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En el Espíritu de San Francisco
Por Joseph R. Veneroso, M.M.
Señor, hazme testigo de tu verdad.
Aparta mis ojos del mal.
Cierra mis oídos de la falsedad.
Protege mi mente de la tentación
de juzgar a otros que pecan diferente a mí.
Sella mis labios para que no se sumen al ruido
de un mundo que adora el poder,
recompensa la codicia y sacrifica la humanidad
en el altar mayor de la fama y el éxito.
Oh, Divino Maestro, haz que mi corazón
lata más fuerte por amor a ti
en los pobres, abandonados y oprimidos
de la Tierra, que claman al cielo
por la justicia templada con misericordia,
el amor enraizado en la realidad y la luz de
fe que se atreve a brillar en la oscuridad.
Con tu Evangelio como mi guía, oriéntame
por los caminos de justicia y de alegría.
Dame coraje para pararme del lado de
todos los que sufren injusticia o violencia,
para defender a aquellos cuya dignidad es
dañada por la indiferencia y
cuyo valor es negado por las fuerzas del poder.
Mientras perdono a otros, que encuentre yo el perdón.
Mientras muero en mí mismo, que pueda resucitar a
una nueva vida
en ese reino donde vives y reinas
con todos los santos, conocidos y desconocidos,
ahora y siempre. Amén.