Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Sentirse triste, decepcionado o avergonzado de uno mismo a veces es normal e incluso puede llevar a la conversión, pero cuando la gente se regodea en su tristeza se convierte en un vicio peligroso, dijo el Papa Francisco.
“Todos pasamos por pruebas que nos generan tristeza, porque la vida nos hace concebir sueños que luego se hacen añicos”, dijo el Papa durante su audiencia general el 7 de febrero. Mientras algunas personas, “tras un tiempo de agitación, se apoyan en la esperanza”, otras “se regodean en la melancolía, dejando que ésta se pudra en sus corazones”.
Cuando “la tristeza es el placer del no-placer”, dijo, pasa de ser una emoción natural a ser “un estado de ánimo maligno”.
Continuando con su serie de catequesis sobre los vicios y las virtudes, el Papa dijo que alimentar el “tipo de tristeza que se insinúa en el alma y la postra en un estado de abatimiento” es una negación de la esperanza profundamente arraigada que la fe en Dios debe producir en los corazones.
El Papa Francisco dijo que es como tomar un caramelo que es “amargo, amargo, amargo, sin azúcar, horrible, y chupar ese caramelo”.
El tipo de tristeza que lleva a perder la esperanza en Dios “hay que combatir resueltamente y con todas las fuerzas, porque procede del Maligno”, dijo. “Es un demonio taimado, el de la tristeza. Los padres del desierto la describían como un gusano del corazón, que roe y vacía a quien lo alberga”.
Justo una semana antes de que comenzara la Cuaresma en la Iglesia de rito latino, el Papa dijo que “Es una gracia gemir por los propios pecados, recordar el estado de gracia del que hemos caído, llorar porque hemos perdido la pureza con la que Dios nos soñó”.
Pero ese dolor debe llevar a la alegría de saberse perdonado y amado por Dios, dijo.
Cuando uno está triste y decepcionado, incluso abatido por el dolor de la pérdida de un ser querido, dijo, un cristiano se aferra a la fe en la resurrección de Jesús y al conocimiento de que todos pueden salvarse.
“No se olviden de que la tristeza puede ser algo muy malo que nos lleva al pesimismo, nos lleva a un egoísmo que difícilmente se cura”, dijo el Papa.
Imagen destacada: El Papa Francisco bendice un rosario mientras saluda a parejas recién casadas al final de su audiencia general en la aula Pablo VI en el Vaticano el 7 de febrero del 2024. (CNS/Lola Gomez)