Ecuatorianos en el sínodo pendientes de protestas masivas en casa

Tiempo de lectura: 4 minutos
Por: Servicio Católico de Noticias (CNS)
Fecha de Publicación: Nov 1, 2019

Manifestantes se arrodillan durante una protesta contra las medidas de rigurosidad del presidente ecuatoriano Lenin Moreno en Quito, Ecuador, en octubre de 2019. Los observadores ecuatorianos en el Sínodo de los Obispos para el Amazonas en el Vaticano vigilan las protestas masivas que han cobrado la vida de al menos cinco personas en este país. (CNS- Ivan Alvarado/Ecuador)

CATHOLIC NEWS SERVICE || Por Barbara Fraser

ROMA (CNS) — Observadores ecuatorianos en el Sínodo de los Obispos sobre la Amazonía, están pendientes de las protestas masivas que han cobrado la vida de cinco personas en su país.

Las manifestaciones empezaron el 4 de octubre, después de que el presidente Lenín Moreno anunciara la suspensión del subsidio que se viene dando por 40 años a la gasolina, como parte de un acuerdo de un préstamo multibillonario con el Fondo Monetario Internacional.

La economía de Ecuador depende en gran medida de las exportaciones del crudo, pero los dividendos han disminuido en los últimos años debido a la reducción de los precios en el mercado internacional, lo que dejó al país con una gran deuda.

Los precios del diésel subieron más del doble durante la noche y los precios de la gasolina aumentaron aproximadamente un 30 por ciento. Es de esperarse que el rápido incremento en los costos del transporte aumente los precios de otros productos.

Manifestantes sostienen lanzas mientras participan en una protesta contra las medidas de rigurosidad del presidente ecuatoriano Lenin Moreno en Quito, Ecuador, en octubre de 2019. Los observadores ecuatorianos en el Sínodo de los Obispos para el Amazonas en el Vaticano vigilan las protestas masivas que han cobrado la vida de al menos cinco personas en este país. (CNS- Carlos García Rawlins/Ecuador)

El presidente declaró un estado de emergencia el 4 de octubre, trasladó el gobierno de la capital Quito a la ciudad costera de Guayaquil e impuso un toque de queda, pero las protestas de trabajadores de transporte, jóvenes, sindicatos y organizaciones indígenas continuaron.

En un comunicado emitido el 9 de octubre, los obispos de Ecuador les pidieron a aquellos involucrados que “sigan trabajando por un acuerdo final que haga posible el retorno a la calma y el fortalecimiento de la democracia”. Igualmente ofrecieron sus oraciones “para lograr un arreglo que regrese la paz a nuestra nación y para el progreso en la búsqueda de justicia sostenible para la vida y la dignidad humana”.

Además de la ira por los precios del combustible, las protestas reflejan la frustración que ha estado contenida por los últimos años, cuando los ecuatorianos han visto a sucesivos gobiernos incumplir las promesas de mejorar las condiciones económicas –dijo el hermano capuchino Txarly Azcona, quien sirve en Puyo, en la región ecuatoriana de la Amazonia central.

“El Fondo Monetario Internacional exige drásticas medidas que afectan a los pobres, especialmente a las comunidades indígenas”, le dijo el hermano Azcona a Catholic News Service (CNS).

Indígenas reaccionan durante las protestas contra las medidas de rigurosidad del presidente ecuatoriano Lenin Moreno en Quito, Ecuador, en octubre de 2019. Los observadores ecuatorianos en el Sínodo de los Obispos para el Amazonas en el Vaticano vigilan las protestas masivas que han cobrado la vida de al menos cinco personas en este país. (CNS-Henry Romero/Ecuador)

Muchos ecuatorianos carecen de un empleo estable, dijo, “entonces cuando los precios suben, ¿cómo se supone que la gente se va a mantener económicamente?”

César Licuy, un catequista indígena de la provincia de Sucumbíos calificó la suspensión del subsidio a la gasolina como injusto.

La medida “solamente beneficia a aquellos en el poder. No beneficia a los pueblos indígenas”, declaró a CNS.

La Amazonia es la fuente del petróleo del país, pero la gente de la región no recibe ningún reconocimiento de parte del gobierno –dijo el 11 de octubre después de la sesión matutina de los debates en el sínodo.

Licuy dijo que tenía la esperanza de que el sínodo derive en un llamado a acabar con la explotación petrolera, minera y forestal en Ecuador. Al talar las montañas de árboles, dijo, se les roba a las comunidades indígenas el agua y el aire puro que necesitan para sobrevivir.

La destrucción del ecosistema amazónico ha sido uno de los temas más importantes del sínodo. Las organizaciones indígenas de Ecuador están pidiendo que se ponga fin a la explotación petrolera, así como también a la minería a gran escala que empezó en Ecuador en años recientes. Funcionarios del gobierno dicen que la minería es necesaria para incrementar los dividendos, especialmente después de la reducción de los precios del petróleo.

El hermano Azcona dijo que tiene la esperanza de que los ecuatorianos puedan construir un país más equitativo.

“Los pueblos más pobres están demandando una vida decente” y un país que “refleje los sueños y esperanzas de todos los ecuatorianos”, dijo. “Es responsabilidad de todos construir un país que sea inclusivo, donde los derechos e identidades de los pueblos indígenas sean respetados”.

 

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