Al anunciar el Jubileo del 2025 que inicia en vísperas de Navidad, el Papa Francisco proclamó la esperanza como mensaje del año jubilar. Con el título “La esperanza no defrauda”, extraído de los escritos de San Pablo, la bula papal es un ensayo sobre la esperanza. Desde los tiempos de la Iglesia primitiva hasta el Concilio Vaticano II y nuestros días, la Iglesia da signos tangibles de esperanza. Estos signos forman el mismísimo corazón de la misión.
El Papa Francisco nos llama a los cristianos a “alegrarnos en la esperanza” con actos de caridad entre los cuales se encuentran el recordar a los presos y trabajar para reintegrarlos en la comunidad; visitar a los enfermos; y darles la bienvenida a los migrantes, exiliados y refugiados en su búsqueda de una vida digna.
El papa también nos llama a dar signos de esperanza a la juventud, para que sus sueños y aspiraciones no se derrumben, y a los ancianos, para que sean valorados por su sabiduría y su experiencia. Él enfatiza dentro de esta relación una “alianza entre las generaciones”.
La cobertura de nuestra revista este año entrante destacará el tema jubilar de la esperanza en cada edición. De eso se trata Maryknoll. Los signos de esperanza abundan en nuestros artículos y se manifiestan en las obras de misericordia. Cuando el Papa Francisco se refiere a aquellos que participan del Jubileo como “peregrinos de esperanza”, no podemos sino pensar en los misioneros — sacerdotes, hermanas, hermanos y laicos— cuyas vidas son peregrinajes de esperanza a todos los rincones de la tierra.
—Lynn F. Monahan, Director Editorial Ejecutivo
Imagen destacada: Collage de fotos de la edición de Invierno 2025