ra la primavera del 2019 y yo estaba a punto de terminar mis estudios universitarios en filosofía y teología en la Universidad Seton Hall de Nueva Jersey. Podía recitar líneas de encíclicas papales y repetir palabras en griego para diferentes formas de amor. En breve, sabía de la caridad cristiana desde la pizarra de un salón de clases de un seminario. Todo cambió cuando el...