durante casi dos años. Estaba pensando “Wow, ¿dónde se ha ido el tiempo?” Conocí a tanta gente, experimenté celebraciones, bodas, me reuní para funerales y me invitaron a unirme a reuniones familiares. Dirigí talleres para futuros líderes sordos, capacité a maestros sobre crear conciencia de los sordos y les alenté a incorporar más actividades y juegos que desarrollaran habilidades y fluidez en el lenguaje de señas, y diseñé programas de capacitación para maestros de sordos en educación sorda bilingüe y STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas por sus siglas en inglés.)
Pero me di cuenta de que estaba viviendo como en modo nublado de supervivencia, distrayéndome con las redes sociales, películas y pensamientos sin sentido, para evitar enfocarme en sentir ansiedad en los tiempos de la pandemia. ¿Cómo lidiaste con la pandemia? En mi caso, después de largos días en mi ministerio, me dejé enredarme en tareas mecánicas que me permitieron no pensar en la incertidumbre o imprevisibilidad de lo que pasaba a mi alrededor. No estaba buscando el consejo de Dios como lo había hecho en el pasado.
Entonces, sentí un empujón y un llamado “Ven, sígueme”. Reconocí este sentimiento y como antes, era Dios llamándome para darme un espacio para así volver y restablecer mis prioridades.
Después de reflexionar sobre las lecturas de este domingo, recordé una experiencia reciente que tuve en la que Dios me llamó a enderezar mi mente nuevamente para poder ser una mejor discípula. Me sentí llamada a dedicar tiempo a la meditación para poder alejarme del ruido del mundo y buscar el consejo de Dios una vez más. Sentí que estaba sobreviviendo a la pandemia, haciendo lo mejor que podía. Pero llega un momento cuando necesitas un reiniciar, y yo estaba sintiendo exactamente eso.
Después que las fronteras se reabrieron dos años después de pandemia, fui a un centro de retiro jesuita llamado Seven Fountains (Siete Fuentes), en Chiang Mai, Tailandia. El centro de retiro está ubicado en una propiedad cerca de las montañas, al lado del ajetreo y el bullicio de la Universidad de Chiang Mai. Al entrar en los terrenos, la paz y la tranquilidad te rodean. Hay caminos sinuosos delineados con ladrillos que te llevan bajo un dosel de árboles antiguos. A lo largo de un camino, se pasa por debajo de un arco grabado con la palabra paz y se camina a través de un bosque de bambú que conduce a un laberinto de oración, con capillas laterales y una pequeña gruta con una estatua de María. Durante mi retiro, fui guiada por un director espiritual que me animó a visitar estas estaciones externas y unirme a las oraciones de meditación.
En esos días de retiro sentí el amor de Cristo y también el deseo de volver a enderezar mi camino. La lectura de hoy nos anima a tomar aquellas acciones que enderecen nuestros caminos en la tierra. Si caes, escucha a Dios y vuelve a Dios. Busca el consejo de Dios y pide la gracia de dejar ir y seguir adelante. El discernimiento es solo eso, un proceso de mirar nuestras elecciones y evaluar nuestras acciones.
Al decir que sí, sabemos que ser discípulo de Jesús no es fácil. Hay una necesidad constante de estar atentos y una mentalidad que nos dice que debemos estar alerta a los avances del pecado. ¿Cómo estás buscando el consejo de Dios? Da esos primeros pasos y actúa: ora, escucha y sigue el llamado de Dios.
Para leer otras reflexiones bíblicas publicadas por la Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll, haga clic aquí.
Imagen destacada: La misionera laica Maryknoll Julie Lawler, maestra de educación para sordos, trabaja en el Programa de Desarrollo para Sordos en Camboya. (Foto cortesía de Julie Lawler/Camboya)
