Por David Agren, OSV News
CIUDAD DE MÉXICO -Desde Navidad, la policía y los paramilitares nicaragüenses han detenido a más de una docena de sacerdotes, incluido un vicario arquidiocesano, mientras el régimen sandinista intensifica su campaña de terror contra la Iglesia Católica, una institución a la que ha luchado por someter.
Reuters informó en la tarde del 30 de diciembre que en los tres días anteriores el número total de sacerdotes detenidos ascendía a 12. El 1 de enero, citando al medio 100% Noticias y otras fuentes locales, Vatican News reportó que un sacerdote fue arrestado después de celebrar la Misa en la víspera del Año Nuevo, y que el número de sacerdotes detenidos durante en los últimos días de diciembre llegó a 14.
El Papa Francisco expresó su preocupación por el deterioro de la situación de la perseguida Iglesia nicaragüense en su oración del Ángelus de Año Nuevo. Dirigiéndose a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre dijo: “sigo con profunda preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad”.
“Expreso a ellos, a sus familias y a toda la Iglesia del país mi cercanía en la oración”, dijo, exhortando a los católicos a “la oración insistente” para encontrar “el camino del diálogo para superar las dificultades”. “Recemos hoy por Nicaragua”, dijo el Papa el 1 de enero.
El obispo auxiliar Silvio José Báez de Managua — quien vive exiliado en Miami desde el 2019 — hizo un llamamiento urgente a la solidaridad en un mensaje publicado el 30 de diciembre en X (antes conocido como Twitter): “La dictadura sandinista ha desatado esta semana una feroz cacería contra los sacerdotes llevando a la cárcel a varios de ellos, que vienen a añadirse a dos obispos que ya estaban presos. ¡Ruego a los obispos y a las conferencias episcopales del mundo que no nos abandonen en este momento, que oren por la Iglesia de Nicaragua y se solidaricen y alcen su voz denunciando esta persecución de la dictadura contra nuestra Iglesia!”
La mayoría de los sacerdotes afectados fueron desaparecidos entre el 28 y el 30 de diciembre, y varios de ellos fueron detenidos por la policía y los paramilitares en sus residencias parroquiales, según medios de comunicación independientes nicaragüenses y activistas que hacen un seguimiento de los ataques contra la Iglesia Católica.
Cuatro sacerdotes fueron secuestrados durante la noche del 29 de diciembre y después de medianoche del 30 de diciembre en la Arquidiócesis de Managua. Fueron identificados como el padre Mykel Monterrey, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria; el padre Gerardo Rodríguez, párroco de la Parroquia Purísima Concepción; el padre Raúl Zamora, párroco de la Parroquia Divina Misericordia; y monseñor Miguel Mántica, párroco de Iglesia San Francisco de Asís. Hasta el 30 de diciembre se desconocía el paradero de los sacerdotes.
El obispo Báez también confirmó las detenciones de otros sacerdotes de la Arquidiócesis de Managua, a quienes describió como “pastores y profetas”.
Entre ellos se encuentran el padre Pablo Villafranca, párroco de la Iglesia Nuestro Señor de Veracruz, en Masaya; el padre Héctor Treminio, tesorero de la arquidiócesis; monseñor Silvio Fonseca, párroco de la Parroquia de la Santa Faz; y monseñor Carlos Avilés, vicario general y, en un momento, firme crítico de los abusos contra los derechos humanos y la represión eclesiástica en Nicaragua.
“Me indigna el injusto secuestro de tres queridos sacerdotes de Managua de parte de la criminal dictadura sandinista”, publicó el obispo Báez el 28 de diciembre en X: “¡Le pido a Dios que los proteja y sean liberados de inmediato!”.
Al día siguiente publicó en X: “Sigue la furia de la dictadura criminal de Ortega desatada contra la Iglesia”.
También se informó de la detención de dos sacerdotes fuera de la Arquidiócesis de Managua, según Martha Patricia Molina, abogada exiliada e investigadora que sigue los ataques contra la Iglesia nicaragüense. El padre Fernando Calero y monseñor Marcos Díaz, sacerdotes de las Diócesis de Matagalpa y León respectivamente, fueron secuestrados el 28 de diciembre, según publicó Molina en X.
