Por Cindy Wooden
CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Al ver una estatua de Jesús cargando su cruz por las calles de Sonsonate, El Salvador, este Viernes Santo, los católicos responder al amor de Jesús con contemplación y una renovación de su amor por Dios y por su prójimo necesitado, pidió el Papa Francisco.
“Hermanos, a pesar de nuestra indignidad, de nuestras continuas ingratitudes, respondámosle siempre con generosidad: ‘Señor, tú sabes que te quiero'”, dijo el Papa en un mensaje con motivo del 420 aniversario de la Hermandad de Jesús Nazareno de Sonsonate.
El mensaje del Papa al obispo Constantino Barrera de Sonsonate y a “todos los devotos de Jesús Nazareno” fue publicado por el Vaticano el 28 de marzo.
Mientras los miembros de la cofradía organizan la procesión con la estatua del siglo XVII, el Papa Francisco preguntó qué espera ver la gente cuando pase la imagen: “¿una estatua hermosa?, ¿una obra de arte valiosa?, ¿la algarabía de la gente?”.
Nada de eso importa, dijo, si los fieles no se sienten movidos a pensar en cómo el Señor está presente en sus vidas.
Utilizando un término acuñado por él para referirse a las personas que se asoman a un balcón viendo pasar la vida, el Papa Francisco dijo “Qué triste sería si cada Viernes Santo nuestros corazones se quedaran simplemente “balconeando” una escena curiosa, sin postrarse ante el paso de Jesús, sin sentir, como Pedro, su invitación a seguirle”.
Los antiguos israelitas, dijo, sintieron la presencia de Dios con ellos en el desierto, pero los cristianos “podemos contemplar ese divino rostro y sentir que sus pies caminan a nuestro lado. Esta es la promesa que Dios nos hace cuando el paso del Nazareno gira para entrar en nuestro barrio, cruzar nuestra calle y detenerse a la puerta de nuestras casas”.
Jesús posa su mirada en cada persona, dijo, y le hace la misma pregunta que le hizo a San Pedro: “¿Me amas?”.
“Hermanos, hoy el Señor viene, como cada año, como cada instante, a nuestro encuentro”, dijo el Papa. “Sigámosle, llevándolo sobre nuestros hombros, consolándolo en la llaga abierta de nuestros hermanos que sufren”.
“Pidamos que nos muestre cómo debemos ‘glorificar a Dios’ con nuestra vida, haciendo de nuestro servicio alabanza, en el trabajo cotidiano, en la familia, en el compromiso por crear una sociedad ma´s fraterna, en definitiva, en el testimonio de bien que todos podemos dar, independientemente de la vocación a la que hayamos sido llamados”, escribió el Papa Francisco.
Imagen destacada: Una foto de archivo de una corona de espinas en display durante una Misa en la Iglesia Jesus the Good Shepherd en Dunkirk, Maryland. (OSV News/Bob Roller)
