En su encíclica ambiental, Laudato Si’, el Papa Francisco introduce el concepto de ecología integral. Si bien no acuñó el término, el papa hace todo lo posible para explicar que “todo está íntimamente relacionado, y que los problemas actuales requieren una mirada que tenga en cuenta todos los factores de la crisis mundial”. Una ecología integral, dice el papa, incluye dimensiones humanas, ambientales, económicas y sociales, “para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”.
En esta edición de nuestra revista, destacamos la respuesta continua del movimiento Maryknoll a la crisis ambiental global, que junto con la amenaza de las armas nucleares, es considerada por científicos y expertos de seguridad como una de las “amenazas existenciales gemelas” para la vida en el planeta Tierra, tal como lo conocemos.
Con ese fin, estamos publicando parte del documento guía de la Sociedad Maryknoll de su 14 Asamblea General, la cual eligió un nuevo liderazgo en julio del 2021 y estableció la dirección para los próximos seis años. En este documento, la Sociedad se compromete clara y bellamente a “integrar el cuidado de la creación en todo lo que somos y en todo lo que hacemos” tanto a nivel personal como comunitario.
Esta poderosa declaración es un testimonio de cómo la promesa de la encíclica seminal del Papa Francisco–“unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”–ya está dando frutos. “Pues”, como escribe el Papa Francisco, “sabemos que las cosas pueden cambiar”.