Por Carol Glatz, Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El agua debe ser salvaguardada y gestionada de manera “sabia, cuidadosa y sostenible, para que todos puedan disfrutar de ella para satisfacer sus necesidades sustanciales”, dijo el Papa Francisco.
“La gestión arbitraria de los recursos hídricos, su distorsión y contaminación, perjudican especialmente a los pobres y son una afrenta vergonzosa ante la que no podemos permanecer indiferentes”, dijo.
“El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”, dijo, citando su encíclica “Laudato Si’, Sobre el cuidado de la casa común”.
El Papa hizo estos comentarios en un mensaje escrito con motivo de la celebración, el 16 de octubre, del Día Mundial de la Alimentación, una conmemoración organizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) para poner de relieve la lucha mundial contra el hambre. Su mensaje fue leído en voz alta en una ceremonia en la sede de la FAO en Roma por Mons. Fernando Chica Arellano, representante permanente de la Santa Sede ante los organismos de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura en Roma.
El tema de la celebración de 2023 fue: “El agua es vida, el agua nutre. No dejemos a nadie atrás”. La jornada se centró en reconocer que el agua es un recurso precioso y finito que se necesita para sobrevivir, cultivar alimentos y mantener los medios de subsistencia.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estima que alrededor de 500 millones de personas sufren escasez de agua durante todo el año; aproximadamente 4.200 millones de personas carecen de saneamiento; 2.200 millones de personas carecen de agua potable; y 700 millones de personas podrían verse desplazadas debido a la escasez de agua para 2030.
En su mensaje escrito, el Papa Francisco dijo: “Enormes recursos financieros y tecnológicos innovadores que podrían utilizarse para hacer del agua una fuente de vida y de progreso para todos, se están desviando hacia la producción y el comercio de armas”.
Es necesario invertir más “en infraestructuras, en redes de alcantarillado, saneamiento y sistemas de depuración de aguas residuales, especialmente en las zonas rurales más remotas y deprimidas”, así como en “desarrollar modelos educativos y culturales que sensibilicen a la sociedad de la necesidad de respetar y preservar este bien primario”, escribió.
El agua nunca debe tratarse como una mercancía con la que comerciar o especular, añadió.
En la agricultura, escribió el Papa, se necesitan programas eficaces “para prevenir fugas en las tuberías de riego agrícola; utilizar pesticidas y fertilizantes orgánicos e inorgánicos que no contaminen el agua; y promover medidas que salvaguarden la disponibilidad de los recursos hídricos para evitar que la grave escasez se convierta en causa de conflictos entre comunidades, pueblos y naciones”.
“La Iglesia no se cansa de sembrar aquellos valores que construyen una civilización que encuentre en el amor, el respeto mutuo y la ayuda recíproca una brújula para guiar sus pasos, con especial atención hacia aquellos hermanos y hermanas que más sufren, como los hambrientos y los sedientos”, escribió el Papa Francisco.
Imagen destacada: Una refugiada de Sudán del Sur transporta comida que recibió del Programa Mundial de Alimentos en un centro de distribución en Moyo, Uganda. El Día Mundial de la Alimentación se celebra el 16 de octubre para marcar la fecha en que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura se fundó en 1945. (CNS /James Aken, Reuters)
