Respondiendo al Llamado de Dios

Tiempo de lectura: 7 minutos
Por: Giovana Soria
Fecha de Publicación: Sep 1, 2021

Candidatos al sacerdocio y a hermanos religiosos comparten el espíritu de Maryknoll En formación vocacional.

Al seminarista Maryknoll John Siyumbu le pidieron visitar a una anciana en Chicago y rezar con su familia. Respondiendo a su llamado de servicio y acompañamiento al pueblo de Dios, el joven misionero  inmediatamente aceptó.  

Como parte de su preparación para el sacerdocio, Siyumbu estaba haciendo un internado en la parroquia Old St. Patrick en Chicago durante el segundo confinamiento por COVID-19 en marzo del 2021. El seminarista dice que recuerda la visita como si hubiera sido ayer.

“Al ingresar a la habitación, vi a una señora anciana en su cama. Una de sus hijas estaba sosteniendo su mano,  otra estaba sentada a los pies de la cama y la otra estaba cerca. Me conmovió caminar a un momento intensamente íntimo y sin embargo muy comunitario”, dice él. “Formamos un medio círculo con su mamá frente a nosotros. Leímos la Biblia y reflexionamos en el ministerio de Jesús a los enfermos. Rezamos el Padre Nuestro y luego, juntos, extendimos nuestras manos sobre su mamá y rezamos con ella una última vez”. 

Antes de iniciar su OTP en Bolivia, el candidato a hermano Maryknoll, Paul Schultz, ofreció servicio voluntario una vez por semana en la despensa de alimentos de St. James en Chicago. (Octavio Durán/Chicago)

Antes de iniciar su OTP en Bolivia, el candidato a hermano Maryknoll, Paul Schultz, ofreció servicio voluntario una vez por semana en la despensa de alimentos de St. James en Chicago. (Octavio Durán/Chicago)

La señora tenía 90 años de edad y una de sus hijas le dijo a Siyumbu que su mamá había tenido una buena vida. “A pesar que era una situación muy dolorosa, recuerdo la calidez con que me acogieron las hijas”, dice Siyumbu, quien es nativo de Kenya. “Recuerdo haber sentido el acompañamiento y la presencia de Dios en esa casa”. Para Siyumbu era tiempo de dejar a las tres hijas con su mamá. Poco después de marcharse, la señora falleció. 

Siyumbu, quien está realizando sus estudios teológicos en Catholic Theological Union en Chicago, es uno de los 18 jóvenes en el Programa de Formación Maryknoll actualmente que se están preparando para convertirse en sacerdotes o hermanos religiosos. Ellos están en varios puntos de su formación mientras residen en Chicago, Bolivia o Nairobi. 

Siyumbu, 36, vive en la residencia Maryknoll en Chicago mientras continúa su formación, estudiando teología. Él tiene una licenciatura en educación especial de Kenyatta University en Nairobi y culminó tres años de estudio de filosofía en su país natal. En 2016 fue aceptado al Programa de Formación Maryknoll y llevó un año de espiritualidad en Chicago, aprendiendo y viviendo el carisma espiritual de la misión de Maryknoll.

Luego el seminarista viajó a Bolivia como parte del Programa de Entrenamiento en el Extranjero (OTP por sus siglas en inglés), donde fortaleció su llamado ministerial de visitar a los enfermos y confinados. El seminarista cuenta que le gustó cómo la parroquia San Pío X en Cochabamba, Bolivia, le ofreció esta oportunidad de aprender sobre este ministerio. “Encuentro bastante ánimo espiritual en este servicio misionero”, dice él. 

“John me acompañó a visitar a los enfermos, pero también compartimos tiempo con sus familias”, dice doña María Luz Sánchez, quien le participó a Siyumbu de su ministerio de los enfermos confinados y ancianos. “Llevábamos la Sagrada Comunión, hablábamos de Dios, los invitábamos a la misa y teníamos la oportunidad de evangelizar a toda la familia”.

Siyumbu, quien reconoce su gratitud a Sánchez, dice que ella lo aceptó a su ministerio y le enseñó acerca del servicio y lo que significa la misión.

“Cuando pienso en el pueblo de Dios, me vienen a mi mente los rostros de los cochabambinos”, dice Siyumbu sobre su experiencia de OTP y de la gente de Cochabamba. “Doña María Luz y muchos otros confirmaron mi deseo de acompañar y ministrar a los ancianos y enfermos. Siento que Dios me está llamando a hacer eso”.

Los seminaristas Maryknoll Joshua Mutende (camisa blanca) y Charles Ogony aprendiendo español durante su OTP en el Centro Misionero Maryknoll en Cochabamba, Bolivia. (Nile Sprague/Bolivia)

Los seminaristas Maryknoll Joshua Mutende (camisa blanca) y Charles Ogony aprendiendo español durante su OTP en el Centro Misionero Maryknoll en Cochabamba, Bolivia. (Nile Sprague/Bolivia)

El Padre Russell J. Feldmeier, rector del equipo de formación inicial de Maryknoll, dice que su función es ayudar a los candidatos a discernir si son llamados a Maryknoll y ayudarlos a crecer en su habilidad de escuchar lo que Dios les invita a hacer.

“Cada uno de ellos tiene una vocación única. Trato de ayudarlos a entender qué es la comunidad y la visión de Maryknoll”, dice el padre Feldmeier. “A menudo dicen que se necesita una aldea para criar a un niño. Se necesita una comunidad, como la agrupación pastoral de los misioneros Maryknoll, para guiar a un candidato”.  

