Un sacerdote Maryknoll ayuda a preparar a los jóvenes en Yangón para el siglo 21
Un sacerdote Maryknoll ayuda a preparar a los jóvenes en Yangón para el siglo 21
Si los valores de los estudiantes en la clase de Inglés del Padre James Kofski son típicos, el futuro de Myanmar parece brillante.
“Ellos siempre me dicen que están estudiando Inglés para encontrar un buen trabajo, para ganar suficiente dinero para mantener a su familia, para hacer algo por su país y para cuidar de sus padres cuando estén viejos”, dice el misionero Maryknoll.
El Padre Kofski, quien durante los últimos seis años ha realizado un ministerio pastoral y de educación en Yangón, trabaja con sus estudiantes individualmente en sus habilidades de expresión oral y escrita. Ordenado en 1991, el nativo de Minneapolis, Minnesota, perfeccionó sus habilidades profesionales en el periodismo durante 10 años antes de entrar en el seminario de Maryknoll.
El Centro de Inglés de La Salle, donde el Padre Kofski enseña, desafía a sus estudiantes a desarrollar el pensamiento crítico—una habilidad esencial para la democracia emergente de Myanmar—luchando con material que varía de “Hamlet” a “A Christmas Carol”, e incluso el fatal vuelo de Ícaro en la mitología griega.
Thi Han Aung, un estudiante de La Salle, de 18 años, dice que se mudó a Yangón desde un estado del sur de Shan para mejorar su Inglés. “Es un privilegio especial para mí tener conversaciones uno-a-uno con un hablante nativo”, dice.
Julia Bawk Myaw, otra estudiante, de 23 años de edad, dice que Myanmar se está abriendo al mundo exterior después de décadas de aislamiento y están surgiendo nuevas oportunidades.
“No podemos sostener una comunicación con empresas extranjeras si no aprendemos Inglés”, dice Bawk Myaw del estado Kachin. “Hay muchas oportunidades para los jóvenes debido a las inversiones extranjeras que llegan, como en telecomunicaciones, pero tenemos que ser profesionales. Ese es el gran reto para nosotros”.
Cada vez mejor informados por el Internet y los medios extranjeros, los estudiantes en Myanmar, la antigua Birmania, están creciendo en una sociedad que emerge lentamente de la cerrada dictadura militar impuesta en 1962 por el general Ne Win.
Los votantes en las elecciones generales de noviembre 2015, abrumadoramente eligieron a la Liga Nacional para la Democracia, dirigido por la ganadora del Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi. El partido obtuvo más del 80 por ciento de los votos y obtuvo una mayoría en el parlamento nacional. Aung San Suu Kyi, a quien se le prohibe acceder a la presidencia, aparentemente a causa de su difunto esposo y sus dos hijos quienes son ciudadanos británicos, es la líder de facto del país y mantiene los cargos de canciller y consejera de Estado, una posición similar a la del primer ministro .
“La necesidad de salud y educación de calidad y oportunidades económicas continuará a pesar de los cambios en Myanmar”, dice el padre Kofski, 70 años, quien es administrador de diversos proyectos financiados por los Padres y Hermanos Maryknoll, que van desde la educación, la nutrición, formación de liderazgo y asistencia a las personas con VIH / SIDA.
Además de enseñar, el Padre Kofski asiste al Padre Marcian Thet Kyaw, pastor de la Iglesia de la Epifanía en Yangón. El Padre Marcian, quien sirvió durante 10 años en la Diócesis de Charleston en Carolina del Sur, dice que los misioneros en Myanmar no son sólo una ayuda a la Iglesia local, sino que pueden ayudar a construir un espíritu misionero entre los laicos.
La Iglesia católica en Myanmar tiene alrededor de medio millón de fieles, lo que representa apenas el 1 por ciento de los 51 millones de habitantes del país, el 89 por ciento de los cuales son budistas. En noviembre de 2014, la Iglesia marcó el 500 aniversario del cristianismo en el país, y en febrero el año 2015 el Arzobispo Charles Bo de Yangon se convirtió en el primer cardenal del país.
“Hay muchas tareas que deben llevarse a cabo en Myanmar y los misioneros pueden aportar”, dice el cardenal Bo. “Los misioneros extranjeros como Maryknoll pueden desempeñar un papel en la potenciación del espíritu misionero de los laicos para que lleven a cabo la tarea de anunciar la Buena Nueva a sus vecinos”.
El prelado señaló la importancia del trabajo de los misioneros, tales como el Padre Kofski, en ayudar a mejorar la calidad de la educación y la atención de salud necesaria para las personas.
