Por la Hermana Dee Smith, M.M.
Sexto Domingo del Tiempo Ordinario
Domingo, 12 de febrero de 2023
Sir 15:15-20 | 1 Co 2, 6-10 | Mateo 5:17-37
¡La lectura del Evangelio de hoy parece estar llena de Jesús estableciendo la ley y dando órdenes con terribles consecuencias si no se siguen!
El que obedezca y enseñe estos mandamientos será llamado el más grande en el Reino de los cielos.
Os digo que, si vuestra justicia no supera a la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribunal.
Llega a un acuerdo con tu oponente rápidamente mientras te diriges a la corte. De lo contrario, tu oponente te entregará al juez, y el juez te entregará a la guardia, y serás echado en la cárcel.
Amén, te digo que no serás liberado hasta que hayas pagado el último centavo.
Deje que su ‘sí’ signifique ‘sí’, y su ‘no’ signifique ‘no’.
Todo lo demás es del maligno.
Pero al reflexionar más, en realidad nos encontramos con lo que yo llamaría la comprensión perspicaz de Jesús del alma humana. Jesús sabe que, sin una guía clara, la gente sería vulnerable a todo tipo de dificultades y fallas. Serían aún más susceptibles al juicio y la discriminación santurrona. Él presenta a los escribas y fariseos como un grupo que piensa que tienen todas las respuestas correctas en lugar de ser rectos y justos.
He estado viviendo en Guatemala por más de 29 años como misionera y trabajando con personas con VIH y sus familias. Este es un pueblo que ha sido marginado, juzgado, violado, asesinado, aislado y discriminado en todos los ámbitos de su vida. Muchas iglesias cristianas se han negado a permitir que las personas con VIH, las personas transgénero o los homosexuales adoren en sus templos. Son denigrados, llamados pecadores y ‘merecedores’ del virus por su comportamiento inaceptable (según los “correctos” de Guatemala).
A lo largo de mi tiempo aquí he sido testigo de la fuerza y la convicción de mis compañeros en nuestro hospicio para promover el sí como sí y el no como no que Jesús nos llama a practicar. Nuestro sí al cuidado de las personas con VIH y nuestro no a la discriminación, aislamiento y maltrato por parte de familiares, comunidades y vecinos.
Más que nunca, en estos tiempos caóticos, tenemos el desafío de expresar nuestra verdad y mantenernos firmes del lado de la justicia y la igualdad para todos en la creación.
Esforcémonos siempre por ser personas a quienes Jesús pueda decir con razón… nuestro sí es sí y nuestro no es no. Con fe y valentía, seremos el rostro de una justicia integral que supere toda maldad en el mundo.
Foto destacada: La Hermana Maryknoll Dee Smith explicando un plan de ahorro cooperativo a una viuda en Guatemala.
