Reflexión Maryknoll: Por los más vulnerables

Tiempo de lectura: 3 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Nov 22, 2023

Por Michael Snyder, M.M.

Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
Último domingo de tiempo ordinario
Domingo, 26 de noviembre, 2023
Ez 34, 11-12. 15-17 | 1 Co 15, 20-26. 28| Mt 25, 31-46

“Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré con justicia”. Ezequiel 34, 16.

Siempre me ha agradado el pasaje del Evangelio de Mateo para esta semana. Es un texto largo y repetitivo que parece exagerar su mensaje al extremo. ¡Es por eso que lo disfruto tanto!

Jesús dice que “todas las naciones” serán juzgadas. El criterio que utiliza para ello es cómo tratan a los más “insignificantes”, a los más indefensos. Jesús, como Rey, se identifica con los pobres y necesitados. Él quiere que vayamos con los más vulnerables y los alimentemos, los vistamos y hagamos todo lo posible para mejorar las condiciones de sus vidas. El poder para discernir el bien del mal está al alcance de todos. Jesús quiere que escojamos la bondad. Los verdaderamente generosos son los verdaderamente sabios. La mano que da también recoge.

Hoy celebramos la solemnidad de Cristo Rey. Las lecturas enfatizan el rol de un rey: gobernar a su gente. Del profeta Ezequiel a San Pablo y al Evangelio de Mateo, escuchamos que en el Reino de Dios habrá una separación entre el bien y el mal. Pero Ezequiel, así como Mateo, enfatiza que Dios buscará a los perseguidos, los abatidos, los enfermos y los abrigará con su protección. Ezequiel cuenta que Dios les dará la fortaleza que necesitan hasta que llegue la salvación. Mateo expande este tema cuando dice que Dios y Jesús depended en nosotros, sus seguidores, para que ayudemos a expandir el Reino de Dios por todo el mundo.

Soy capellán en una universidad de medicina en Dar es Salaam, Tanzania. Mis estudiantes son la élite de la intelectualidad. Se cuentan entre los estudiantes con mejor desempeño en los exámenes nacionales y por eso fueron seleccionados para estudiar aquí. Vienen de todas partes del país, así que hay una gran diversidad étnica entre ellos.

La universidad está ubicada al lado del hospital nacional que tiene unas 1.200 camas.

Recientemente visité uno de los pabellones principales del hospital. Todas las camas estaban ocupadas. Había aún más pacientes en el suelo — echados sobre colchonetas y con sólo una sábana para su comodidad — hasta la entrada del ascensor y la puerta principal del edificio. Uno se siente abrumado ante semejante escena.

Maniobrando para pasar entre los pacientes, con cuidado de no pisar a nadie, me acerqué al paciente que había solicitado mis servicios. Mientras rezábamos, otros me pedían que pasara tiempo con ellos. A nadie le importó que yo no fuera africano. Nadie me pidió ayuda material. Sólo querían una oración y fortalecer una fe que les diga: no estoy solo en mi sufrimiento, Dios está aquí conmigo. Soy un miembro del Reino de Dios y no importa qué pase, todos estaremos bien.

Los estudiantes de medicina se desaniman cuando visitan los pabellones. ¡Son tantos los desafíos! Es por eso que este pasaje del Evangelio es tan útil. Repite una y otra vez el tema: “‘Cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron … cuando no lo hicieron con uno de aquellos más insignificantes, tampoco lo hicieron conmigo’”.

Nuestro hospital es un microcosmos de tantos lugares en el mundo desarrollado donde los más “insignificantes”, los más vulnerables le suplican a su rey. Y Jesucristo Rey mira a las naciones y les dice que depende en ellas para traer alivio, sanación, paz y consuelo para mi gente.

Es la responsabilidad de cada cristiano ayudar a traer el Reino de Dios. Y para aquellos que son generosos, ofreciéndose abiertamente con amor, Dios dirá: “‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme … Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’”.

El Padre Maryknoll Michael Snyder sirvió como misionero en Africa por más de 26 años y fue director de Vocaciones de los Padres y Hermanos Maryknoll. Actualmente tiene el cargo de Director de Admisión en la sede de la sociedad Maryknoll.

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Imagen destacada: El Padre Maryknoll Michael Snyder charla con estudiantes de Medicina en el 2011.

Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll (MOGC por sus siglas en inglés) expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, defender la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente. Visita maryknollogc.org

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