Los misioneros Maryknoll han trabajado con el pueblo de Myanmar desde principios de 1990, empezando por ayudar a los refugiados birmanos en Tailandia quienes huían de la violencia política. En 2005, los misioneros Maryknoll de todas las ramas del movimiento de sacerdotes, hermanas, hermanos, misioneros laicos y voluntarios de corto plazo comenzaron a enviar personas a Myanmar, aunque se vieron obligados a salir regularmente del país con visados emitidos sólo por uno o dos meses. El Padre Kofski comenzó a vivir y servir en Myanmar en 2009 cuando el gobierno se hizo más abierto a residentes extranjeros. En la actualidad, la Hermana Maryknoll María Grenough también está asigna a Myanmar y trabaja en el ministerio del SIDA / VIH.
El Padre Kofski dice que, si bien el número de católicos en Myanmar es pequeño, se encuentra en la gente una exhibición pública de fe impresionante, como con peregrinaciones populares, celebraciones de Cuaresma y asistencia a los pobres.
“Diez mil peregrinos de todas las regiones y religiones del país acuden a Nyaungleben (alrededor de cuatro horas desde Yangón) cada mes de febrero en honor a la Virgen de Lourdes”, dice el Padre Kofski. “Mientras que los líderes religiosos de todo el mundo fomentan el diálogo interreligioso, estas personas lo hacen de forma natural—orando lado a lado en un diálogo de vida”.
Cuando el tiempo lo permite, el Padre Kofski toca el violín en un grupo de cuerdas bajo la dirección del destacado violinista de Myanmar U Tin Yee. Aunque su mentor le ha enseñado mucho sobre la música clásica de Myanmar, el Padre Kofski lamenta la influencia progresiva de la música pop, estilos de ropa y telenovelas en jóvenes consumidores que se alejan de su cultura tradicional de Myanmar.
“He experimentado la música como lenguaje universal”, dice el Padre Kofski. “Creo que la música ayuda a preservar y renovar todo lo que es mejor en una cultura”.
Habiendo crecido en un hogar de clase media en Minnesota, el Padre Kofski da crédito a su madre por la base de su fe. Se graduó de la Universidad de Minnesota con un título en periodismo y trabajó para agencias de noticias y periódicos antes de servir con el Cuerpo de Paz durante dos años como maestro de escuela primaria en Filipinas.
Esa experiencia y el deseo de continuar sirviendo a los necesitados en el mundo en desarrollo le llevaron a entrar en el seminario de Maryknoll en 1984 a la edad de 38. Fue ordenado en 1991 y sirvió en Egipto durante cinco años y otros cinco años en Jerusalén.
“Aprender nuevas culturas y llevar a cabo el diálogo interreligioso en un país pobre y musulmán es una tremenda experiencia”, dice el padre Kofski. “Es muy gratificante, sobre todo de ser invitado para la cena durante el Ramadán”.
Los estudiantes del Padre Kofski en Myanmar tienen esperanzas en el futuro de su país con el regreso de la democracia después de 50 años de régimen militar, pero son realistas en cuanto a los problemas que el país aún enfrenta.
“La discriminación y violaciones a los derechos humanos aún persisten en las zonas étnicas, así que tengo mucha preocupación por ello a pesar de los cambios en el país”, dice Bawn Myaw. En el estado Kachin, donde nació Bawn Myaw, más de 100,000 civiles Kachin han sido desplazadas desde que se reanudaron los combates entre los rebeldes kachin y los militares en 2011, tras el quiebre de un acuerdo de alto al fuego.
Y Ti Han Aung dice que así como surgen oportunidades en la nueva apertura de Myanmar, surgen nuevos problemas, como el aumento del consumo de drogas entre los jóvenes del país.
“W puede obtener drogas fácilmente en las ciudades, por lo que es un obstáculo para nuestro futuro”, dice Ti Han Aung.
Aún así, el padre Kofski tiene fe en Myanmar y el enfoque continuo de la generación más joven en la familia, así como la inclusión de la generación mayor que ora uno al lado del otro, independientemente de la tradición de fe. Con un nuevo partido en la mayoría encaminado a articular mejor los deseos de la gente, el tiempo parece estar maduro para el cambio.
Foto principal: El Padre Maryknoll James Kofski, un periodista de profesión, trabaja en un ministerio pastoral y de educación, y promueve el diálogo interreligioso en Myanmar, un país de mayoría musulmana. Sean Sprague//Myanmar.