Por Dee Smith, M.M
Domingo, 10 de diciembre, 2023
Is 40, 1-5, 9-11 | 2 Pt 3, 8-14 | Mk 1, 1-8
Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios.
Isaías 40:1
Veo tres temas distintos en nuestras lecturas de hoy: el consuelo, la preparación del “Camino” y la promesa de algo mejor a medida que avanzamos hacia el futuro. A través de Isaías, Dios nos pide que demos consuelo al pueblo de Dios. Más adelante se nos dice que hablemos con ternura al pueblo de Dios mientras escuchamos la voz que clama en el desierto: una voz que eleva su canto en lamento pero con esperanza.
En el Salmo 85 se nos invita a caminar por la senda, preparando el camino para la venida del Señor, y experimentando qué realidades se encuentran en el camino. Se nos llama a caminar y a descubrir la verdad, la bondad, la justicia y la paz. Y finalmente, en el evangelio de Marcos, se nos encomienda enderezar la senda, el camino de Dios. Un camino que conduce a un cielo nuevo y a una tierra nueva, libres de injusticias, violencia, injurias y falsedades.
Mientras reflexiono sobre el desafío de estas lecturas hoy, mientras trabajo en la frontera de Guatemala y México, en el suroeste del país, veo pasar ante mí a miles de migrantes de todo el mundo. Una corriente constante e incesante del pueblo de Dios que necesita consuelo, clamando en la tierra baldía por un nuevo hogar libre de pobreza, violencia y desesperación.
Mientras las familias emigrantes se dirigen hacia el norte, hacia Estados Unidos, rezo para que nuestras sencillas acciones aquí, en el Hospicio Santa María, puedan reconfortar al pueblo de Dios. Repartimos un paquete con jabón, pasta y cepillos de dientes, pañales para los bebés, protector solar contra el sol abrasador, sandalias de goma para proteger los pies de las abrasadoras carreteras asfaltadas, botellas de agua potable y galletas dulces para los niños.
Como nunca antes, el Evangelio nos habla de nuestro papel en la preparación del camino para la venida del Emmanuel, Dios con nosotros. Tenemos que hablar con verdad y justicia a los que quieren recibir al Señor; a los que recibirán a los emigrantes. Tenemos que renovar nuestras promesas bautismales de trabajar siempre por un mundo mejor en el que todos sean acogidos y todos sean reconocidos como pueblo de Dios.
María y José iniciaron el camino y prepararon la vía para el nacimiento de su Hijo, el elegido. Su legado perdura en todos los emigrantes que abandonan su patria y luchan por enderezar el camino para sus hijos y nietos. Unámonos todos a los emigrantes en espíritu; consolémosles mientras buscan su nuevo cielo en esta tierra.
La Hermana Maryknoll Delia Marie (Dee) Smith nació en Inglaterra. Su primera misión en el extranjero fue en Guatemala, donde continuó su ministerio con personas con SIDA a través de programas educativos y asesoramiento. Con el tiempo, la Hermana y otros misioneros fundaron Project Life. La misionera también sirve a migrantes en la frontera de Guatemala y México.
La Guía de reflexión para el Adviento 2023 de la Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll contiene preguntas y extractos de misioneros de todo el mundo.
Imagen destacada: La Hermana Dee Smith, MM, entregando ayuda a los migrantes en la frontera entre Guatemala y México. (Foto de Darlene Jacobs, MM)
Preguntas para reflexionar
¿Cómo te está llamando Dios a preparar un camino para que Dios esté con nosotros?
¿Qué te parece un mundo en el que todos son bienvenidos?
Oración
Dios de Misericordia,
Te pedimos por todos los hombres, mujeres y
niños que han muerto después de haber dejado su
tierra buscando una vida mejor.
Aunque muchas de sus tumbas no tienen nombre,
para ti cada uno es conocido, amado y predilecto.
Que jamás los olvidemos, sino que honremos su
sacrificio con obras más que con palabras.
Te confiamos a quienes han realizado este viaje,
afrontando el miedo, la incertidumbre y la humillación,
para alcanzar un lugar de seguridad y de esperanza.
Así como tú no abandonaste a tu Hijo
cuando José y María lo llevaron a un lugar seguro,
muéstrate cercano a estos hijos tuyos
a través de nuestra ternura y protección.
Haz que, con nuestra atención hacia ellos,
promovamos un mundo en el que nadie
se vea forzado a dejar su propia casa y
todos puedan vivir en libertad, dignidad y paz.
– Papa Francisco
