Por Justin McLellan
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — La Iglesia católica necesita personas y pastores capaces de caminar junto a los refugiados para responder a la realidad de la migración forzada en las Américas, dijo el Papa Francisco.
Sólo formando personas “que se atrevan a superar los límites de lo establecido” y sean “capaces de regresar a lo esencial, desinstalándose de la indiferencia” podrá la Iglesia conducir a los migrantes hacia la esperanza, escribió en un mensaje el 20 de marzo a los obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá.
Los obispos estaban reunidos en una conferencia de tres días en Ciudad de Panamá, organizada por el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, titulada “Pascua con nuestros hermanos migrantes”.
Cada migrante o refugiado que se ve obligado a dejar su hogar desafía a los cristianos a despertar de la indiferencia y abrazar un espíritu de hospitalidad, escribió el Papa, instando a los obispos a trabajar por una Iglesia en la que un hermano o una hermana migrante “no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza”.
El Santo Padre escribió que “reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o una hermana, y hacerlo así partícipe de nuestra cotidianidad”.
El Papa Francisco subrayó los peligros a los que se enfrentan muchos migrantes al cruzar El Tapón del Darién, una región densamente boscosa que se extiende a ambos lados de la frontera entre Colombia y Panamá y que el Papa calificó como “una selva que es un triunfo de la naturaleza pero que hoy se convierte en un verdadero ‘Vía Crucis'”.
Según datos publicados por el gobierno panameño, más de 500.000 personas cruzaron el Tapón del Darién en 2023. La peligrosa travesía deja a muchos migrantes vulnerables a los abusos de grupos criminales, incluida la violencia sexual.
Los desafíos para los migrantes que cruzan el Darién no sólo ponen en evidencia “los límites de la gobernanza migratoria en el hemisferio occidental”, escribió el Papa, y “alimenta un próspero negocio que permite acumular ganancias ilícitas del tráfico humano”.
Sin embargo, “ni los peligros que suponen el tránsito y los chantajes ilegales, ni las crecientes devoluciones o estancamientos en países donde estos hermanos y hermanas no son deseados disminuyen la atracción (real o ilusoria) de satisfacer las necesidades de empleo y mejores condiciones de vida o, incluso, de una esperada reunificación familiar”, escribió.
El Papa Francisco elogió las numerosas iniciativas de la Iglesia en el continente americano que giran en torno a la atención a los migrantes, incluyendo albergues, ministerios de movilidad humana, centros de atención para migrantes que regresan a sus patrias, atención médica de emergencia, asesoría legal, atención psicosocial, apoyo espiritual y procesos de incidencia política.
Los obispos reunidos en el encuentro tenían previsto visitar el Darién para hablar directamente con grupos de migrantes, informó ADN, la agencia de noticias del consejo episcopal latinoamericano, conocido como CELAM.
El arzobispo de Ciudad de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, dijo a ADN que el objetivo de la reunión episcopal era “hacer mucha más conciencia sobre el peligro que corren las personas migrantes al cruzar la selva del Darién”.
Imagen destacada: El Papa Francisco comparte un momento de silencio con los miembros de la asamblea del Sínodo de los Obispos al final de una oración por los migrantes y refugiados en la Plaza de San Pedro del Vaticano el 19 de octubre de 2023. El servicio tuvo lugar delante de “Angels Unawares”, una escultura del canadiense Timothy Schmalz, que representa una barca con 140 figuras de migrantes de varios periodos históricos y varias naciones. (Foto CNS/Lola Gomez)