Reflexión Bíblica para el Tercer Domingo de Pascua

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Abr 29, 2022

 

Wayne Fitzpatrick, M.M.
Domingo, 1 de mayo, 2022
Hechos 5,27-32, 40b-41; Salmos 30, 2. 4. 5-6; 11-12, 13; Apocalipsis 5,11-14; Juan 21,1-19 o 21,1-14

El Hermano Maryknoll Wayne Fitzpatrick considera que nuestro llamado es simplemente “estar” con Jesús y extender esta presencia misericordiosa en la misión.

Cuando era joven, todos los sábados me subía a mi bicicleta con una caña de pescar, un sándwich de mantequilla de maní y una galleta para perros para Bingo, la mascota de mi familia, e iba a pescar a un pequeño río cerca de casa. Era un momento que esperaba con ansias cada semana. En la orilla del río había una gran roca donde me sentaba a pescar. Me ponía en sintonía con la brisa, el chapoteo del agua contra las rocas, los olores de la naturaleza, así como con el tiempo de tranquilidad lejos de la rutina diaria.

En estos últimos años, he reflexionado que esos momentos en la roca cerca del río eran como estar en comunión con Dios y la naturaleza. También fue un tiempo contemplativo para mí, pero de joven no habría usado la palabra contemplación.

Tenemos una escena en el Evangelio de hoy que puede tener alguna conexión con nuestra vida diaria como cristianos y seguidores de Jesús. La escena nos lleva al Mar de Galilea. Los discípulos se habían reunido junto al mar después de la crucifixión de Jesús. Simón Pedro, de manera bastante directa, les dice a los demás discípulos que va a pescar y todos dicen que irán a pescar con él. Estar junto al mar y pescar había sido el patrón diario para estos discípulos antes de que comenzaran a seguir a Jesús.

Como en mis primeros años de juventud, al principio los discípulos no pescaron nada. Sin embargo, les sucedió algo más, algo que nos sucede a muchos de nosotros cuando pasamos un tiempo junto al mar o un río. Creo sinceramente que nos volvemos más reflexivos y contemplativos. Nos volvemos, como los discípulos, conectados con la tierra y la creación de Dios. ¿No es este el camino y la vida diaria de las personas a las que servimos en misión?

Somos sacudidos y arrastrados a este contexto evangélico cuando Pedro exclama: “¡Es el Señor!” Pedro se pone alerta, está presente y atento. Entonces, la energía se dirige a tirar las redes al agua y la pesca es abundante.

Cuando los discípulos regresan a la orilla con esta abundante pesca, Jesús, de manera muy sencilla y directa, les dice: “Vengan a desayunar”. ¿No es este el carisma cristiano, evangélico y misionero? Hemos escuchado una y otra vez las mismas palabras de las personas con las que vivimos y compartimos la vida en la misión: “Ven y quédate conmigo”. Ven y comparte mi comida. Ven y comparte mis alegrías y luchas. Ven y camina conmigo. Ven y reza conmigo. Ven y simplemente siéntate, vale la pena; las palabras no son necesarias.

Las personas con las que vivimos y a quienes servimos se convierten en nuestros maestros. Continúan llamándonos desde los días ocupados del ministerio misionero para que vayamos y estemos con ellas. En mi juventud, ir de pesca al pequeño río cerca de mi casa sentado en una gran roca no siempre era para pescar, sino para estar en comunión con todo lo que me rodeaba. Como Pedro: para estar alerta, atento y presente. Ven y quédate conmigo.

En mi ministerio misionero actual en el Centro de la Sociedad Misionera Maryknoll en Ossining, Nueva York, el llamado “ven y quédate conmigo” es un ministerio central en el cuidado de nuestros hermanos y sacerdotes mayores. Es una hermandad, porque, así como estoy alerta, presente y atento a mis hermanos, ellos también comparten conmigo su presencia, ministerio y atención. Las lecturas de hoy tienen un mensaje simple pero profundo para nosotros: El Señor nos dice que vayamos más despacio y simplemente: “Ven y quédate conmigo”.

Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll (MOGC por sus siglas en inglés) expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, defender la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente. Visita maryknollogc.org

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