Por Louis y Janet Tullo, afiliados Maryknoll
Domingo 21 de diciembre del 2025
Isa. 7, 10-14 | Rom. 1, 1-7 | Mateo 1, 18-24
«La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel», que traducido significa: ‘Dios con nosotros’”.
— Mateo 1, 23
La lectura del Evangelio de esta semana el año pasado se centró en la perspectiva de María. Este año, caminamos con José. Ambas historias son ejemplos de valentía y fe.
¿Qué sabemos de José? No mucho, salvo que es carpintero. Cuando José se entera de que su prometida, María, está embarazada, decide divorciarse de ella discretamente, para protegerla de la vergüenza pública.
Según la ley del Antiguo Testamento, María podría haber sido lapidada por estar embarazada antes del matrimonio, ya que esto se consideraba un delito punible con la muerte si se descubría.
Un ángel se le aparece a José en un sueño y le dice: “No temas” casarte con María. ¿Tenía José miedo de infringir la ley? ¿De dar cobijo a una criminal? ¿Temía que otros cuestionaran su rectitud?
Sabemos cómo termina la historia, por lo que no podemos apreciar plenamente el dilema. Pocos de nosotros nos damos cuenta del terror que enfrentaban las mujeres jóvenes en esta situación. Pocos de nosotros reconocemos al padre adoptivo José por su integridad, empatía, compasión, altruismo y valentía.
Tanto María como José demostraron el valor y la fe necesarios para hacer lo correcto, incluso cuando la ley les indicaba lo contrario.
Esta tensión entre la ley y el amor se repite hoy en día. Algunas personas se sienten virtuosas cuando se deporta a los inmigrantes, alegando que son delincuentes violentos, una amenaza para nuestro modo de vida o que “se han colado aquí”.
Sin embargo, cuando pasamos tiempo con inmigrantes indocumentados, vemos ejemplos modernos de valentía. Muchos dejan atrás situaciones horribles en sus países de origen, como extorsión, corrupción y violencia brutal. ¿Acaso nosotros no haríamos cualquier cosa para proteger a nuestros hijos de la violencia o la pobreza?
Las operaciones de los agentes de ICE —dirigidas contra una abuela que sale a comprar comida o a un jardinero con hijos que han sido parte de la Marina estadounidense— puede que sean legales, pero ¿son verdaderamente lo correcto?
Hace unos años, conocimos a un grupo de hombres centroamericanos que viajaban hacia el norte para llegar a Estados Unidos. Emigraban en busca de trabajo para mantener a sus familias desesperadas. Como José, se sintieron llamados a emprender este difícil viaje, plagado de obstáculos. Y al igual que José, estuvieron a la altura de las circunstancias y decidieron hacer lo correcto.
Recientemente conocimos a otros migrantes en Texas y Nueva York cuyas historias son como las de carpinteros modernos que intentan proteger a sus familias, tal como lo hizo José. Se necesita mucho valor para dejar el hogar y vivir y trabajar en otro país. Al igual que María, se enfrentan a la amenaza de ser “lapidados” para expulsarlos de nuestra sociedad.
¿Qué estamos llamados a hacer en este momento tan inquietante? ¿Qué nos susurra el ángel en nuestros sueños? ¿Qué nos enseñan María y José sobre hacer lo correcto por los inmigrantes en lugar de justificarnos ante la ley?
En este tiempo de Adviento, apoyemos a las organizaciones que acompañan y ayudan a los migrantes, y apoyemos la legislación que puede mejorar el camino de los migrantes hacia la ciudadanía. Y reconozcamos el valiente silencio de muchas personas “pequeñas” que están descubriendo que pueden ser valientes como María y José y que asumieron grandes riesgos para garantizar que Cristo estuviera y esté con nosotros.
Los afiliados Maryknoll Janet and Louis Tullo han estado casados por cerca de 50 años y han criado a sus ocho hijos. Louis es docente jubilado y administrado de escuela, y Janet tiene cuatro décadas de experiencia como abogada. Viven en Bacon, Nueva York, y son voluntarios en varios proyectos de servicio.
Preguntas para reflexionar
Nombra un obstáculo que te impida a ti o a tu comunidad tomar el camino de más compasión y justicia.
¿Cómo puede el ejemplo de José inspirar esa elección?
Oración
Santa Francisca Javier Cabrini, nuestra primera santa
estadounidense, ruega por nosotros.
Tú llegaste a los Estados Unidos como inmigrante y trabajaste
incansablemente en favor de los pobres, los enfermos y los
marginados que llegaron a nuestras costas.
Como patrona de los inmigrantes, tienes una preocupación
especial por quienes han sido desplazados de su tierra natal y
buscan una nueva vida en otro lugar. Tú comprendes sus
sufrimientos y los desafíos que enfrentan mientras navegan un
mundo nuevo en busca de un nuevo hogar.
Santa Francisca Javier Cabrini, intercede por las familias
migrantes que están separadas, protégelas de la explotación y
mantenlas a salvo.
Concédenos, oh bendita Francisca Javier Cabrini, por tus oraciones,
la gracia de abrir nuestros corazones para ofrecer hospitalidad a
todos los que buscan refugio. Danos el valor de acoger a cada
extraño como a Cristo entre nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con el Padre en la
unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
— Tarjeta de oración de la Madre Cabrini de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés)
Para leer otras reflexiones bíblicas publicadas por la Oficina Maryknoll para Asuntos Globales, haz clic aquí.
Imagen destacada: Afiliados Maryknoll en Albany, Nueva York, sostienen carteles en una vigilia de oración durante la festividad de Santa Francisca Javiera Cabrini, patrona de los inmigrantes, el 14 de noviembre de 2025. (Cortesía de los afiliados Maryknoll/EE. UU.)