Reflexión Maryknoll: Señor, consérvame en tu paz

Tiempo de lectura: 2 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Nov 3, 2023

Por Susan Nchubiri, M.M.

Trigésimo primero domingo ordinario
Domingo, 5 de noviembre, 2023
Mal 1, 14–2, 2. 8-10| 1 Tes 2, 7-9. 13| Mt 23, 1-12

Al leer las escrituras de esta semana, las siguientes palabras me desconcertaron: “‘Si no me escuchan y si no se proponen de corazón dar gloria a mi nombre, yo mandaré contra ustedes la maldición’”. (Mal 2: 1-2) ¿Por qué usar la palabra “maldición”?

Reflexionándolo más profundamente, me pregunté a mí misma: “¿Acaso Dios está tan frustrado y decepcionado con la humanidad que quiere ponernos en nuestro lugar?

Sin duda, la gente a la que Malaquías se dirigía había roto su convenio con Dios. El convenio con Dios era de vida y paz, y llamaba a la gente a honrar y temer el nombre de Dios. La desobediencia hizo que otros se descarriaran, dividiendo así la fe misma.

Ellos no habían honrado a Dios. Pero, ¿y nosotros hoy día? ¿Honramos a Dios como lo prometimos en nuestro bautismo? ¿Qué significa honrar a Dios hoy en un mundo lleno de disturbios, odios, nacionalismos, divisiones, partidismos, polarización, discriminación, muerte y sufrimientos inexplicables? ¿Cómo enfrentamos el enorme odio, la información falsa y la desinformación atacándonos por todas partes?

El salmista nos da la respuesta: “Señor, consérvame en tu paz”. Hemos recibido la Palabra de Dios. Esa palabra “sigue actuando en ustedes, los creyentes”. ¿Cómo proclamamos tú y yo esa palabra? ¿Somos como los escribas y fariseos del Evangelio de esta semana? “Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra”.

Vivir nuestra vocación cristiana hoy día exige que practiquemos lo que predicamos. Proclamamos que somos seguidores de Cristo. ¿Qué haría Cristo con la terrible violencia que azota a Palestina, Israel, Ucrania, Yemen, Sudán y Somalia? ¿Qué haría Jesús con la violencia que se ha desencadenado en la Tierra Santa? ¿Se quedaría callado? ¿Indiferente? ¿Tomaría partido en su acción? No. Jesús se enfrentaría al poder con la verdad y exigiría un fin al odio y la violencia.

Hoy Jesús nos dice que todos somos hermanos y hermanas, y los mejores deben servir a todos los demás. Nos dice que seamos humildes. Nos demostró qué significa la humildad al asumir forma humana para transformarnos y reconciliarnos con Dios. La humildad cristiana debe buscar liberar a los oprimidos, curar heridas de violencia y odio, traer esperanza, reconciliación, justicia, paz e igualdad para todos, sin importar la raza, el estatus o la religión. Es así como honramos a Dios.

La Hermana Maryknoll Susan Nchubiri, oriunda de Kenia, se unió a Maryknoll en el 2004. Ella ha servido en Hong Kong, China y Haití. En el 2016 empezó a servir en el departamento de informática del centro de las Hermanas Maryknoll en Nueva York.

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Imagen destacada: La Hermana Susan Nchubiri da una charla acerca de la convivencia intercultural en la residencia de ancianos Providence Rest en Nueva York, N.Y.

 

 

Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll (MOGC por sus siglas en inglés) expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, defender la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente. Visita maryknollogc.org

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