En tiempos difíciles
Querido Dios, en medio de un mundo bullicioso me presento ante ti en búsqueda del silencio para escuchar tu voz. Es muy fácil distraerse con titulares diarios, el internet, las llamadas, los mensajes y mis idas y venidas. En mi corazón ansío la paz y la calma para conversar contigo, para solo escuchar tu voz.
Sé que no es necesario ir al desierto o a un lugar solitario, salvo para callar los miles de monos que parlotean en mi cabeza. Ansío sentarme en silencio y escuchar profundamente.
A veces el miedo me consume. Miedo de lo desconocido, del silencio y de lo que pueda escuchar. Quizás es esto lo que no me deja oír tu voz. ¿Acaso tengo miedo de lo que puedas pedirme?
Mi oración en este día es una súplica para darme la bendición de oír tu voz y el coraje de creer en el plan que has trazado para mí desde el principio de los tiempos.
El mundo necesita cuidado amoroso y perdón. Eres un Dios de amor, fe, esperanza y nuevos comienzos. ¿Me estás llamando a una vida aún desconocida que me dará la gracia para seguir tus pasos? Dios, con tu bendición, encontraré ese lugar sosegado para escuchar tu voz y ser transformado con el valor de decir: “Hágase tu voluntad”. Amén.
Imagen destacada: Silueta de una mujer orando a Dios con un atardecer de fondo. (Adobe Stock)
