Domingo de la Santísima Trinidad
Por Gladys González, M.M.
Domingo, 26 de mayo del 2024
Dt 4:32-34, 39-40 | Rom 8:14-17 | Mt 28:16-20
“Y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”, Mateo 28, 20
Es el amor y la energía del espíritu, que es eterna e inmortal, la que nos conecta con el origen y con cada uno de nosotros en relación e interdependencia.
Quiénes somos es conciencia pura o unidad que se expresa en diferentes formas y momentos de nuestra evolución.
Grandes gurús modernos y la física cuántica están presentando ideas que nos dan una luz de lo que es esta conciencia pura.
“Imagina que eres todo el universo; vives en total alegría y dicha. Imagina que no hay pasado ni futuro, sólo ahora. Imagina que no hay espacio ni tiempo, sólo una eternidad ilimitada. Imagina paz infinita, armonía y amor incondicional. Imagina que no hay miedo y que hay igualdad en todas las cosas. Esta es la Unidad”. – Dr. Deepak Chopra
Aquí está el desafío, una lucha de por vida para transformar nuestro ego, para acercarnos a conexiones auténticas en las relaciones. “Imagina paz infinita, armonía y amor incondicional. Imagina que no hay miedo y que hay igualdad en todas las cosas”. No significa que pueda separarme o huir de la guerra, la discordia, el odio y la desigualdad, pero puedo practicar lo que aprendí hace algún tiempo: “El sufrimiento es opcional”. Puedo elegir entre las polaridades que me enfrentan dondequiera que esté. De vez en cuando me olvido, me quedo atrapada y sufro. Ese es el momento de practicar la concientización, de detenerme y regresar al punto donde me perdí, de regresar nuevamente al camino hacia la transformación y la unidad.
Se dice que la trinidad de una relación sana y sustancial es la confianza, el respeto y la comunicación amorosa. Suena simple pero no lo es. Me esfuerzo con eso todo el tiempo. En mi experiencia lo que precisamente rompe la conexión y las relaciones es la falta de confianza, respeto y comunicación amorosa. Ocurre en todos los niveles: en las relaciones personales, en las comunidades, en las asociaciones y en ajetreos, así como en la política.
La invitación de esta semana, cuando pensamos en la unidad y la unión, es reflexionar una vez más sobre cómo cada conexión, cada relación, tiene el potencial de enseñarnos sobre nosotros mismos. De hecho, no hay mejor laboratorio para el autodidactismo que las relaciones. Las relaciones son una parte tan importante de quiénes somos que sus dinámicas se manifiestan en todo nuestro cuerpo, mente y espíritu, amenazando nuestra integridad y afectando nuestro bienestar. Las relaciones pueden presentarnos partes de nosotros mismos que de otro modo permanecerían ocultas. Como resultado, las relaciones pueden ser bastante dolorosas porque enfrentar nuestras propias limitaciones y aprender sobre nosotros mismos son cosas que no hacemos con entusiasmo.
En nombre del origen de todo ser, la palabra eterna y el Espíritu Santo, nos reunimos para apoyarnos unos a otros en el camino hacia la unidad y la transformación.
Concluyamos esta reflexión con el Salmo 33:20-22 de la liturgia de esta semana, recopilado de “Psalms for Praying: An Invitation to Wholeness” por Nan C. Merrill.
“He aquí, el amor del amado es más fuerte
Que diez mil bombas,
Más deseable que la riqueza
De todas las naciones.
Nuestra alma anhela paz, alegría, justicia y seguridad.
Alabando el nombre del Santísimo,
¡Ojalá que cada nación llegue a vivir en el amor inquebrantable del Espíritu de la verdad!
La Hermana Gladys González, de Tolima, Colombia, fue asignada a Tanzania en 1995 para brindar educación a las mujeres rurales en la escuela Murigha. Posteriormente trabajó con otras Hermanas Maryknoll en la consolidación de la paz y la transformación de conflictos para fortalecer las relaciones entre los diversos pueblos de África Oriental. Actualmente, la misionera sirve en un Centro de Sanación Holística en Brasil.
Esta reflexión fue publicada anteriormente en el 2018. Para leer otras reflexiones bíblicas publicadas por la Oficina de Asuntos Globales Maryknoll, haga clic aquí.
Imagen destacada: Imagen del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, de la NASA.
