Por la Hermana Janet Hockman, M.M.
Domingo, 30 de octubre de 2022
Sabiduría 11:22-12:2; Salmo 145:1-2, 8-9, 10-11, 13, 14; 2 Tesalonicenses 1:11-2:2; Lucas 19:1-10
La Hermana Maryknoll Janet Hockman reflexiona sobre la gracia de las oportunidades inesperadas para ver las cosas de diferente modo.
Siempre me cautivaron las historias de los marineros marshaleseses que usaban solo su conocimiento de las estrellas y el oleaje del océano para guiarse. La sintonía con la naturaleza tan aguda. Yo, nunca me cansé de observar las fases de la luna, los planetas brillantes y las constelaciones visibles desde la vasta oscuridad majestuosamente apoderada. Qué gratificante ver… Me encantaba escuchar los nombres de las estrellas de quienes las conocían desde hace generaciones. ¡Qué conexión!
¿No han sido las imágenes del Telescopio Espacial James Webb sorpresas asombrosas e inspiradoras? ¡Cuánto nos es desconocido! Resplandor de maravillas cósmicas nunca antes vista, desde tantos años luz de distancia se nos presentan como una nueva vista, con perspicacia, científica y espiritual.
La lectura de hoy sobre Sabiduría comienza con palabras del universo como “un grano” o “una gota de rocío de la mañana” ante Dios. Estas imágenes son preciosas en su detalle y sugieren mucho más. Misterio y maravilla. Así como abundan las preguntas sobre los orígenes cósmicos, la relación con nosotros y nuestra morada terrenal, también se abre la búsqueda de fe sobre dónde y cómo llegamos continuamente a ver y a entender a Dios.
En el segundo capítulo de Laudato Si, se dice esto sobre el Misterio del Universo: “… el mundo surgió como resultado de una decisión, no del caos ni del azar, y esto lo exalta aún más porque la palabra creadora expresa una libre elección. El universo no surgió como resultado de una omnipotencia arbitraria, o una demostración de fuerza o un deseo de autoafirmación. La creación es el orden del amor. El amor de Dios es el motor fundamental de todas las cosas creadas…”
Qué historia tan familiar puede ser el Evangelio de hoy, excepto de lo que escuchamos en este nuevo tiempo. Zaqueo quería ver.
Los descriptores de Zaqueo están ahí: descendiente de Abraham, recaudador de impuestos, bajito, curioso, rápido para evaluar una situación, persistente con intención, persona que enfrenta hábilmente los obstáculos, responde rápidamente, juzgado por otros, lleno de júbilo, alguien que acepta ser visto y tiene el valor para verse a sí mismo, dispuesto a reconciliarse con el pasado, persona que quiere hacer frente a las injusticias conocidas o desconocidas, abierto a nuevas relaciones, liberado para la generosidad.
Zaqueo no tenía un telescopio para una visión clara. ¡Quién hubiera imaginado que era un árbol el que permitiría ver a Zaqueo! ¿Quién y qué nos ayuda a ver?
¿Tenía Zaqueo alguna idea de qué esperar? ¿Cómo podía haber anticipado que la historia de su vida cambiaría tanto para corregir errores e injusticias del pasado? ¿Qué implicaciones tendría para su familia? ¿Cómo se desarrollarían las nuevas relaciones? ¿Y cómo seguiría entrando y saliendo de su corazón el encuentro con Jesús?
¿Qué hizo que Jesús se detuviera en Jericó cuando solo pretendía pasar? ¿Qué nos da una pausa inesperada? Una pausa que puede cambiarnos la vida a nosotros y a los demás… una pausa para notar profunda y conscientemente algo de la naturaleza justo donde estamos…una pausa que nos permita considerar de nuevo el universo en evolución… una pausa que te ayude a ver y a valorar la diversidad…
¿Qué cambia en nuestra Casa Común, cuando notamos que estamos en medio del calentamiento global aquí en la Tierra? ¿Podemos alejarnos de las implicaciones humanas y planetarias de la guerra? ¿Cuándo miramos hacia arriba, y nos detenemos, para mirarnos a los ojos y escuchar una historia de alguien que nunca antes habíamos conocido… un miembro de la familia, un vecino, un inmigrante, un compañero de trabajo, una persona de servicios de apoyo, alguien que pertenece a nuestra iglesia, una con diferentes puntos de vista y creencias?
¡Qué momentos de reciprocidad debió haber habido entre Jesús y Zaqueo en esa pausa! Ver y ser visto invita relacionalmente a la respuesta y a la responsabilidad.
El Papa Francisco ha una invitación a un sínodo de tres años, un sínodo de sinodalidad. Es una pausa intencional para la iglesia. Fue emitido en todo el mundo; la invitación fue para todos, acogiendo la sabiduría y la riqueza de las diversas experiencias, percepciones y esperanzas de la Iglesia. Este camino de sinodalidad, de compartir, escuchar, reflexionar, ver, reconocer el pasado y el presente de la iglesia y confiar en el Espíritu para el discernimiento, es nuevo. Es una pausa en el camino, un momento para reenfocar la visión profética del futuro de la iglesia como parte de Una Comunidad en la tierra. Es hacia la comunión, la participación y la misión.
¿Qué podrían haber discutido Jesús y Zaqueo a lo largo del camino mientras viajaban juntos? ¿Qué cambios podrían haber sucedido, para ver desde puntos de vista compartidos?
Que el amor fundamental de Dios siga siendo la fuerza motriz de todos.
La Hermana Maryknoll Janet Hockman ha trabajado en educación y formación de retiros como misionera en las Islas Marshall, Nepal y Haití y actualmente codirige la reflexión y la acción sobre una mayor conciencia como One Earth Community (Una comunidad en la tierra) con las Hermanas Maryknoll en Nueva York.
Para leer otras reflexiones bíblicas publicadas por la Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll, haga clic aquí.
Imagen destacada: Este paisaje de “montañas” y “valles” salpicado de estrellas brillantes es en realidad el borde de una joven región de formación estelar cercana llamada NGC 3324 en la Nebulosa Carina. Capturada en luz infrarroja por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA y lanzada al público el 12 de julio de 2022, esta imagen revela por primera vez áreas previamente invisibles de nacimiento de estrellas. (Créditos: NASA, ESA, CSA y STScI y disponible en el dominio público.)
