Por Nathalí Paredes, Walter Sánchez Silva, ACI Prensa
El Padre Nils de Jesús Hernández tiene 56 años. 36 de ellos los ha vivido en Estados Unidos, lejos de su Nicaragua natal. Obligado a salir del país en 1988 en medio de la guerra civil, encontró en Iowa una parroquia donde ahora acompaña el ministerio hispano y alza su voz por el pueblo de Nicaragua.
El sacerdote, conocido como el “padre vandálico” por haber encabezado un paro estudiantil y apoyar las protestas de 2018 en Nicaragua, es ahora párroco de la iglesia Queen of Peace (Reina de la Paz) en Waterloo, en la Arquidiócesis de Dubuque.
El dolor de dejar Nicaragua
Tras ser declarado un objetivo del gobierno con 19 años cuando era candidato a sacerdote, el padre Hernández dijo en entrevista con EWTN que salir del país “significaba que nunca iba a regresar a Nicaragua. Dejar a mis padres, a mi familia, lo que era para mí familiar, mi lengua, mi cultura, mis comidas, todo, o sea, todo lo que es de uno propio…eso es lo más cruel que yo estaba experimentando”.
El sacerdote recuerda que su espíritu combativo lo heredó de su madre, que también apoyó en su momento las protestas estudiantiles.
“En los 80s, yo estaba también luchando en contra de los que nos prometieron (los sandinistas) que todo iba a ser bien, y todo se volcó a ser una dictadura, un gobierno que estaba reprimiendo al pueblo nicaragüense”, dijo el P. Hernández a EWTN.
El sacerdote salió hacia Guatemala para pasar luego a Tijuana, en México, y seguir hacia San Diego (Estados Unidos), para quedarse finalmente seis años en Los Ángeles, desde donde fue enviado a Iowa.
Ya teniendo la ciudadanía estadounidense, fue ordenado sacerdote en 2004 para la Arquidiócesis de Dubuque y ahora en su parroquia sirve a mexicanos, guatemaltecos, venezolanos, chilenos, hondureños y, por supuesto, a miembros de la diáspora nicaragüense.
“Aquí hemos organizado marchas. Yo he organizado las marchas en contra de leyes que son bien agresivas en contra de los inmigrantes con esta administración del presidente Donald Trump”, dijo el sacerdote. “También aquí esta ha sido mi trinchera de lucha para seguir denunciando a la dictadura de (Rosario) Murillo y Daniel Ortega”, agregó.
La persecución contra la Iglesia Católica en Nicaragua
“Yo creo que la persecución contra la Iglesia en Nicaragua se está volviendo mucho más agresiva, confiscaciones que le han hecho y continúan haciendo confiscaciones”, lamentó el sacerdote.
Según el P. Hernández, la dictadura quiere “erradicar a la Iglesia. “Pero yo siempre digo lo siguiente: ellos se robarán todos los edificios, ellos pueden cerrar todas las iglesias que quieran cerrar…pero la fe no la pueden arrebatar de los corazones de cada nicaragüense, porque donde hay un nicaragüense en Nicaragua, aunque estén siendo reprimidos y oprimidos, ahí está la fe católica, porque todos nosotros los nicaragüenses somos marianos y confiamos en la voluntad de Dios”.
“También confiamos mucho en que el Señor va a poder triunfar y va a triunfar, porque el Señor triunfó en la cruz y derrocó a la muerte con su resurrección”, aseguró.
“Estaremos regresando a Nicaragua triunfantes, porque sí vamos a regresar a Nicaragua, porque esta dictadura no estará para siempre. Están viejos y no van a seguir por toda la eternidad”, vaticinó.
“Un silencio preparativo”
“El silencio en Nicaragua es por la represión que existe. La gente está en silencio”, afirmó el P. Hernández. “Pero eso no significa que el pueblo esté contento. El silencio manifiesta el descontento del pueblo en Nicaragua, porque cuando los tambores suenan, Nicaragua va a sonar. Ese es un dicho muy nicaragüense”, sostuvo.
“El pueblo nicaragüense, cuando se arma de valor, derroca a cualquier dictadura. Este silencio es un silencio preparativo a lo que pueda suceder en cualquier momento en Nicaragua. Ahí tenemos a (el presidente de Venezuela Nicolás) Maduro. Él está con miedo de lo que pueda suceder”, continuó el sacerdote exiliado.
“Se cae Maduro (en Venezuela) y se cae la dictadura nicaragüense y la cubana. Así es que el silencio de parte de la Iglesia es por prudencia, pero aquí en los Estados Unidos habemos voces que estamos tratando de inyectar, de que la gente conozca que la represión en Nicaragua no es buena. Ahí tenemos a Mons. [Silvio] Báez, que es una voz profética y bien fuerte: él continúa hablando muy consistente y proféticamente acerca de todos los engaños que esta dictadura está haciendo”, dijo el P. Hernández a EWTN.
El Santo Padre apoya al pueblo nicaragüense
El sacerdote también se refirió a los encuentros que ha sostenido el Papa León XIV con los obispos de Nicaragua, primero con Mons. Silvio Báez, Mons. Carlos Enrique Herrera y Mons. Isidoro Mora; y después con Mons. Rolando Álvarez, todos exiliados.
En su opinión, estos encuentros “le dan una cachetada a la dictadura. Eso es lo que más les duele, es que el Santo Padre está diciendo ‘Nicaragua católica, Iglesia perseguida, tu madre está contigo. El Santo Padre les ama y ustedes no están solos”.
“Ese es un mensaje bien contundente que el Santo Padre está dando al pueblo nicaragüense y también a la Iglesia, y eso es lo más maravilloso de que nosotros debemos de entender. Pueblo nicaragüense, hay que tener mucho ánimo, que esto no va a continuar por la eternidad. Una vez más, estos viejos van a morir”, subrayó.
El Padre Hernández compartió también que fue él quien postuló a Mons. Silvio Báez para el premio Pacem in Terris por la paz y la libertad 2025 —que han recibido Martin Luther King Jr. y la Santa Madre Teresa de Calcuta— que se le entregó en julio de este año en Davenport (Estados Unidos), para reconocerle “el rol que ha tenido Mons. Báez en la lucha en Nicaragua y desde el exilio”, desde la parroquia Santa Agatha en Miami.
“Mi sueño para la Iglesia nicaragüense es que sigamos orando por la unidad de todos los opositores, para que haya una unidad auténtica y genuina, que aparten todas las agendas políticas que ellos tengan, y que todos nos unamos para luchar para derrocar a la dictadura”, dijo.
El sacerdote destacó finalmente que para él es “un gran orgullo ser el ‘padre vandálico’, porque continúo denunciando a esa dictadura criminal de lesa humanidad, porque no van a escaparse de la justicia de Dios. Escaparán de la justicia humana, pero no de la justicia de Dios”.
Imagen destacada: Fieles con velas rezan durante una misa en la Catedral Metropolitana de Managua, Nicaragua, el 28 de octubre de 2018, en apoyo al obispo auxiliar nicaragüense Silvio José Báez Ortega y para exigir la liberación de los manifestantes detenidos durante las protestas contra el gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega. (OSV News/Jorge Cabrera, Reuters)