Reflexión Maryknoll: Seguimos caminando junto a Nuestro Señor

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Abr 21, 2023

Por Gabe Hurrish, MKLM

Tercer domingo de Pascua
Domingo, 23 de abril, 2023
Hch 2,14. 22-33 | 1 Ped 1, 17-21 | Lc 24, 13-35

A menudo pienso que soy como esos dos discípulos que se alejan de Jerusalén, preguntándose “¿qué haré ahora?” después de que su Salvador y sus sueños murieron en la cruz. Sus expectativas fueron desgarradas por la muerte. Su fe se sacudió hasta los cimientos cuando su líder fue asesinado. ¿Soy así? Cuando encuentro algo inesperado, ¿pierdo la esperanza? Es tan fácil sentirse desesperado en esas circunstancias.

Lo que más me impacta es cómo Jesús se acerca a estos discípulos mientras ellos van “bajando” de Jerusalén. Se alejan de su fe. Desesperanzados, con fe decaída y confundidos, ellos se alejan. Jesús los alcanza y camina con ellos en ese momento de desesperación y se comunica con ellos para ayudarlos a “ver”.

Encuentro con frecuencia que es en los momentos de prueba y tribulación en que me siento más cerca a Jesús. Puedo sentir su presencia. Jesús viene en los momentos más difíciles y sombríos de nuestras vidas. Tal como Pedro le recuerda al pueblo judío de su época, Dios tiene un plan y necesitamos confiar en él y continuar con valentía. San Pedro nos implora que “oigamos y escuchemos”.

Muchas veces me identifico con estos dos discípulos. Tengo el Espíritu de Dios en mí, pero desespero cuando las cosas no salen como esperaba. Pierdo mi valentía y fe cuando personas egoístas y malvadas parecen abrumar el mundo. Pierdo fe cuando la hambruna, la guerra y la enfermedad suceden. Me pregunto, ¿dónde está mi Dios? ¿Cómo pueden pasar estas cosas?

Como en la Primera Carta de Pedro, intento vivir “siempre con temor filial durante su peregrinar por la tierra”. No puedo cambiarlo todo; no puedo entenderlo todo, pero aún confío en el Señor que creó todo y en su plan divino. Dios permite que la adversidad y las penurias existan para que su gloria sea revelada.

Sirvo en misión en Sudán del Sur, un país asediado por la angustia y la desesperanza. He presenciado el sufrimiento que la Iglesia de Sudán del Sur está experimentado. La más nueva de las naciones está pasando por dolores de crecimiento. Hay problemas dentro de otros problemas. La política es corrupta, la educación es escasa, la buena atención médica es prácticamente inexistente y la infraestructura es deficiente. Además, la violencia y los desastres naturales afectan a la población. Parece que no hay una salida. ¿Qué debemos hacer? Aun así, Jesús camina entre la gente. Es a través de esa imagen divina que yo también camino con la gente de Sudán del Sur.

Las lecturas del día de hoy nos imploran que confiemos en los designios de Dios. Tener fe en aquello que no podemos ver o entender. A pesar de la mala publicidad, todo está bien y continúa según el plan de Nuestro Amoroso Señor. Debemos continuamente examinar si estamos alejándonos o caminando hacia Dios. Rezo por fortaleza y valentía para llevar mis cruces, incluso cuando no comprendo cómo Dios está obrando en mí. Es el viaje de nuestra vida que oigamos y escuchemos lo que Dios nos dice. Seguimos caminando junto a Nuestro Señor y continuamos la conversación de la vida eterna.

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Foto destacada: El Misionero Laico Maryknoll Gabe Hurrish (con suéter con capucha) y otros concurrentes participan en un taller de apicultura en Sudán del Sur en 2020 (Gabe Hurrish/Sudán del Sur).

Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

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