En medio de la crisis de COVID-19, Bangladesh sufrió inundaciones en 2019, sumergiendo al menos una cuarta parte del país, causando muertes y destrucción. Esto es parte de un patrón de inundaciones y tormentas fluviales cada vez más graves y frecuentes, que se cree que son el resultado del cambio climático y el aumento del nivel del mar. Los más pobres de Bangladesh sienten más estos efectos climáticos, que son un factor que impide que el país se desarrolle económicamente debido a la devastación repetida de infraestructura y medios de vida. El Padre Maryknoll William McIntire, quien ha servido en Bangladesh durante 40 años, dice que a pesar de los desafíos, la esperanza perdura. “La ‘buena noticia’ aquí es que estamos ‘defendiéndonos’ y aparentemente ‘doblando la curva’ tanto en lo que respecta a la pandemia como a las inundaciones”, escribió. “Nuestra gente (en Bangladesh) es increíblemente resistente, y eso sigue siendo cierto ahora”.
La Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas en Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y ante el gobierno de Estados Unidos y otros países, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente.
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