Reflexión Maryknoll: La misericordia que Jesús modeló

Tiempo de lectura: 4 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Sep 9, 2022

Por Dan Moriarty, Coordinador del Programa, Caminos hacia la Paz (Pathways to Peace)
Domingo, 11 de septiembre de 2022
Éxodo 32,7-11, 13-14; 1 Timoteo 1,12-17; Lucas 15,1-32

Un miembro del personal de la Oficina de Asuntos Globales Maryknoll recuerda la violencia en Guatemala mientras explora el tema de la misericordia en las lecturas de la Misa del 24º Domingo del Tiempo Ordinario.

Se nos dice una y otra vez que Dios es misericordioso, pero ¿cómo podemos practicar el tipo de misericordia radical que Dios nos enseña? En las lecturas de hoy, vemos que Dios no simplemente perdona a los pecadores, sino que los busca y celebra con ellos.

Moisés, en los pasajes que siguen a la primera lectura, en realidad le pide a algunas personas de su pueblo a llevar a cabo una violenta y masiva venganza contra quienes fueron infieles, algo que está muy lejos de la misericordia que pide y es concedida por Dios. En la segunda lectura y en el Evangelio, vemos que Dios busca la cercanía con aquellos que pecan contra Dios y el pueblo de Dios, e incluso los llama a ocupar posiciones destacadas entre los seguidores de Cristo.

El más notable entre los recaudadores de impuestos con los que Jesús cena es Mateo, a quien llama a ser uno de sus doce apóstoles. Dios llama a Pablo (entonces llamado Saulo) cuya vida era la de un “blasfemo y un perseguidor” a unirse a los apóstoles en la difusión del Evangelio. Mateo y Pablo, ambos judíos que vivían bajo la ocupación romana, habían participado en la opresión romana del pueblo judío cuando fueron invitados a posiciones prominentes entre los seguidores de Jesús.

Al igual que Moisés, o los fariseos y escribas o el hermano mayor del Hijo Pródigo, nos puede parecer difícilmente imposible lograr tal misericordia.

En la Iglesia, tendemos a hablar de “la justicia y la paz” como si fueran una sola cosa. Pero a menudo, la búsqueda de la justicia y la búsqueda de la paz se encuentran en tensión la una con la otra. La paz para algunos puede significar pasar por alto las injusticias en aras de cesar el conflicto. La justicia, o hacer que los perpetradores de violencia rindan cuentas, puede ser un obstáculo para la paz.

¿De qué manera el mensaje de la misericordia radical de Cristo, que pide buscar y abrazar a los pecadores que han oprimido a otros, permite tanto la justicia como la paz?

Recientemente visité a las hermanas y afiliadas Maryknoll en Guatemala, donde 36 años de conflicto fueron seguidos por un exitoso período de justicia transicional. Los sobrevivientes de la violencia y los terribles abusos contra los derechos humanos pudieron decir las verdades que durante mucho tiempo habían sido ocultadas por los que estaban en el poder, y los perpetradores—incluidos jefes de Estado y líderes militares—fueron encarcelados. Pero hoy, una alianza de políticos y oligarcas corruptos se ha apoderado sistemáticamente de todas las ramas del gobierno, y el proceso de justicia transicional se ha detenido.

Los defensores de derechos humanos y los fiscales y jueces que responsabilizaron a los violadores de los derechos humanos han sido criminalizados, acusados falsamente de crímenes, y muchos se han visto obligados a buscar asilo en el extranjero. Una comisión anticorrupción respaldada por las Naciones Unidas fue cerrada después de 12 años de trabajo exitoso. Ahora, un proyecto de ley de amnistía liberaría a todos los que han sido condenados como parte del proceso de justicia transicional de posguerra, poniendo a quienes testificaron en su contra en riesgo de una violencia continua.

Los funcionarios guatemaltecos promueven el proyecto de ley de amnistía como un servicio a la causa de la paz dejando de lado el conflicto pasado. En otros casos, las leyes de amnistía a menudo son promovidas por grupos eclesiásticos en términos de misericordia cristiana. Pero ¿la propuesta ley guatemalteca realmente refleja el tipo de misericordia que Jesús modeló?

Al pedirle a Mateo que lo invitara a cenar, y luego que fuera uno de sus apóstoles, Jesús encontró una manera creativa de ofrecer al recaudador de impuestos un camino alejado de la corrupción y hacia la solidaridad. En el camino a Damasco, Jesús le imploró a Saulo que dejara de perseguirlo, y Saulo se ganó la confianza de los otros discípulos por su fidelidad al llamado de Jesús.

La misericordia y la impunidad no son lo mismo, como tampoco lo son la no violencia y la pasividad. Cristo nunca fue vengativo. Rechazó la justicia punitiva. Pero su misericordia nunca sacrificó la verdad. La no violencia cristiana busca interrumpir y transformar la violencia.

En Sudáfrica, Ruanda, Chile, Camboya, Guatemala y en las comunidades nativas y afroamericanas en Estados Unidos, los sobrevivientes de la violencia histórica y sistémica están buscando sus propios caminos hacia la plenitud y la paz con sus opresores. Cada comunidad es diferente, y tal vez no todas logren la misericordia radical de Cristo. Pero sólo dejando que se diga la verdad y mostrando misericordia primero a las víctimas de la violencia será posible la paz con justicia.

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Imagen destacada: Dan Moriarty (izquierda) con hermanas y afiliadas Maryknoll: Rosa Beatriz, Hermana Silvia Pacheco, Hermana Jane Buellesbach, una afiliada no identificada, y Claudia Samayoa el 27 de julio de 2022 (Cortesía de Dan Moriarty/MOGC)

Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll (MOGC por sus siglas en inglés) expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, defender la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente. Visita maryknollogc.org

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