Por Mark Pattison, Servicio Católico de Noticias
WASHINGTON (CNS) — Muchas zonas de enfrentamientos han sido referidas como el infierno en la tierra. La excantante principal de Go-Go, Belinda Carlisle, obtuvo un éxito número 1 en las listas de éxitos pop en 1987 con una melodía llamada “Heaven Is a Place on Earth”.
Sin embargo, millones de personas en todo el mundo han estado atrapadas en “campamentos” durante tanto tiempo que han adquirido la apariencia de pueblos y ciudades pequeñas, otros se encuentran en centros de detención sin más razón que la necesidad de abandonar el país donde vivieron toda su vida; eso incluye, según el New York Times, a los disidentes rusos ahora encerrados en un centro de detención en Luisiana.
Otros se ganan la vida difícilmente yendo y viniendo de un lado a otro en una frontera multinacional, con la esperanza de que algo cambie, ya sea política u operativamente, para transformar el limbo en la tierra en el que se encuentran.
La política estadounidense sobre inmigración contribuye al estancamiento. Existe la esperanza de que el Congreso, al concluir su sesión, finalmente apruebe un proyecto de ley de “Soñadores” para permitir que cientos de miles de adultos jóvenes, que llegaron a los Estados Unidos con sus familias, se muevan libremente sin correr el riesgo de ser arrestados y posiblemente deportados, bajo la política de Acción Diferida que se refiere a las personas que llegaron en la Infancia, anunciada hace una década por el entonces presidente Barack Obama.
Pero con los republicanos listos para dirigir la Cámara de Representantes en el próximo Congreso, parece haber poco interés por abordar ese tipo de legislación. Como resultado, el número de personas en Estados Unidos sin documentación legal ha subido a ocho cifras.
Mientras tanto, aquellos que escaparon de los horrores de la guerra en Ucrania, o que huyeron de la toma de poder de los talibanes en Afganistán en 2021, son recibidos en Estados Unidos con los brazos relativamente abiertos.
Los ucranianos y los afganos son “percibidos como no capaces de llegar a la frontera tan fácilmente”, dijo Stephanie Brewer, directora de México para la Oficina de Washington para América Latina.
Mientras tanto, más personas intentan ingresar a Estados Unidos a pie desde México. No todos son mexicanos. La mayoría proviene de los países del “Triángulo del Norte” de El Salvador, Guatemala y Honduras, luego de decidir que deben dejar su país debido a la combinación de drogas, pandillas y falta de trabajo. Otros más han venido de Venezuela, escapando de un gobierno disfuncional.
Algunos provienen de Haití, aunque rara vez llegan directamente a los Estados Unidos. Muchos haitianos, después de haber huido de la pobreza, los terremotos y las pandillas, se dirigieron a América Latina en busca de trabajo, dijo Brewer a Catholic News Service. Sin embargo, con las economías nacionales en ruinas debido a la pandemia de coronavirus, esos trabajos han desaparecido, por lo que los haitianos ahora se dirigen al norte como lo han hecho tantos otros.
“México se ha convertido en una puerta de entrada”, dijo Brewer.
Los esfuerzos del gobierno de los Estados Unidos para disuadir la inmigración han fracasado en gran medida. ¿Ese muro que el expresidente Donald Trump dijo que iba a construir? Las personas emprendedoras han construido escaleras que son más altas. ¿La política de Trump de “permanecer en México” para los posibles solicitantes de asilo? Eso “finalmente terminó”, dijo Brewer.
Todavía hay un problema espinoso con el Título 42, que permite a los Estados Unidos expulsar a los no ciudadanos con el interés de salvaguardar la salud pública. Los expulsados
La administración de Biden quiere terminar con el uso del Título 42, instituido por su predecesor como una forma rápida de negar el uso del asilo a quienes lo buscan.