Reuters informó que cuatro sacerdotes fueron detenidos a primera hora del 30 de diciembre, según un miembro de alto rango de la Iglesia Católica.
El informe de Vatican News del 1 de enero, citando las últimas declaraciones de Molina a 100% Noticias, decía que el sacerdote detenido tras celebrar Misa el 31 de diciembre era el padre Gustavo Sandino, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Santa María de Pastasma, en la Diócesis de Jinotega. Vatican News también informó de que otros dos sacerdotes habían sido detenidos en Managua: El padre Fernando Téllez Báez, párroco de Nuestra Señora de las Américas, que fue detenido en la madrugada del día anterior, y el padre Jader Hernández, párroco de la Madre del Divino Pastor, que fue detenido la noche del 30 de diciembre.
También el 1 de enero, el Papa Francisco compartió su preocupación por Nicaragua y los clérigos detenidos al rezar el Ángelus tras la Misa que celebró con motivo de la fiesta de María, Madre de Dios, y la Jornada Mundial de la Paz. Pidió a todos los fieles que se unieran a la “oración insistente” por Nicaragua.
Según el medio citado por Vatican News, muchas parroquias no abrieron sus puertas el domingo. “Tal parece que la cifra de sacerdotes secuestrados podría ser mayor”, dijo el medio nicaragüense 100% Noticias.
La oleada de detenciones se produjo tras el arresto, el 20 de diciembre, del obispo Isidoro Mora, de la Diócesis de Siuna, y de dos seminaristas cuando se dirigían a una parroquia cercana a la costa caribeña para el sacramento de la Confirmación.
Se desconoce el paradero del obispo Mora. El 19 de diciembre celebró una misa en la catedral de Matagalpa, donde expresó su apoyo espiritual al obispo local encarcelado Rolando Álvarez.
El obispo fue condenado en febrero a 26 años de prisión por conspiración y difusión de información falsa, acusaciones que se le imputaron en un juicio secreto.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) – América Central y el Caribe publicó en X el 28 de diciembre que “condena la desaparición forzada del Obispo Isidoro Mora en #Nicaragua desde hace 8 días y la nueva ola de detenciones de religiosos. Además de atentar contra su libertad personal, violarían el derecho a la libertad religiosa, pilar de cualquier Estado democrático”.
Las detenciones se producen en un momento en que el presidente Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, parecen querer aplastar la disidencia en el país e intentan controlar las celebraciones católicas tradicionales y las palabras pronunciadas desde el púlpito.
Según Molina, los sacerdotes denuncian haber recibido visitas intimidatorias de la policía y afirman que son espiados durante la misa. En una lista anterior, había identificado a dos obispos, 10 sacerdotes y dos seminaristas actualmente detenidos en Nicaragua.
Murillo arremetió contra los líderes eclesiásticos el 27 de diciembre, llamándolos “Los verdaderos diablos son los que tocaban las campanas para mandar a matar a nuestro pueblo”.
El discurso hiperbólico se refería a las protestas de 2018 que exigían la salida de Ortega. Las protestas fueron reprimidas con violencia por la policía y los paramilitares, cobrándose más de 350 vidas, según grupos de derechos humanos.
La Iglesia Católica abrió sus parroquias a los manifestantes que huían de la persecución, acompañó a los presos políticos y medió en un diálogo nacional.
Sacerdotes abiertamente opuestos a Ortega y al régimen sandinista han sido detenidos u obligados a huir del país. Monseñor Avilés dirigía la comisión de justicia y paz de la archidiócesis e informaba habitualmente a los medios de comunicación locales y extranjeros sobre los ataques contra la Iglesia.
“En los últimos años, la Iglesia ha estado al lado de las justas reivindicaciones del pueblo y de la defensa de los derechos humanos”, declaró monseñor Avilés a Catholic News Service en 2020, tras un incendio provocado en la capilla de la Sangre de Cristo de la catedral de Managua. “Hay represión, persecución, odio a la Iglesia; pero vamos a continuar”.
David Agren escribe para OSV News desde Ciudad de México.
Imagen destacada: Una estatua de Cristo en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán en Managua, Nicaragua, 2 de agosto de 2022. ( OSV News/Maynor Valenzuela, Reuters)