Por Debbie Northern, MKLM
Domingo, 25 de junio de 2023
Jeremías 20,10-13 | Romanos 5,12-15 | Mateo 10,26-33
En la lectura del Evangelio de hoy, Jesús afirma el amor y el cuidado de Dios por toda la creación. Él nos asegura que incluso a las que consideramos las criaturas más pequeñas e insignificantes están bajo la protección de Dios. En mi trabajo en la frontera en El Paso, he escuchado a los migrantes hablar de su gran confianza en Dios para que los ayude y proteja en su viaje en el que huyen de la violencia, la pobreza y los desastres naturales. No importa cuán horrendo haya sido su viaje, en el que enfrentan extorsiones, secuestros o el cruzar por terrenos peligrosos, nunca han perdido la fe en que Dios los llevará a un lugar seguro. Ellos creen lo que Jesús dice en el Evangelio: “No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros”.
La Iglesia del Sagrado Corazón fue el lugar donde la mayoría de los migrantes se congregaron antes que acabara el Título 42. Fui testigo de los miles de personas acampadas en la acera y en la propiedad de la Iglesia, ya que el refugio sólo podía albergar a un par de cientos de personas. Afortunadamente, la Diócesis de El Paso y la comunidad se unieron para ayudar a alimentar y satisfacer las necesidades básicas de los migrantes, como lo han hecho durante muchos años.
El Papa Francisco escribe en Fratelli Tutti: Los migrantes no son vistos como que tienen derecho, como otros, a participar en la vida de la sociedad, y se olvida que poseen la misma dignidad intrínseca que cualquier persona. Por lo tanto, deben ser “agentes en su propia redención”. Nadie negará abiertamente que son seres humanos, pero en la práctica, por nuestras decisiones y la forma en que los tratamos, podemos demostrar que los consideramos menos dignos, menos importantes, menos humanos. Para los cristianos, este modo de pensar y de actuar es inaceptable, ya que pone ciertas preferencias políticas por encima de las convicciones profundas de nuestra fe: la dignidad inalienable de cada persona humana, independientemente de su origen, raza o religión, y la ley suprema del amor fraterno.
Frecuentemente, los migrantes no son tratados como nuestros hermanos y hermanas. La retórica cruel y el trato duro de encerrarlos en centros de detención y transportarlos en autobús o que vuelen por todo el país por razones políticas demuestra la falta de dignidad que encuentran. No son tratados como si valieran más que los pájaros.
En El Paso en 2019, un tiroteo masivo en el Walmart en El Paso cobró la vida de 23 personas e hirió a muchas más. El perpetrador llegó a El Paso con la intención de matar a los migrantes. En Texas, en 2022 y 2023, ocurrió el asesinato de una familia de migrantes, otros migrantes asesinados por vigilantes, ocho migrantes atropellados y asesinados en una parada de autobús, y 51 migrantes murieron mientras estaban encerrados en un tractor. Incluso cuando ya están en los Estados Unidos, los migrantes enfrentan violencia y maltrato.
Recientemente, conocí a una inmigrante colombiana que estuvo detenida durante cuatro meses, a pesar de tener un patrocinador. Uno de los oficiales de ICE, sin una razón legítima, no aceptó las credenciales de su prima, quien se ofreció a ser su patrocinadora.
Afortunadamente, ella pudo obtener ayuda de una organización sin fines de lucro llamada Las Américas, que brinda servicios legales, para presentar una queja en contra del oficial. Las Américas la ayudó a conseguir otro patrocinador local que tuvo que saltar a través de vallas inventadas por ICE que no formaban parte del sistema para finalmente sacarla de la detención. Ella nos contó el trato inhumano que experimentó y está agradecida de finalmente reunirse con su familia. Muchos migrantes no tienen acceso a abogados u otras personas que los defiendan.
La primera lectura de Jeremías termina: “¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!”. Aquellos que abusan de su poder para dañar a otros van en contra del llamado de Jesús a amar a nuestro prójimo y tratarlos bien. Como cristianos, necesitamos mostrar compasión a los más necesitados y a los que están siendo tratados sin dignidad. Las personas que están siendo perjudicadas necesitan aliados y defensores que no tengan miedo de hablar y ofrecer ayuda. No necesitamos buscar muy lejos en nuestras comunidades y vecindarios para encontrar maneras de brindar ayuda y responder a nuestros hermanos y hermanas que están siendo tratados injustamente.
Para leer otras reflexiones bíblicas publicadas por la Oficina de Asuntos Globales Maryknoll, haga clic aquí.
Imagen destacada: El refugio de la parroquia del Sagrado Corazón en El Paso, Texas, alberga a migrantes que necesitan un lugar seguro para quedarse. (Cortesía de Debbie Northern/EE. UU.)