Sin embargo, en una decisión de fin de año, la Corte Suprema dijo el 27 de diciembre que el Título 42 podría mantenerse mientras se desarrollaban los desafíos legales a la política. En una decisión de 5-4, los jueces detuvieron el fallo de un juez de primera instancia que habría levantado la medida. Los jueces acordaron escuchar los argumentos sobre la aplicación del Título 42 en la frontera en febrero. En su breve orden sin firmar, dijeron que la regla permanecerá vigente por ahora y que solo considerarán si los estados que la impugnan tienen el derecho legal de hacerlo.
Las autoridades migratorias de México dijeron recientemente que permitirían que los venezolanos expulsados
A pesar de “lo que parece ser una protección bastante progresiva para los niños”, los autores del estudio “encontraron, por supuesto, que estas normas no se han aplicado”.
En un año que tuvo pocas buenas noticias para los inmigrantes en una nación de inmigrantes, hubo algunas victorias.
Estados Unidos otorgó estatus de protección temporal a inmigrantes de Camerún y Etiopía. La Red Católica de Inmigración Legal trabajó con Network, el cabildeo católico por la justicia social, en un grupo que se autodenomina Coalición contra el Racismo en la Inmigración, para convencer a la administración Biden de otorgar la designación TPS, según la directora ejecutiva de CLINIC, Anna Gallagher.
Otra victoria llegó en una norma definitiva de “carga pública”. La administración Trump ofreció una nueva norma definitiva en 2019, reemplazando la versión de 1999, que habría negado el estatus de residente permanente legal a más inmigrantes al elevar el nivel de riqueza personal. Pero la administración de Biden retiró esa norma a los dos meses de asumir el cargo, y la norma definitiva ahora se parece mucho más a la versión de 1999 que a la versión de 2019.
“La administración realmente respeta nuestra experiencia en eso. Y respetamos a la administración por abrazar nuestras prioridades”. dijo Gallagher.
Eso no significa que no haya aguas turbulentas.
El Centro de Estudios de Migración publicó un informe en 2022 que encontró que hay 1,413 personas indocumentadas en los Estados Unidos por cada profesional legal caritativo. Los números son aún más altos en estados como Alabama (6,656 indocumentados por profesional legal), Hawái (4,506), Kansas (3,010); los condados de San Bernardino, California (6178), el condado de Clark, Nevada (4747) y el condado de Riverside, California (4625); y áreas metropolitanas como Dallas-Fort Worth (4.436), Phoenix (3.439) y Houston (3.099).
CMS emitió otro informe en mayo sobre los inmigrantes de la ciudad de Nueva York, que representan alrededor del 37% de la población, pero el 44% de la fuerza laboral y el 63% de los trabajadores de la construcción. Del último grupo, alrededor del 41% son indocumentados, lo que los deja “especialmente vulnerables a la explotación y condiciones peligrosas”, según el resumen ejecutivo del informe.
CLINIC, que tiene su propio bufete de abogados interno para ayudar a las diócesis y las órdenes religiosas a traer trabajadores religiosos inmigrantes de otros países, vio crecer el número de afiliados de CLINIC a 450 en 2022. “La mitad de los afiliados son católicos”, dijo Gallagher a CNS. — un número que excede el total de diócesis y eparquías de EE. UU.
Otras organizaciones basadas en la fe se han asociado con CLINIC, al igual que grupos seculares como bibliotecas. “Un sindicato tiene un afiliado en un aeropuerto”, dijo Gallagher. “¡Estamos creciendo, y probablemente creceremos más!”
Gallagher señaló que CLINIC se fundó en 1988 en respuesta al proyecto de ley de reforma migratoria federal de 1986 promulgado por el presidente Ronald Reagan, y el Congreso no ha aprobado otro proyecto de reforma desde entonces. “Esperamos una reforma de sentido común pronto”, dijo. “Es desmoralizador ver que no ha sucedido”.
Imagen destacada: Una niña reza en la Iglesia Católica de Santa María en el campamento de refugiados de Ban Mai Nai Soi en Tailandia el 27 de septiembre del 2022. El campamento alberga a miles de refugiados de Myanmar. (Foto CNS/Paul Jeffrey)
