Relatos Misioneros Julio/Agosto 2020

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: Misioneros Maryknoll
Fecha de Publicación: Jul 1, 2020

Muchos capítulos de los afiliados Maryknoll han realizado reuniones virtuales para compartir con la comunidad, la espiritualidad y la visión global durante la pandemia de COVID-19. El Capítulo Virtual de Kenya está compuesto por miembros de Kenya, Alemania y varios estados de Estados Unidos, quienes son católicos, musulmanes y protestantes. Conectados a través de Zoom, el capítulo se enfocó recientemente en cómo las personas en Nairobi y Mombasa en Kenya, están afrontando el coronavirus. Fue revelador ver cuán imposible es para los pobres de esas dos ciudades mantenerse físicamente distantes cuando se encuentran en zonas muy pequeñas.

En este tiempo de separación pandémica, los afiliados Maryknoll mantienen el espíritu de que todos estamos conectados.

Robert Short

A los misioneros laicos Maryknoll en Haití se nos ocurrió hacer máscarillas durante la pandemia de COVID-19 y amigos de la Congregación Jesús María nos ofrecieron una máquina de coser. Otra amiga dijo que Mercy Beyond Borders (MBB), una organización donde ella trabaja y yo soy voluntaria, tenía fondos para los materiales que Diana, una dinámica haitiana, localizó a precios razonables. Pero la máquina se averió y después de intentar repararla, pregunté a mi amiga si MBB todavía tenía las antiguas máquinas de coser usadas para clases de costura. Ella consiguió una y me la envió a casa. Sin embargo, no pude coser, pues nunca había usado una máquina con pedal. Mi amiga me conectó con Marie Jeanne, una haitiana que me enseñó a usarla. “No te desanimes”, dijo. “Date tiempo”. Sentí un amor conectivo que nos une y que dicta cada acto bueno en este momento de incertidumbre. Crear 900 máscarillas no fue tarea fácil, pero quienes las usen conocerán el amor y oraciones puestos en cada puntada para que estén mejor protegidos contra las enfermedades.

Abby Belt, MKLM

Durante la pandemia de COVID-19, fui puesto en cuarentena después de regresar de un viaje a Guatemala, país del que tuve la suerte de salir justo cuando cerró sus fronteras por causa de la pandemia. Una mañana, salí de mi habitación en Maryknoll, en Ossining, Nueva York, para ir a la estación de las enfermeras para que me tomen la temperatura para verificar que todo esté bien. La enfermera y yo empezamos a hablar. Ella habló de los misioneros que residen en el área designada para los misioneros ancianos en Maryknoll. “He trabajado con muchos pacientes con enfermedades terminales”, dijo ella, “pero estoy impresionada de cuán conscientes de su mortalidad están aquí los misioneros Maryknoll. No tienen miedo y esto les da una gran sensación de paz”. En este tiempo de COVID-19, que Jesús nos dé a todos nosotros su paz.

Rodrigo Ulloa, M.M.

Uno de los rituales sagrados que nosotras las hermanas Maryknoll celebramos durante la Semana Santa es el “Tenebrae”, que significa “oscuridad”. Durante esta oración, se encienden 13 velas y se apagan gradualmente en medio del canto, la oración y la contemplación de la muerte de Jesús.

Este año, cuando no pudimos reunirnos debido a la pandemia de COVID-19, a nuestro comité de adoración se le ocurrió la idea de utilizar el sistema de altavoces, que se puede escuchar a lo largo de las millas de pasillos de nuestro centro, para dirigir las oraciones.

Cada hermana recibió un folleto de Tenebrae para rezar junto al resto de la comunidad. Las hermanas colocaron sillas fuera de sus habitaciones en los tres edificios, teniendo cuidado de seguir el protocolo de distanciamiento social de seis pies mientras se unieron en oración.

El domingo de Pascua, volvimos a unirnos mientras nuestro sistema de altavoces sonó con Aleluyas. Luego nos unimos en un coro para cantar “In Your Easter Bonnet”.

Mary Ellen Manz, M.M.

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