Los nuevos misioneros laicos Maryknoll son enviados a Haití y Tanzania.
Pensando en que iba a mudarse a Tanzania, Josephine Johnson, de 12 años, dijo el pasado diciembre: “Realmente quiero ayudar donde pueda. Hay mucha necesidad en el mundo”.
Junto con sus padres, Anna y Kyle Johnson, Josephine y su hermano Collin, de 10 años, y su hermana Charlotte, de 8, son parte de la clase de Misioneros Laicos Maryknoll del 2022. El otoño pasado, los Johnson se unieron a la pareja de esposos Susan Silveus y Michael Lattanzi para un programa intensivo de orientación y formación de ocho semanas. Ellos fueron enviados a sus misiones en una ceremonia de envío el 10 de diciembre en la Capilla de Nuestra Señora Reina de los Apóstoles de los Padres y Hermanos Maryknoll en Ossining, Nueva York.
Los padres de Josephine siempre han estado orientados al servicio. Después del 9/11, Kyle Johnson sirvió con los marines estadounidenses en Afganistán, Irak y el sudeste asiático. Recientemente trabajó como director ejecutivo de la Autoridad de Desarrollo Económico de la Tribu Jamestown S’Klallam en Sequim, Washington. Anna, una enfermera registrada en una unidad médico-quirúrgica de hospital, trabajó en la ciudad de Nueva York durante lo peor de la pandemia. También han sido padres de acogida.
Los líderes de las expresiones Maryknoll (de izquierda a derecha) la Hermana Genie Natividad, Ted Miles, Bob Short, el Padre Lance Nadeau y Elvira Ramírez bendicen las cruces misioneras.(Debbie Northern/EE.UU.)
A medida que profundizaron su participación en la fe en los últimos años, Anna y Kyle, miembros de la parroquia de San José en Sequim, comenzaron a preguntar: “Dios, ¿qué es lo que quieres que hagamos?” “Sentimos que Dios estaba jalando de nuestros corazones para ir a hacer algo en el extranjero”, dice Anna. Una gran motivación para ellos, continúa, fue que sus hijos experimentaran cómo es la vida fuera de la “burbuja” de Estados Unidos.
Cuando la pareja encontró a los Misioneros Laicos Maryknoll, el programa inmediatamente les atrajo porque se alinea con sus valores, y acepta familias.
A principios del 2022, toda la familia de cinco se ofreció como voluntaria durante seis semanas en un orfanato en México. Los tres hijos de los Johnson se adaptaron e hicieron amigos allí. Esa experiencia les dio la señal de confianza para una asignación misionera de largo plazo. “Estamos inmensamente agradecidos de poder trabajar en los márgenes de la sociedad a nivel internacional y, más aún, que podamos hacerlo como familia”, dice Kyle. “Para nosotros, ir a la misión significa vivir nuestra fe”.
Durante los próximos tres años y medio, los Johnson servirán en Mwanza, Tanzania.
Veintidós años de vivir y trabajar en países en vías de desarrollo han llevado a Susan Silveus y Michael Lattanzi a querer vivir y trabajar una vez más en contextos interculturales.
Confían que el estar con Maryknoll les permita “estar mucho más profundamente inmersos en un nuevo contexto cultural como nunca antes”.
Susan y Mike, de Toronto, tienen tres hijos adultos que criaron en el extranjero. Anteriormente, Susan trabajó para Catholic Relief Services (CRS) durante 16 años en varios países, incluidos Senegal, Camboya, Afganistán, Egipto, Israel y Palestina. Además, ella trabajó durante siete años en el Instituto de Educación Internacional de El Cairo.
Michael Lattanzi, candidato de la promoción 2022, recibe su cruz de la misión ante la mirada de su esposa, Susan Silveus. (Debbie Northern/EE. UU.)
Miembros de la familia Johnson observan cómo se lleva a cabo su ceremonia de envío en la Capilla de Nuestra Señora Reina de los Apóstoles de Maryknoll en Ossining, Nueva York. (Debbie Northern/EE.UU.)
La directora de la Oficina de Asuntos Globales Maryknoll, Susan Gunn, se dirige a los nuevos misioneros. (Debbie Northern/EE. UU.)
Mike ha trabajado como profesor, principalmente a nivel universitario, lo que incluyó ofrecer conferencias en universidades de Camboya y Senegal y enseñar ciencias políticas en la Universidad Americana de El Cairo. En El Cairo también se desempeñó como director del Proyecto de Diálogo, establecido para facilitar la comunicación intercultural.
Susan y Mike conocieron de Maryknoll cuando vivieron en Camboya del 2007 al 2010. Los proyectos de VIH/SIDA de Maryknoll recibieron fondos de CRS. Susan asistió a la Misa semanal de Maryknoll y conoció a varias de las hermanas, sacerdotes, hermanos y misioneros laicos.
“En este momento de nuestras vidas, nuestros hijos son adultos, esperamos este nuevo compromiso juntos como pareja”, dice Susan. “Queríamos continuar nuestro trabajo por los pobres en el extranjero, pero centrarnos más en el trabajo a nivel de base”.
Ella agrega que su fe la lleva a “hacer un trabajo que intenta, de una manera muy imperfecta, hacer lo que Jesús nos llama a hacer, especialmente hacerlo de una manera no violenta”.
La pareja servirá en Gros Morne, Haití, un pequeño pueblo en el norte donde otros dos misioneros laicos ya están sirviendo. Están entusiasmados en aprender un nuevo idioma y cultura, pero Mike admite que también hay cierta inquietud. “Haití está en muy mal estado en este momento”, dice. “Así que hay problemas de seguridad, y también veremos algunos niveles de sufrimiento que no hemos presenciado antes”.
Los nuevos misioneros responden con un fuerte deseo de acompañar al pueblo haitiano en su momento de necesidad.
En la ceremonia de envío el 10 de diciembre, la directora de Misión de los Misioneros Laicos Maryknoll, Elvira Ramírez, citó a la poetisa y activista Clarissa Pinkola Estés: “Una de las acciones más tranquilizadoras y poderosas que puedes hacer para intervenir en un mundo tempestuoso es ponerte de pie y mostrar tu alma”.
Dirigiéndose a los nuevos misioneros, Ramírez agregó: “Es importante que sepan que no están solos. Dios los envía a una misión de amor. Vayan con nuestra bendición, ya que ahora ustedes ‘muestran el alma’ en un mundo turbulento”.
Meinrad Scherer-Emunds es director de comunicaciones de los Misioneros Laicos Maryknoll.
Imagen destacada: En sentido de las agujas del reloj desde la izq.: Susan Silveus, Michael Lattanzi y Kyle y Anna Johnson, con sus hijos Collin, Josephine y Charlotte, formaron la clase de Misioneros Laicos Maryknoll de 2022. (Cortesía de los Misioneros Laicos Maryknoll)