Reflexión Maryknoll: Ama a tu prójimo como a ti mismo

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Feb 17, 2023

Por Michael Leen, MKLM

Séptimo Domingo del Tiempo Ordinario

Domingo, 19 de febrero, 2023

Levítico 19,1-2, 17-18 | 1 Corintios 3,16-23 | Mateo 5,38-48

Después de enseñar por seis meses a jóvenes madres de Tanzania cómo elegir, iniciar y dirigir un negocio empresarial, me di cuenta de que pocos negocios estaban realmente …. empezando. ¿Por qué? La mayoría de estas mujeres jóvenes carecían de los recursos básicos o del acceso al capital necesario para empezar un negocio.

Para superar este obstáculo, me contacte con Kitati Wambura, un hombre de Tanzania con experiencia en la organización de grupos comunitarios de ahorro y préstamo. Estos grupos, pensé, proporcionarían una plataforma para pedir dinero prestado a una tasa de interés bajo con el fin de empoderar a estas mujeres para establecer o hacer crecer una pequeña empresa. Juntos, Kitati y yo ayudamos a crear numerosos grupos de ahorro y préstamo compuestos y administrados por madres jóvenes que viven en la pobreza extrema en Mwanza, Tanzania.

Un año después de nuestra reunión inicial, recibí noticias de que Kitati, ahora amigo mío, había resultado gravemente herido. Se despertó una noche con el sonido de gritos desde la casa de su vecino, y fue a ver qué estaba pasando. Justo cuando Kitati salió, fue golpeado por detrás, lo voltearon a la fuerza y luego lo cortaron en la cara, el pecho y el brazo por un ladrón que usaba un machete. Las heridas de Kitati fueron extensas, lo que lo obligó a permanecer en cama durante varios meses con la esperanza de recuperarse. Los médicos especularon que podría perder la vista en su ojo izquierdo.

En las lecturas bíblicas de hoy, Dios nos llama a cada uno de nosotros a la santidad. El desafío es: ¿Cómo respondemos a tal llamado?

En la primera lectura del libro de Levítico, Moisés le dice a la comunidad israelita que la santidad se demuestra a través del amor y la misericordia. “No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón…. No te vengues ni guardes rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

El salmista continúa alabando la bondad y la misericordia incalculable de Dios, relatando cómo, a pesar de nuestra pecaminosidad, Dios perdona nuestras iniquidades, es lento para la ira y nos mira con compasión.

La segunda lectura de la carta de San Pablo a los Corintios reitera el llamado a la santidad, porque el cuerpo humano es el templo santo de Dios. Y en el Evangelio según Mateo, Jesús nos dice que seamos perfectos, así como nuestro Padre celestial es perfecto.
Una y otra vez, las lecturas bíblicas de hoy nos recuerdan que estamos llamados a la santidad. ¿Cómo respondemos a este llamado? Haciendo lo que parece imposible: amar a nuestros enemigos y orar por aquellos que nos persiguen. Nuestra santidad se revela a través del amor y la misericordia que ofrecemos a los demás.

Mi amigo Kitati tenía todas las razones para odiar en su corazón a sus hermanos que lo atacaron tan innecesaria y despiadadamente, y abundante sustento para buscar venganza y guardar rencor después del día de su ataque. Pero, así como Jesús trastornó la noción del odio y la represalia en la lectura del Evangelio de hoy, también Kitati prevaleció contra el deseo de retribución del ego de la mente. En lugar de aferrarse fuertemente al odio y orar por una justicia que sea rápida y sin piedad, Kitati oró por sus perseguidores.

¡Qué fácil sería odiar en tal situación! Sin embargo, cuando visité a Kitati, donde yacía en la cama con las heridas aún frescas, me habló de la prueba que pasó con un rostro amoroso, y oró misericordiosamente por aquellos que tan gravemente lo perjudicaron.

Amar a nuestros enemigos refleja la misma compasión que Dios nos otorga a cada uno de nosotros diariamente, una compasión basada en el amor y la misericordia, los verdaderos frutos de santidad a los que todos estamos llamados con alegría.

Foto cortesía de Michael Leen, clase de sastrería en el Proyecto LuLu, que ayuda a las madres adolescentes en Mwanza, Tanzania, a descubrir sus talentos, planificar su futuro y comenzar pequeñas empresas, enero de 2017.

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Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

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