Cuando COVID-19 fue declarado pandemia en marzo de 2019, desencadenando crisis económicas y de salud mundiales, el Papa Francisco organizó un grupo de trabajo. La Comisión COVID-19 del Vaticano se centra en cuatro áreas de problemas sociales: seguridad, economía, ecología y salud. La comisión interpreta la información de expertos mundiales a la luz de la doctrina social católica. Basado en esto, el Papa Francisco ha instado a la cooperación global en temas claves que incluyen: un alto al fuego global; la flexibilización de las sanciones y el alivio de la deuda para los países empobrecidos durante la pandemia; la necesidad de una inversión económica sostenible; y la distribución equitativa de vacunas COVID-19. El objetivo es “encontrar una cura para este virus”, dice el Papa Francisco, y también curar “un virus más grande, el de la injusticia social, la desigualdad de oportunidades, la marginación y la falta de protección para los más débiles”.
La Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas en Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y ante el gobierno de Estados Unidos y otros países, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente.
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