Paul Shultz, 26, un candidato a hermano quien recientemente inició su OTP en Bolivia, dice que sintió el llamado a la misión por primera vez en 2015 cuando perdió sus dos trabajos. Se entregó a la oración y le preguntó a Dios: “¿Cuál es mi propósito en la vida? ¿Qué quieres que haga?” Después de eso, él comenzó a pensar en hacer trabajo misionero.

“Quiero responder al llamado de Dios de servir a los más vulnerables en el mundo reconociendo que existe la necesidad de ayudar a los que sufren”, dice Shultz, quien es de Forsyth, Illinois.

Joshua Mutende, 25, un candidato Maryknoll al sacerdocio, dice que ha querido ser sacerdote desde que era un niño, cuando sus hermanas solían llevarlo a misa. “Las misas en África tienen mucho baile y canto,” dice Mutende, quien nació en Kenya. “Un día en la misa durante el signo de la paz, un seminarista me alzó y me saludó. Sentí tanta alegría y dije: ‘Quiero ser como él’. A partir de ese momento, comencé a sentir el llamado a ser sacerdote”.

El Padre Maryknoll Paul Masson, guía espiritual de los candidatos Maryknoll en Bolivia, acompaña a tocar la guitarra a Mutende en una misa celebrada en la capilla de Maryknoll. (Nile Sprague/Bolivia)

El Padre Maryknoll Paul Masson, guía espiritual de los candidatos Maryknoll en Bolivia, acompaña a tocar la guitarra a Mutende en una misa celebrada en la capilla de Maryknoll. (Nile Sprague/Bolivia)

Mutende completó sus dos años de OTP en Bolivia y actualmente se encuentra en Nairobi antes de comenzar sus estudios teológicos en Chicago. Dice que lo que le atrajo de Maryknoll fue su espíritu misionero. 

“El papa nos pide que seamos ‘pastores con olor a oveja’, y eso es lo que hace Maryknoll”, explica. “Me gustaría trabajar con jóvenes, así que hay una oportunidad para eso”.

Charles Ogony, 28, oriundo de Kenya, es otro candidato al sacerdocio que se prepara para estudiar en Chicago. También sintió el llamado a servir a Dios a una edad temprana. Cuando tenía 6 años, un grupo de ladrones atacó su casa durante una época de muchos conflictos en su pueblo, particularmente con personas que robaban ganado. En ese momento, dice él, decidió entregarse a Dios.

“Vi el sacerdocio como una señal de unir a las personas”, dice Ogony. “Dije, si Dios me llama, debería responder que ‘sí’ para poder ser un signo de paz para los demás”. Su padre, que era catequista, lo apoyó y jugó un papel importante en la decisión del joven Ogony de seguir su vocación. 

Ogony completó su OTP de dos años en Bolivia, donde aprendió español y sirvió, durante la pandemia del COVID-19, en el Hogar San José, un hogar para mujeres y hombres ancianos dirigido por la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

“Quiero caminar y trabajar con las personas, así como Jesús lo hizo con sus discípulos”, dice. “Mi misión es proclamar el Evangelio”.

 Durante más de 100 años, unos 2.000 hombres han sido ordenados como sacerdotes misioneros Maryknoll y varios cientos han prestado juramento como Hermanos Maryknoll. Aunque Maryknoll se fundó para capacitar a hombres de los Estados Unidos como sacerdotes y hermanos para misiones en el extranjero, ha comenzado a aceptar candidatos de otros países donde hombres como Siyumbu, Mutende y Ogony han llegado a conocer a los misioneros Maryknoll y han sentido el llamado a unirse a ellos para servir a los pobres. 

El Padre Rodrigo Ulloa, director de vocaciones Maryknoll, dice que a pesar de los desafíos que la pandemia ha presentado para el reclutamiento vocacional, tiene esperanzas para el futuro. 

“Jesús fue inclusivo y caminó por diferentes pueblos y conoció a personas de diferentes orígenes. Fue interrumpido por mucha gente y, sin embargo, sus interrupciones trajeron historias milagrosas”, dice el padre Ulloa. “Nosotros hemos sido interrumpidos por el COVID”.

Mientras tanto, el padre Feldmeier disfruta orientando a candidatos actuales como Siyumbu, que se espera sea ordenado en 2022.

“Él tiene una profundidad real, en su oración y su capacidad para compartirla de manera intercultural, como lo hizo cuando estaba en el entrenamiento en el extranjero. Solo lo animé a hacer su contribución única a las misiones y a Maryknoll”, dice el padre Feldmeier. “Como Dios lo ha llamado a Maryknoll y a la misión, Dios estará con él durante toda su vida, mientras vive esta maravillosa vocación como misionero”.

 

Imagen destacada: El seminarista Maryknoll John Siyumbu frente a la puerta de la Iglesia San Pío X en Cochabamba, Bolivia, donde se desempeñó en diferentes ministerios. (Nile Sprague/Bolivia)

Para información sobre cómo convertirse en sacerdote o hermano con los padres y Hermanos Maryknoll, contacta: Padre Rodrigo Ulloa: 914.941.7590 ext. 2416 || vocation@maryknoll.org

Sobre la autora/or

Giovana Soria

Giovana Soria nació y creció en Lima, Perú. Completó una licenciatura en Ciencias de la Comunicación/Periodismo en la Universidad de San Martín de Porres de Lima. Como redactora, ella escribe y traduce artículos para la revista Misioneros y Maryknoll magazine, nuestra publicación en Inglés. Sus artículos también han sido publicados en la revista bilingüe ¡OYE! para jóvenes católicos hispanos. Su trabajo ha sido premiado por la Asociación de Prensa Católica de Estados Unidos y Canadá. Vive en el condado de Rockland, Nueva York.

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