El Sacerdote Santo

Tiempo de lectura: 6 minutos
Por: Kevin Hanlon, M.M.
Fecha de Publicación: Sep 1, 2019

El Padre Thomas F. Price, cofundador de Maryknoll, rezando en Nueva York. (Maryknoll Mission Archives/NY)

Causa para la santidad del cofundador de Maryknoll Thomas F. Price avanza a Roma

El Padre Maryknoll Thomas Frederick Price partió al cielo hace 100 años en un hospital de Hong Kong. Llegó a China un año antes con tres sacerdotes para iniciar la primera misión de Maryknoll.

Uno de los primeros misioneros, el Padre James E. Walsh, dijo que la misión en el sur de China habría sido casi imposible comenzar sin la experiencia, el fervor espiritual y la naturaleza amorosa del padre Price. Walsh eligió el lema póstumo sobre la vida del padre Price: “In caritate non ficta”, es decir, “Con amor sincero”, de la Segunda Carta a los Corintios.

La Diócesis de Raleigh, Carolina del Norte, donde el padre Price fue ordenado sacerdote y trabajó por más de dos décadas, inauguró oficialmente la Causa para la Santidad del Siervo de Dios Thomas Frederick Price en 2012, con la cooperación de los Padres y Hermanos Maryknoll. Durante seis años, la “fase diocesana” del proceso, se recopilaron testimonios sobre la vida del padre Price y se investigaron y revisaron todos sus escritos. En 2018, esta documentación se envió al Vaticano para la “fase romana” del proceso, donde se espera que algún día sea declarado “Venerable”, el siguiente paso en el proceso de canonización.

Como miembro de la comisión histórica de la fase diocesana, leí los documentos públicos y privados de Price para opinar sobre su vida. Tomó tiempo porque el padre Price, por más de una década, le escribió una carta diaria a la Virgen María, a quien llamó “Mi Amada Madre”.

Para conocer verdaderamente la vida del padre Price, se deben leer estos más de 3.000 escritos. En ellos, él fue honesto y abierto sobre todos los aspectos de su vida. Le escribió a su Amada Madre de todo: sus alegrías, pruebas e incluso sobre sus experiencias místicas que comenzaron cuando visitó Lourdes, Francia. Al leerlos, me convencí que la Sociedad Maryknoll fue fundada por un sacerdote muy santo, un hombre humilde y amoroso, que dio su vida por los demás.

Foto de archivo (circa 1886) alrededor de la ordenación sacerdotal del Padre Thomas F. Price, cofundador de Maryknoll y primer sacerdote “Tar Heel” de Carolina del Norte. (Maryknoll Mission Archives)

El Padre Price en una foto de Archivo con fecha de 1901. En su diócesis natal de Carolina del Norte, este siervo de Dios, siempre estuvo dedicado a la idea de la misión. (Maryknoll Mission Archives)

Retrato del Padre Price, cofundador de Maryknoll, alrededor de los años 1880s. La causa para la Santidad del Siervo de Dios Thomas F. Price, fue iniciada en el 2012. (Maryknoll Mission Archives)

padre Price: El PadreThomas Frederick Price, cofundador de la Sociedad Maryknoll, fue uno de los cuatro sacerdotes que inició la primera misión de Maryknoll en China. (Maryknoll Mission Archives)

Thomas F. Price nació en 1860 en Wilmington, Carolina del Norte, justo cuando empezaba la Guerra Civil. Su madre se había convertido al catolicismo después de haber vivido en la casa de un médico católico cuando iba a la escuela y, en consecuencia, su familia la rechazó. Esto la acercó aún más a su fe y a sus nuevos amigos católicos. En ese entonces, los católicos eran la minoría más pequeña en el sur de Estados Unidos.

Durante la Guerra Civil, el joven Freddie, como lo conocían, se convirtió en refugiado cuando la familia huyó de Wilmington al refugio de Fort Sumter debido a la violencia. Un año más tarde, en la Navidad de 1866, su padre se convirtió al catolicismo, lo que el joven Fred llamó el mejor regalo navideño que había recibido.

Sus dos hermanas mayores ya habían dejado su hogar para convertirse en hermanas religiosas cuando, a sus 16 años, Price se dirigió al Seminario St. Charles en Catonsville, Maryland. Partió en agosto de 1876 en el barco Rebecca Clyde, que naufragó en un terrible vendaval. Price estuvo entre los sobrevivientes, y después de regresar a Wilmington para recuperarse, se fue nuevamente a St. Charles en enero de 1877, esta vez sin incidentes.

Más tarde, Price le confió a un compañero seminarista, el futuro cardenal William O’Connell de Boston, que su supervivencia en el mar se debió a la intervención divina. En medio de fuertes olas, el joven Fred gritó: “Cristo Jesús, sálvame o muero”. Casi de inmediato apareció una luz, y en ella vio a una hermosa dama que le señalaba un enorme madero que se había desprendido del barco. Llegó al madero y finalmente flotó hacia la orilla. Esta visión profundizó su gran devoción a la Virgen María.

El padre Price fue ordenado sacerdote el 20 de junio de 1886, y fue el primer sacerdote “Tar Heel” de Carolina del Norte. Siempre dedicado a la idea de la misión, el padre Price pronto recibió el permiso para ser misionero para todo el estado, que era mayormente rural. Viajó incansablemente, en el frío invernal y el calor del verano, y se hizo conocido.

Sacerdotes Maryknoll listos para partir hacia la primera misión de Maryknoll en China en 1918. (Maryknoll Mission Archives/NY)

Si bien el padre Price sentía amor por las misiones extranjeras, en ese momento no había forma de que un sacerdote diocesano se entregara a una vida así. No obstante, mantuvo correspondencia con un sacerdote en Boston, el Padre James A. Walsh, quien dirigía la oficina de promoción misionera en esa arquidiócesis. Los dos solicitaron a los obispos de Estados Unidos que les permitieran fundar un seminario para misiones extranjeras, que en 1911 también fue aprobado por el Papa Pío X. Oficialmente llamada la Sociedad Católica de América para las Misiones Extranjeras, al seminario se le conoció como “Maryknoll”, por estar construido en una colina (knoll), y dedicado a la Santísima Madre.

En 1918, el padre Price fue nombrado el primer superior del primer grupo de sacerdotes Maryknoll listos para la misión, pues era el único que había trabajado, por décadas, en campos misioneros difíciles. Su conocimiento del francés, que estudió después de visitar Lourdes, fue útil en China, pues era el idioma internacional en ese entonces.

Aunque su chino era limitado, el padre Price llegó a ser conocido como “el sacerdote santo” por los chinos pobres que visitaron la parroquia misionera. Se comunicó de corazón a corazón con amor y oraciones, aunque no tanto con palabras. En agosto de 1919, el padre Price se enfermó y fue a Hong Kong para recibir tratamiento por lo que resultó ser un apéndice inflamado. Trágicamente, cuando llegó al Hospital de St. Paul, su estado había empeorado. Falleció el 12 de septiembre de 1919— festividad del Santo Nombre de María.

A pesar de que sólo estuvo un año en China, el padre Price dejó un legado para todos los misioneros Maryknoll. Mostró con su ejemplo que la misión es, ante todo, el amor a las personas a las que se envía. Su manera amable y gentil evocan las palabras de Jesús en Mateo 11:28: “Vengan a mí, todos los que trabajan y están muy agobiados, y les daré descanso”.

Sobre la autora/or

Kevin Hanlon, M.M.

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