Reflexión de Cuaresma: Nuestra alianza con Dios

Tiempo de lectura: 4 minutos
Por: La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll
Fecha de Publicación: Mar 15, 2024

Por Susan Nchubiri, M.M.

Quinto domingo de Cuaresma
Domingo, 17 marzo del 2024
Jer 31:31-34 | Heb 5:7-9 | Jn 12:20-33

Las Escrituras de hoy hablan de Dios creando un nueva alianza: “Se acerca el tiempo, dice el Señor, en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones”. Las alianzas se centran en las relaciones. Una relación de alianza lo abarca todo.

Uno puede preguntarse qué tiene que ver una alianza con el cuidado de la creación. La alianza tiene todo que ver con el cuidado de la creación porque nuestra alianza es entre Dios, humanos y todo lo que existe. Entramos a una relación que es tanto un regalo como una responsabilidad, para amar y cuidar todo lo que Dios ama y cuida.

Dios escribe esta alianza en nuestros corazones. Aunque a menudo nos alejamos de nuestra alianza, Dios nos persigue sin descanso. Dios permanece fiel. El nuevo pacto de Dios se cumple en Jesucristo. “Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”.

En la antropología africana, las relaciones no son sólo entre humanos, sino también entre los humanos y Dios, y los humanos y la naturaleza. Todo está conectado y por eso todo y todos requieren reverencia y cuidado. La mayoría de las comunidades africanas creen que los humanos pertenecen a la naturaleza y por lo tanto deben mantener una relación muy estrecha y reverente con ella. Además, es imperativo proteger y cuidar la naturaleza.

Hace unos años, después de que se inundaran las carreteras en Kenia, oí a algunos ancianos lamentarse de cómo la generación más joven se había desapegado de la naturaleza y le faltaba al respeto, y de que la naturaleza estaba enfadada con nosotros. Los ancianos planeaban realizar rituales de limpieza porque las aguas de la inundación habían derribado ramas de árboles centenarios.

Una rama cayó como si hubiera sido plantada en medio de una carretera, bloqueando el tráfico. Los ancianos lo vieron como un mensaje del bosque para realizar rituales de reconciliación, pero los jóvenes se apresuraron a despejar la carretera. Esa misma semana llovió más y se produjo una situación similar precisamente en el mismo lugar.

Cuando yo era niña en Kenia, oía historias de que nuestros antepasados nunca cortaban árboles, labraban la tierra, plantaban o recogían cosechas sin pedir antes permiso al Gran Ser. Creían que la tierra y el bosque pertenecían al Creador. Por desgracia, las generaciones más jóvenes han perdido la creencia de que Dios habla a través de la naturaleza.

Pero cuando Jesús pidió a Dios una señal, Dios respondió, y la multitud oyó la voz en el sonido del trueno. La multitud exclama: Le había hablado un ángel.

En Laudato Si’, el Papa Francisco nos inculca la responsabilidad de cuidar de la casa común y de los pobres: nuestro alianza entre Dios, los seres humanos y todo lo que existe. Además, en Laudate Deum, dice: “¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús por todos los seres que nos acompañan en el camino!”

La Hermana Maryknoll Susan Nchubiri, oriunda de Kenia, se unió a Maryknoll en el 2004. Ella ha servido en Hong Kong, China y Haití. Ella lideró varios proyectos pastorales hasta 2016. En su asignación actual, es asociada de programa para la Oficina de Asuntos Globales Maryknoll. 

La Guia de reflexión para la Cuaresma 2024 de la Oficina de Asuntos Globales de Maryknoll contiene oraciones y pensamientos de misioneros de todas partes del mundo.

Imagen destacada: La Hermana Maryknoll Susan Nchubiri, M.M. asiste a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP 28 en 2023. (Lisa Sullivan, Dubai). 

Preguntas para reflexionar

¿Qué elementos de tu vida te ayudan a sentir más profundamente tu propia relación con la naturaleza?

¿Cómo puedes alimentar esa conexión?

Oración

Oh, Gran Espíritu,
cuya voz oigo en los vientos y cuyo aliento da vida
a todo el mundo, escúchame.

Soy pequeño y débil.
Necesito tu fuerza y tu sabiduría.
Déjame caminar en la belleza y haz que mis ojos
contemplen siempre la puesta de sol roja y púrpura.

Haz que mis manos respeten las cosas que has hecho
y que mis oídos sean agudos para oír tu voz.
Hazme sabio para que comprenda
las cosas que has enseñado a mi pueblo.
Déjame aprender las lecciones que has Escondido
en cada hoja y en cada roca.

Busco la fuerza, no para ser superior a mi hermano,
sino para luchar contra mi mayor enemigo: yo mismo.
Haz que esté siempre dispuesto a acudir a ti
con las manos limpias y los ojos rectos
para que cuando la vida se desvanezca, como el ocaso,
mi espíritu vendrá a ti sin vergüenza.

Jefe Alondra Amarilla, Lakota, 1887 

Sobre la autora/or

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll

La Oficina de Asuntos Globales Maryknoll (MOGC por sus siglas en inglés) expresa la posición de Maryknoll en debates sobre políticas públicas, con el propósito de ofrecer educación en temas de paz y justicia social, defender la integridad de la creación y abogar por la justicia social, económica y del medio ambiente. Visita maryknollogc.org

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