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Ángeles sin Saberlo

Meditación fotográfica por Joseph Veneroso, M.M.

Saluda al visitante inesperado como
saludarías a un invitado o a un amigo
que estuvo perdido por mucho tiempo y regresa,
porque al hacerlo, nos dice la Biblia,
agasajamos a ángeles que no lo saben.

Vienen a nosotros en muchas formas.
Algún extraño, un extranjero, un niño o
incluso un pájaro o una mariposa que nos recuerda
que Dios está observando y está consciente
de quién y qué y dónde
estamos.

Una sonrisa, una palabra amable, un toque suave
pueden ser tan satisfactorios como una fiesta,
y un oído atento tan satisfactorio
como una comida compartida con amigos.

Dios llena así tus días
con incontables mensajeros de amor
y si todavía no has sido agraciado
en ver a uno, ¿qué mejor momento que ahora
para que salgas y seas uno?

Foto principal: Sean Sprague/Timor Oriental, Sean Sprague/Kenya

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